El conductor de LN+ analizó cómo continuará el proyecto político del Frente de Todos y, en particular del cristinismo duro, de cara al 2023
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“Aún no comprende por qué intentaron matarla. Le cuesta procesar el rotundo fracaso del Operativo Santificación”, comenzó su análisis Luis Majul en una filosa columna de opinión en la apertura de La Cornisa por LN+. El periodista rememoró los acontecimiento que vivió la vicepresidenta en las últimas semanas y se refirió a cómo seguirá el Frente de Todos en medio de una situación socio-económica compleja.
A continuación, el editorial completo de Luis Majul:
Cristina todavía no puede salir del estado de shock. Aún no comprende por qué intentaron matarla. Le cuesta procesar el rotundo fracaso del Operativo Santificación. En 2011, montada en el dolor por la muerte de Néstor (Kirchner), había logrado convertirse en la presidente que más votos sacó, después de Juan Domingo Perón.
Pero ahora, a 15 días del ataque, sus niveles de rechazo siguen igual o un poco más altos que antes. Peor todavía: dos encuestas distintas demuestran que más de la mitad de los argentinos considera al atentado una noticia falsa. Una maniobra más para evitar que la justicia la condene. Una enorme cortina de humo para tapar el ajuste.
Para colmo, la justicia está a punto de desinflar la conspiración interplanetaria que el kirchnerismo pretende instalar para que el asunto no decaiga. Lo hará en base al diagnóstico de los peritos que hablaron con el agresor y encuadraron su conducta en “ideación mística con tendencia a la megalomanía”.
Es decir: un sujeto con “ideas delirantes”, como bien lo escribieron en su detallado informe de LA NACION Nicolás Cassese, María Nollmann y Lucila Marín, titulado Viaje a la Psiquis de Sabag Montiel. Mezcla de cholulo con freak, en la tarjeta de memoria del celular del agresor, se puede ver como manipula el arma y simula un disparo al vacío.
Es decir: hay arma, hay agresor. El caso, desde el punto de vista policial, parece estar resuelto. Y al kirchnerismo no le alcanza con Rodolfo Tailhade pidiendo que se investigue a la policía de la Ciudad como instigadora de La banda de los copitos. O con la senadora Juliana Di Tullio, acusando a la policía de la ciudad de no haber previsto al atentado contra la vice, sin decir una palabra sobre la desastrosa actuación de la custodia de Cristina.
La militancia está sumida en el desconcierto. Y Cristina también. Hasta hace dos semanas, ella parecía convencida de que el plan vigilia con alerta y movilización podía desembocar en el nuevo 17 de octubre del siglo 21.
Ahora, descentrada desde que el fiscal Luciana le pidió 12 años de prisión, dejó al Frente de Todos a la deriva, sin bajada de línea ni estrategia. Veamos una muestra del estado desesperación. Uno de sus dirigentes más impresentables, Eduardo Valdés, le dejó un mensaje en el teléfono del ex presidente Macri, repudiando la amenaza de muerte que sufrió en los últimos días.
Lo publicó Santiago Fioriti, en Clarín. Dice: “Hola, presidente Macri, soy Eduardo Valdés. Lo llamé personalmente a este celular para repudiar las amenazas hacia su persona vía trolls de odio. Ojalá que nos animemos a escucharnos y a parar este momento de violencia. Derribemos muros, construyamos puentes”.
Horas después, el PJ, con Alberto Fernández a la cabeza, tomó la iglesia de Luján para hacer un acto partidista. No es la primera vez que Cristina se aprovecha de un hecho conmocionante y lo mezcla con la misa. ¿Te acordás de esta imagen, en una iglesia de Merlo, con la foto de Santiago Maldonado en la mano?
Pero más interesante todavía es el contraste entre la misa por los 100 mil muertos de COVID y la misa “anti-odio” que copó ayer la iglesia de Luján. Mirá. También resulta imperdible el episodio al que se podría denominar Las dos caras de Mariano Recalde. En uno, aparece en Luján, emulando a Ghandi. Horas después, se lo puede ver en Parque Lezama, como una mezcla de Piñón Fijo y Juan Grabois:
El mismo desconcierto está dominando al supuestamente equilibrado, Eduardo Wado De Pedro, ministro del Interior y fanático de Cristina.
- Horas después del atentado contra Cristina, se fue del grupo de chat de los ministros luego de acusarlos de tibios y cagones.
- Casi al mismo tiempo, subió a su cuenta de tweeter un mensaje en el que responsabilizó a Luciani, la oposición y los medios, y nos colocó en el lugar de instigadores del atentado a la vice.
¿Quién va a creer que la convocatoria del ministro va en serio? ¿Cómo no entenderlo como una jugada típica para fragmentar a la oposición? Pero los chicos grandes de la Cámpora no se rinden.
Repiten que el atentado sirvió para motivar a la militancia, encolumnar a todo el peronismo bajo el liderazgo de Cristina y copar la agenda de los medios, tapando otras noticias como el ajuste del ministro Sergio Massa. Sienten que todavía hay tiempo y oportunidad para ir por todo, una vez más.
Parece solo otro síntoma de su desconexión con los problemas más graves y más urgentes de los argentinos. Por ejemplo:
- La mitad de las familias argentinas viven, o sobreviven, con menos de 273 dólares mensuales.
- Otro 30 por ciento, perteneciente a la clase media, lo hace con apenas 433 dólares.
- Y las de mayores ingresos, que alcanzan el 20 por ciento del total, apenas tocan los 713 dólares.
Es decir, menos de la mitad de lo que gana un empleado recién ingresado a Mc Donnals en la ciudad menos rica de los Estados Unidos. Otro ejemplo:
Estos son los diez productos que más aumentaron en agosto.
- Azúcar, 30 por ciento.
- Rollo de papel de cocina, 21.4 por ciento.
- Puré, 19 por ciento.
- Huevos, 18.8 por ciento.
- Enlatados de pescado, 18.4 por ciento.
- Papel higiénico, 17.2 por ciento.
- Harina pre mezclas 15.2 por ciento.
- Desodorante, 14.1 por ciento.
- Productos para el cabello, 13.7 por ciento
- Crema de leche, 13.6 por ciento.
Continuemos. La inflación de alimentos y bebidas de la Argentina es casi 5 veces mas alta (un 5.8 de promedio) que en 10 países de toda la región (con un 1.2 por ciento promedio) Lo mismo pasa con el riesgo país. Argentina tiene el más alto de la región. 2.385 puntos contra 132 de Uruguay, 198 de Chile y 295 de Brasil, para citar solo a 3 de los países limítrofes.
Y ahora volvamos al bolsillo de la gente. Y la falta de esperanza en el futuro. La super inflación también explica porqué los argentinos sentimos que la plata nos quema. O porqué “fingimos demencia”. Mirá este informe de Argentina en datos. Lo explica con mucha claridad.
Y lo que viene, con este gobierno, parece todavía peor. Según el nuevo informe de Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que recibe el Banco Central a las principales consultoras.
- La inflación de este año se ubicaría en el 95 por ciento, casi 5 puntos por encima de la encuesta anterior.
- La del año que viene superaría el 84 por ciento.
- La de 2024 treparía al 63 por ciento.
Mientras que el crecimiento de 2022 llegaría a solo 3.6 por ciento. En el medio de esto, las buenas noticias de Massa, como el nuevo dólar soja y los dólares que le prestará el BID a la Argentina, se parecen a un analgésico para un enfermo terminal.
O una verdadera herejía, si se las compara con el ajuste que no le permitían hacer a Martín Guzmán o las subas de tarifas de Macri. Es decir: la patria estaría en peligro, Alberto Cristina y Massa estarían dejando tierra arrasada y los cantitos de la militancia se parecerían mucho a una burla a los argentinos que confiaron en ellos.
Y todo esto, sin mencionar que el juicio oral y público por Vialidad sigue, a pesar de las amenazas de Cristina y sus seguidores. Podrán seguir cantando: Che Gorila/ Che Gorila/ No te lo decimos mas/ si la tocan a Cristina/ que quilombo se va a armar. Pero el alegato de Luciani ya pasó a la historia, justo donde Cristina no quería que estuviera.
LA NACION