La interna del Frente de Todos, la inflación y los conflictos políticos que atraviesa el gobierno nacional, bajo el análisis del conductor de LN+
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Luis Majul abrió la último emisión de La Cornisa con su clásico editorial que apuntó con dureza contra Alberto Fernández. El periodista puso el foco de su análisis en las decisiones políticas que tomó durante los últimos meses el mandatario y se detuvo a reflexionar acerca de la crisis interna del Frente de Todos y en cómo esta batalla está afectando el desarrollo económico del país.
A continuación, el editorial completo de Luis Majul:
Esta es una información inquietante. Proviene de fuentes muy confiables. Dos dirigentes de peso le acaban de dar al Presidente una suerte de ultimátum disfrazado de consejo. Ambos lo emplazaron, casi con las mismas palabras: “¡Alberto, reaccioná!”.
La diferencia es que uno lo emplazó a forzar una reconciliación urgente con Cristina. Más que una reconciliación, una capitulación. Una que incluye la cabeza de Martín Guzmán. El otro, en cambio, le aconsejó que rompa con la vice de una vez. Que pida las renuncias de los funcionarios más leales a ella en el área de energía, como Darío Martínez, Federico Basualdo y Federico Bernal.
También le pidió que despida, como el gran ejemplo del funcionario que no funciona y encima se nos ríe en la cara, a Roberto “milagros no hago” Feletti. Dicen que el Presidente, por estas horas, está demasiado sensible. Entre el festejo de su cumpleaños número 61, el sábado, y la proximidad de su paternidad, se lo escuchó insultar a Cristina, cuando se enteró de su nuevo embate, en el aniversario de los 40 años del fallido intento de recuperar las Malvinas.
Cristina, la dañina, pareció achacarle toda la responsabilidad por la crisis económica, recordando que la dictadura se había tenido que ir con una inflación anual del 131 por ciento.
Y también pareció considerarlo un inútil, mientras revelaba que le había regalado “Diario de una temporada en el quinto piso”, el libro de Juan Carlos Torre, sobre el principal asesor del exministro de Economía de Alfonsín, Juan Sourrouille, con la intención de que entendiera que, más que ideologías, los países tienen intereses.
A esta altura, no hay duda de que la de Alberto y Cristina es la fórmula presidencial contra natura que está pariendo, el peor Gobierno desde 1983 a esta parte. La consultora Focus Market, de Damián Di Pace, por ejemplo, elaboró un trabajo en el que compara la inflación de los primeros 27 meses de Macri con los primeros 27 meses de Alberto.
Es demoledor. El pan, con Macri, llegó a aumentar, en ese período, el 85 por ciento, mientras que con Fernández acumuló un 120 por ciento. El arroz, un 60 por ciento contra 121 por ciento. El tomate, el 49 por ciento versus el 466 por ciento. El asado, un 37 por ciento contra el 235 por ciento. La cebolla, el 13 contra el 174. La lechuga, el 82 contra el 366. La manzana, el 69 contra el 222 por ciento.
Es evidente: Alberto y Cristina, con su internita de morondanga, están destruyendo el país. Empezando por su propia base electoral. Y siguiendo por la clase media, como bien lo demuestra este dato, también de Focus Market.
Es que el sueldo mínimo ya ni siquiera alcanza para pagar los gastos de un auto de los más baratos. Porque ahora mantenerlo, cuesta 43.500 pesos por mes, cuando el año pasado salía 38.500. No es algo que preocupe a la “Reina Polenta”, siempre arriba de vehículos o aviones oficiales, o tomando vuelos privados que pagamos todos.
Más que “el pueblo”, a ella le inquiera dejar a todos los ambientes que habita pipí cucú, pero con la plata te su bolsillo. Para que sepas que no te hablo en broma, te voy a adelantar un par de datos de la investigación que Silvina Martínez va a presentar en minutos. Escuchá: cómo los costos de reparación del despacho de la vice que le pasó el Senado a la Justicia le parecieron excesivos, Silvina fue a buscar los gastos de reconstrucción de la Cámara Alta en 2021.
Y se encontró con cifras escandalosas. Prestá atención: Cristina se patinó casi 500 millones de pesos, que incluyen contrataciones no auditadas y no contienen ni una mínima rendición de cuentas. Y todavía la portavoz presidencial, Gabriela Cerrutti, la coloca como una víctima de violencia simbólica.
¿Cómo no van a generar indignación, los 3 millones y medio de pesos que va a cobrar a partir de este mes Cristina, con la suma de sus dos jubilaciones de privilegio, si equivalen a casi 100 jubilaciones mínimas, incluido el bono de 8 mil pesos? ¿Cómo no va a generar repudio la indemnización de casi 12 millones de pesos a Nacha Guevara, confirmada por nuestro compañero Luis Gasulla?
¿Cómo no te va pegar abajo esta foto de las últimas horas de estos dos peligrosos multimillonarios, Máximo Kirchner y Pablo Moyano, amenazando al Gobierno con salir a la calle para mantener y acumular más espacios de poder? ¿Cómo no te va a indignar el oportunista de Juan Grabois, el mismo al hace un tiempito le hacía ruido la fortuna de los Kirchner y ahora, con una mano recibe bancas de diputados, cargos en el ministerio de Desarrollo y planes sociales, y con la otra abraza, en el medio del acampe, al líder del Polo Obrero Eduardo Belliboni?
¿Cómo no te van a molestar los Vacunados VIP; Fabiola Yañez diciendo que se arrepiente del “Olivosgate” ocho meses después, pero ante la revista Gente; la cuarentena eterna; los 188 días sin ir a clases; los muertos por COVID que se pudieron evitar; el piquete más largo de la historia; el plan platita, los casos de inseguridad que cada vez incluyen más homicidios; la persecución al campo y los sectores productivos y la creación de 19 nuevos impuestos, mientras no son capaces de bajarse las dietas, pagar de su bolsillo ni el auto oficial, ni la nafta, ni el celular ni el café y ni un vaso de agua?
Y a propósito de lo escindidos que están de la realidad, ¿cuánto tiempo más, Alberto y Cristina van a seguir sin hablarse, cuando se comprometieron bajo juramento a gobernar juntos, el país? ¿Qué tiene que suceder para que dejen de jugar con la democracia? ¿Un nuevo “que se vayan todos”? Sería bueno que, de vez en cuando, prestaran atención a la mirada en perspectiva de algún argentino lúcido, como Oscar Martínez, quien el viernes pasado, en el programa de Jony, explicó porqué Argentina está peor que en diciembre de 2001.
LA NACION