Un análisis sobre la última medida anunciada por el ministro de Economía; además, el escenario electoral que enfrentan el candidato de La Libertad Avanza y Patricia Bullrich
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En su columna de LN+, Luis Majul se refirió a la convocatoria que realizó Javier Milei el último martes y a su perfil de candidato presidencial. Además, analizó la última medida anunciada por Sergio Massa y detalló las expectativas electorales de Patricia Bullrich y la influencia de las últimas declaraciones del expresidente Mauricio Macri.
A continuación, la editorial completa de Luis Majul:
Ayer Javier Milei apareció en La Plata, con un dólar gigante y agitando una motosierra, donde encabezó una caravana junto a Carolina Píparo y a su hermana, Karina Milei. Al mismo tiempo, a través de una nota, le pidió a Sergio Massa que postergara el envío del presupuesto que, según la ley, debería presentar al Congreso el próximo 15 de septiembre. No hay que ser muy despabilado para comprender que el candidato de la Libertad Avanza hace campaña a través de puros golpes de efecto:
- El dólar gigante representa la dolarización. Sin embargo, sus principales asesores económicos ya anticiparon que con este nivel de reservas será imposible dolarizar. ¿Está engañando a sus votantes, se está engañando a él mismo, o tiene miedo de aclarar que se arrepintió, que su propuesta era un delirio, y que la espuma que subió desde la victoria del 13 de agosto pasado baje abruptamente, y se convierta en la nada misma?
- En la última entrevista que le hice, no quedó muy clara su idea de cómo piensa dolarizar. Tampoco la amenaza de cerrar el Banco Central. Y menos después de las intervenciones de Darío Epstein, Carlos Rodríguez y Juan Nápoli.
- Lo mismo pasó con la motosierra. Cuando le pregunté qué haría con los 50 mil empleados públicos que quedarían en la calle cuando cerrara los ministerios que prometía eliminar, aclaró que solo despediría a los cargos políticos, lo que representa una ínfima parte del gasto que quiere extirpar.
Es curioso, pero tanto Nápoli como Ramiro Marra relativizaron los rimbombantes anuncios económicos de Milei, aclarando que solo es una manera atractiva de presentar las cosas. Y el pedido de Milei a Massa para que haga algo ilegal, como postergar la presentación del presupuesto, también apunta a lo mismo: hacerle creer a la gente que ya ganó, aunque para el 22 de octubre todavía falta mucho.
Lo traduzco según lo entendí: está utilizando meros golpes de efectos para llegar al corazón del elector. ¿Quisieron impresionar a los argentinos también ayer los estrategas de campaña de Milei con el video de la toma cerrada en la caravana de La Plata? Porque cuando se ve el dron desde arriba parece claro que no asistió tanta gente como lo muestra el plano corto.
Lo aclaramos una vez más. Eso no significa negar que, según la mayoría de las encuestas, Milei está ganando, cómodo, la elección. Igual que la desastrosa gestión económica del peor gobierno de la historia reciente tampoco significa que Massa haya dejado de ser competitivo.
De hecho, anoche Federico Aurelio, invitado a +Nación, nos dijo que Milei habría aumentado su voto después de las PASO, y Massa lo habría mantenido, mientras que Patricia Bullrich, según él, todavía permanecería tercera. Pero en el equipo de campaña de Juntos por el Cambio, ayer, estaban con nuevos bríos.
Una encuesta pedida por Jorge Macri los daba creciendo, y mucho, en la ciudad de Buenos Aires, y casi empatando en la provincia, contra Unión por la Patria, de Axel Kicillof. También estaban exultantes porque Maximiliano Pullaro, el candidato a gobernador que más votos obtuvo en la historia de Santa Fe, respondió ayer, en todos los idiomas, junto a ella, también en +Nación, que prefería mil veces a Bullrich que a Milei, y que compartía todas las cosas que había dicho Mauricio Macri para despegarse del líder de la Libertad Avanza, a saber:
- Que no tenía equipo.
- Que era demasiado agresivo en sus ataques personales.
- Y que no tenía plan de gobierno ni estrategia para terminar con la inseguridad y el narcotráfico en Santa Fe.
En simultáneo con la motosierra y el dólar, en las últimas horas Massa volvió a usar, de manera escandalosa, el otro gran artefacto que no se ve, pero que está destruyendo a la Argentina: la maquinita de hacer dinero sin respaldo. En este caso, para anunciar la suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias que hará un descomunal agujero en las cuentas públicas.
Es curioso que Milei no la haya rechazado de plano. Él sabe que esta decisión genera más inflación y más fugas de los pesos hacia los dólares, alimentando una suba de precios espiralizada que podría convertirse en híper en cualquier momento. ¿Por qué no la criticó fuertemente, de acuerdo a sus convicciones más profundas? ¿Se está convirtiendo en un político tradicional? ¿Un integrante da la casta más?
Hoy Joaquín Morales Solá escribe que Macri se está despegando aceleradamente de Milei, porque sospecha que él y Massa tienen un pacto secreto cuyos alcances todavía se desconocen. ¿Estará esperando para denunciar el pacto en el momento justo, o su sospecha quedará latente entre las charlas privadas del círculo rojo?