Ansioso, eufórico y con la boca cerrada. Ese es el estado de ánimo del presidente Javier Milei después de “una semana de locos”. Se lo confesó a un periodista este domingo, antes del mediodía, mientras se preparaba para recibir con un asado en la Quinta de Olivos a la mayoría de los integrantes del equipo económico. “Estoy ansioso porque me gustaría que la inflación bajara más rápido. Pero también estoy eufórico y confiado, porque todos los números nos dicen que la la mayoría de la gente la está viendo”, dijo.
Milei basa su optimismo, por ejemplo, en la última encuesta de Aresco. En especial, en la respuesta a la pregunta: ¿Cuándo cree usted que van a mejorar la situación económica y la creación del empleo? Porque la suma de los que afirman que la inflación bajará y la economía mejorará ya llega al 46.5%.
En cambio, los que vaticinan que Milei no podrá lograrlo no llegan al 37%. También es música para los oídos del Presidente la nube de palabras que acaba de dar a conocer Alejandro Catterberg, de Poliarquía.
Mientras en julio de 2023 el ánimo que predominaba entre los argentinos era el de cansancio y la decepción, ahora prevalece el de esperanza. Incluso el último trabajo de Opina Argentina presenta un cuadro muy favorable a Milei. Para empezar, más de la mitad de los consultados confían en que va a bajar la inflación.
Para seguir, sigue predominando la idea, correcta, de que los grandes responsables del desastre son Alberto Fernández, Sergio Massa y Cristina Kirchner. Sin embargo, este informe de expectativas económicas también contiene un signo de alarma. Es que por primera vez la desocupación se ubica en el mismo nivel que la inflación como la principal preocupación de los argentinos. Además crece tres puntos el temor al perder el trabajo, con respecto a la medición del mes pasado.
¿Es a ese núcleo de argentinos con miedo al que pretende volver a seducir Cristina Kirchner, la condenada, cuando se pregunta cómo puede ser que con esa situación haya gente que apoye a Milei? La respuesta correcta sería: “Señora: la gente optó por Milei para evitar que la siga gobernando personas como usted”.
¿Pero por qué Cristina aparece tanto y tan seguido? Quizá por que le teme a la insignificancia. O porque su imagen positiva se viene deshilachando cada día más, mientras la negativa aumenta con prisa y sin pausa. O tal vez porque, después del choque de trenes, prevalece, en la memoria de millones, la imagen de esa mujer fría y calculadora, que no tuvo el coraje de hablar luego de la tragedia de Once, pero que dos años y tres meses después, se burló de los familiares de las víctimas, y jamás pidió disculpas:
¿Qué falló el viernes a las 10.31 en las vías que están a la altura del viaducto de Palermo, en Figueroa Alcorta y Dorrego? Todo parece indicar que se trató de un error humano.
Para que se entienda: no estaba funcionando el sistema de señalamiento luminoso, debido el robo de cables. Entonces se siguió el protocolo del Reglamento Interno Técnico Operativo (RITO), que obliga a proceder al denominado “bloqueo absoluto”. Es decir, el que le ordena al maquinista frenar el tren. Una vez corroborado que hoy hay obstáculos, se le da vía libre para volver a arrancar. Bien. Parece que el auxiliar que estaba en “Palermo” le dio vía libre al de “Ocampo” cuando no debía. En la comunicación de la torre de control queda claro que se fue a tomar un café y que supuso que la locomotora no estaba más.
El juez Julián Ercolini y el fiscal Carlos Rívolo imputó a todos, por el presunto delito de estrago culposo. Es decir: a los dos maquinistas, el que salió de Retiro con la formación de pasajeros y el que estaba a cargo del tren detenido. También a los dos asistentes de los choferes y los tres auxiliares.
Mientras tanto, los números de la gestión de Ferrocarriles Argentinos hablan por sí solos:
- Una deuda de 100 millones de dólares.
- 145 sobre 160 coches sin reparación parcial.
- Diez años de antigüedad de material rodante.
- Punteros militantes en cargos gerenciales.
- En la Línea San Martín solo hay disponibles 13 formaciones, sobre las más de 20 que se necesitan.
- Prometieron el tren bala y pusieron en marcha uno con la misma velocidad que tenía en 1910.
O como dijo el secretario de Transporte, Franco Mogetta: “Hace diez años que no se compra ni un rulemán en el sistema, pero se gastaron fortunas cortando el pasto y metiendo punteros que no iban a trabajar”.
Lo que no se entiende es cómo todavía el titular de la Sociedad Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado (SOFSE) sigue siendo Luis Adrián Luque, un exconcejal de Massa que tiene a su cargo 23.000 de los más de 30.000 empleados que tiene ferrocarriles.
Pero volviendo a Cristina Kirchner, menos se entiende todavía su insistencia por colocarse del lado de los gerentes de la pobreza. Por ponerse del lado de los “mano largas”. Bueno. Que alguien le avise que este lunes, a primera hora, el Ministerio de Capital Humano va a presentar una denuncia penal por incumplimiento de los deberes de funcionario y fraude.
Es por el desvío de fondos para alimentos que terminaron en los “comedores populares fantasma”. Que le cuenten a Cristina que la principal implicada es alguien de su riñón, la ex secretaria de inclusión Social, Laura Alonso, la misma que el 8 de enero de 2020 presentó el llamado Plan Nacional de Lucha contra el Hambre.
Y que le soplen a Cristina, ya que estamos, lo que reveló la auditoría del gobierno de Milei.
Es sencillito:
- De la totalidad de los comedores registrados en el Registro Nacional de Comedores y Merenderos de la sociedad civil (Renacom) solo se pudieron relevar la mitad: 52.3%.
- El 47.7%de los comedores no pudieron ser relevados por tres motivos distintos.
- Motivo uno: 32% no funcionaba como tal.
- Dos: el 25% de los datos de pre inscripción no coinciden con los reales -porque las direcciones no existían. O porque en las direcciones registradas no hay comedores-.
- Motivo tres: en el 16% de las direcciones declaradas jamás funcionó un comedor o merendero.
- Van algunos ejemplos de los nombres de los supuestos comedores que no existían en los domicilios declarados: “Conquistando sonrisas”; “Pequeños gigantes de Quilmes”, “Cielos abiertos”: “Luz de luna de Pereyra”; “Los peques de San Alberto” y “Luz y esperanza”.
Pero el dato más escandaloso es el del supuesto comedor “Gauchito Gil”. Porque cuando se intentó constatar su existencia, los auditores corroboraron que era la dirección de un country.
Milei, todavía, no le salió a responder a Cristina. Él y su máximo consejero, Santiago Caputo, tienen la teoría de que no vale la pena. La perciben cada vez menos relevante. Cada día más “afuera de la conversación pública”. O sea: absolutamente desconectada de la realidad. Prefieren divertirse viendo los videítos de TikTok, con ilustraciones divertidas y el audio de hace unos días, cuando ella dijo que con Néstor no se iban de vacaciones ni a la Habana ni a Hanoi, sino a Nueva York y Miami.
El Presidente aceptó a regañadientes el pedido de Guillermo Francos de no descalificar a los senadores nacionales con los que ahora mismo negocia para aprobar la ley bases y el Capítulo fiscal. Milei no cree en milagros. Estima que el paquete volverá a Diputados y que será aprobado recién después del Pacto de Mayo.
El Presidente insiste: no necesita de esas leyes para que sigue bajando la inflación y la economía empiece a rebotar. Milei informa que no va a salir del cepo de una sola vez, sino de manera parcial, liberando restricciones. Sostiene que es correcta la idea de Martín Redrado de ir levantando el cepo en “forma artesanal”. Da un ejemplo concreto: “Cuando asumimos, el Banco Central pagaba solo el 15 por ciento de las importaciones. Ahora pagamos el 70%”.
El jefe de Estado entiende que sin cepo la economía crecería más, pero agrega que, aún con cepo, el rebote ya está sucediendo. Es más: insiste con gráfica analogía de que antes de terminar el año la economía va a crecer como pedo de buzo. “Cuando termine el año le habremos devuelto al sector privado 15 puntos del PBI en ahorro (...) ¿Quieren saber cómo va a crecer la economía? Va a subir como pedo de buzo”, dijo en la cena de la Fundación Libertad.