El Presidente tiene por delante diversos frentes a los que debe atender en medio de un creciente ruido interno en las filas del propio Gobierno
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Atravesado por el conmocionante atentado contra Donald Trump, la incertidumbre sobre caso Loan y el final de la Copa América, Javier Milei busca recuperar el centro de la escena, y al mismo tiempo intenta detener la escalada del dólar.
En efecto: el Presidente intentará, a partir de de este lunes, ganarle la pulseada al mercado, que cerró, el viernes, con un dólar blue a $1500. Y una brecha, sobre el oficial, superior al 60%.
Para eso se volvió a poner su traje de profesor universitario. Es que pretende ser escuchado y comprendido por el mercado. Y el resto de la sociedad. Milei sostiene que ya está logrando la meta del déficit cero. Lo viene consiguiendo, cada 30 días, desde hace 6 meses, en lo que se denomina superávit fiscal. El Presidente también dice que, por la vía del equilibrio fiscal, el país va camino a la inflación cero.
Por lo pronto, la inflación viene bajando desde diciembre, a un ritmo que fue muy veloz al principio y que ahora parece estabilizarse.
La novedad es que ahora acaba de anunciar, además, que el banco central, ejecutará, a partir de este lunes, un mecanismo al que denominó “de emisión cero”. ¿Y cómo lo piensa hacer?
Milei le ofreció la versión sintética a Horacio Cabak en una entrevista, antes de dar su discurso en la conferencia anual Sun Valley, organizada por el banco de inversión Allen & Company. Milei sostiene que lo que tiene que hacer es “sacarle los pesos del mercado”. “Emisión cero y ya está”.
Casi al mismo tiempo, el ministro de Economía, Luis Caputo, subió una explicación ampliada a su cuenta de X. La podría haber titulado “el fin de la emisión”: “Nada se modifica en lo cambiario. Esto es una profundización del esquema monetario. En la medida que el BCRA inyecte pesos por compra de dólares en el MULC, efectivamente venderá dólares en el CCL para esterilizar esos pesos. Es decir, la cantidad de pesos ya no crecerá más. Solo se achicará, ya que el país cuenta hoy con superávit fiscal”.
Como venimos diciendo desde enero, el peso será la moneda demandada, ya que los impuestos se seguirán pagando en pesos y la cantidad de pesos se reducirá más a mes por el equivalente al superávit primario. MULC es el mercado único libre de cambios y ccl es dólar contado con liquidación.
Milei usará y bajará la brecha; compra ( como hasta ahora) dólar a 920 y ( no emite mas) venderá a 1400 en CCL y MEP los dólares necesarios para recuperar los pesos gastados. Acumulará reservas por la diferencia de esa compraventa. Busca déficit 0, emisión 0 y bajar inflación al 2%!!
Hasta aquí, le versión optimista del asunto. La pesimista tiene por lo menos tres argumentos.
- Uno: el dólar viene creciendo con prisa y sin pausa desde que economía y el banco central decidieron bajar la tasa de interés, porque una buena cantidad de ahorristas se pasó del plazo fijo a la moneda norteamericana.
- Dos: si un solo banco, como denunció Milei, tiene la capacidad de generar turbulencias en el mercado ejecutando sus PUTS por dos billones de pesos. ¿no estamos parados sobre un sistema cambiario de enorme fragilidad?
- Tres: el precio del dólar sube porque el campo no liquida, a la espera de una devaluación que nunca se termina de producir.
¿Por qué eligieron el Presidente y Caputo hacer estos anuncios durante el fin de semana, en el medio de un viaje a los estados unidos? ¿Acaso Milei entró en pánico con el dólar a $1500?
Pero está claro que acusó recibo de lo que viene pasando. De otra manera no habría anunciado, además, para la mitad de la semana que se inicia, una solución acordada con los bancos, para el inquietante problema de los PUTS.
Tanto Milei como Caputo evalúan que lo que está sucediendo con el dólar es normal. Y dan por descontado que la volatilidad del mercado seguirá hasta septiembre.
Los dos creen, que, recién, a más tardar, a fin de año, se estará en condiciones de salir del cepo sin correr el riesgo de una corrida cambiaria. Para quienes hablan seguido con ambos, parece muy claro que van a seguir por el mismo camino. Sin devaluación. Y sin salir abrir todo el cepo de un día para el otro.
Por otra parte, “el mercado” y el “circulo rojo” consideran que se trata de dos testarudos. Y a ellos les parece bien que los consideren así. ¿Alcanzarán estas medidas para seguir manteniendo un nivel de adhesión de casi el 56%?
Porque el rebote de la economía se hace esperar, los niveles de pobreza no van a empezar a bajar de un día para el otro, y la principal preocupación de los argentinos, junto con la inflación, es, ahora, el miedo a perder el trabajo. ¿Y cómo logrará recuperar el gobierno el centro de la escena, o el eje de la conversación pública, monopolizada, desde hace un mes, por las alternativas del caso Loan?
El Presidente, seguramente por consejo de su principal asesor, Santiago Caputo, tuvo una interesante reacción hacia el final de la semana, cuando, en medio del interés de la Copa América, se colgó de uno de los videos más viralizados del mes: el del presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, en modo Marajá de kapurthala, entregándose al secado de su nuca interminable.
Porque lo ensambló con otra fuerte ofensiva para que los clubes de fútbol puedan adherir al sistema de sociedades anónimas deportivas. De hecho, ni lerdo ni perezoso, Milei volvió a instalar uno de sus temas favoritos en el marco de la batalla cultural. “Pregunta técnica si AFA se opone a las sociedades anónimas deportivas ¿Por qué motivo permite que el plantel titular provenga de estas sociedades? ¿Acaso será que los resultados son importantes y las Sads tienen a los mejores? No más socialismo pobrista en el fútbol”, posteo el mandatario en X.
Milei se siente más cómodo peleando contra la casta que en el medio de las internas de su propia tropa, o contra fuerzas afines, como la del Pro.
El sábado, nuestro colega Gustavo Ybarra de LA NACION, citó a fuentes cercanas a la vicepresidente Victoria Villarruel para admitir que hay cortocircuitos serios con Santiago Caputo y la secretaria general de la presidencia, Karina Milei.
Uno se produjo el 2 de julio pasado, en el acto de los policías caídos en el cumplimiento del deber. Villarruel llegó tarde y no la esperaron. Después, la Oficina del Presidente publicó imágenes del acto que no le cayeron bien a la vicepresidente. “Distribuyeron cuatro fotos: en tres no estaba Villarruel y en la cuarta se la ve entrando al palco para dejar en claro que llego tarde”, se quejaron los colaboradores de ella.
El otro cortocircuito se originó por la ausencia de la vice en uno de los hechos políticos más importantes desde que Milei asumió: la convocatoria al Pacto de Mayo, el 9 de julio, en Tucumán.
Al argumento de que estaba engripada, en la mesa chica del Presidente, nadie lo creyó. Y menos todavía cuando apareció, a las pocas horas subida al tanque del desfile que se realizó sobre la Avenida del Libertador.
El último tuit de la vice contra los legisladores de La Libertad Avanza, ¿pudo haber sido un mensaje contra Karina Milei? “¿Cómo nueve diputados provinciales que ingresaron por La Libertad Avanza votaron para beneficiar al gobernador Kicillof en un tongo más? ¿Cómo pudieron traicionar así a los argentinos que los votaron eligiendo al presidente @jmilei y que delegaron en ellos la oposición a Kicillof? Siento vergüenza e indignación. ¡devuelvan las bancas!”, escribió Villarruel en su cuenta de X.
Entre el Presidente y su vice hay un problema de fondo. El presidente tiene un proyecto propio: gobernar bien durante su primer mandato para ir por la reelección. Y Villarruel tiene la fantasía de sucederlo, pero dentro de tres años y medio.
De hecho, cada tanto, la gente de la vice revisa el ranking de su imagen positiva, que suele estar pegada a la del Presidente.
A Milei, por ahora, eso no le preocupa: sabe que la imagen negativa a Villarruel, no le aumenta por un solo motivo: casi no toma decisiones. Pero, ¿es consciente, el Presidente del daño que le podría generar al gobierno una ruptura explícita con Mauricio Macri?
Macri estuvo a punto de no volar desde Europa a Tucumán. Se había sentido destratado, porque nadie le había avisado, de antemano, que lugar iba a ocupar en el acto. Quería confirmar si era cierto que no le iban a dejar firmar el libro de actas. Durante la noche de la vigilia, fue saludado, abrazado y celebrado por el presidente Milei.
Sin embargo, esas imágenes nunca fueron registradas ni difundidas por el equipo de comunicación de la presidencia. Acá también hay un problema de fondo. Y en este caso, la gente de Macri responsabiliza por la falta de entendimiento tanto a Santiago Caputo como a Karina Milei.
El problema de fondo es que Macri quiere desembarcar en importantes áreas del gobierno con exfuncionarios del Pro, como Guillermo Dietrich y Javier Iguacel.
Pero Karina Milei y Santiago Caputo no lo desean. Y se sospecha que Milei tampoco. Porque consideran que se trata de áreas muy importantes. Demasiado importantes. Áreas que manejan mucho dinero y mucho poder. Organizaciones como la AFIP, la Aduana, el PAMI, y la ANSES, entre otras.
Otro problema es que Macri quiere acordar una estrategia parlamentaria conjunta y la mesa chica del Presidente no está tan segura de que se trate de una buena idea.
¿Forma parte del destrato a Mauricio Macri la demora en terminar de ponerse de acuerdo sobre como va a devolver el poder ejecutivo nacional, en la cabeza de Luis Caputo, el equivalente a 4 mil millones de dólares de la coparticipación que le deben a la ciudad de buenos aires, y que gobierna Jorge Macri?
Quizá Milei, para volver al centro de la escena, necesite algo más que sus explicaciones y sus apariciones constantes.
Tal vez, mientras que lidia en el senado con un nuevo problema- la discusión por el intento de incorporar a Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla- deba seguir evangelizando a sus seguidores, con la rutilante incorporación de Federico Sturzenegger y su anticipo de terminar con los ñoquis a través de un examen de ingreso para ocupar cargos en el estado.
O, en una de esas, deba meter en la licuadora todas las artes de la comunicación política, incluido el uso de las redes para mantener entusiasmados a sus seguidores. Para que todos recordemos, por ejemplo, que pasó un día como hoy, pero cuatro años atrás.
LA NACION