En LN+, el periodista analizó las últimas novedades sobre el ataque a Cristina Kirchner en Recoleta
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¿Por qué 6 de cada 10 argentinos creen que el ataque a Cristina es un falso atentado? ¿Por qué, la mayoría de quienes hablan de combatir los discursos de odio pretenden, en el fondo, una ley mordaza para silenciar al periodismo y los medios críticos, y no una búsqueda desinteresada del amor y la verdad?
Porque en boca del mentiroso lo cierto se hace dudoso.
Desde la inflación del INDEC hasta el índice de pobreza. Desde su amor incondicional hacia los pobres hasta la manera de amasar su fortuna: porque hace tiempo que el kirchnerismo viene mintiendo. Haciendo y diciendo lo contrario. Atacando con furia, bronca, violencia simbólica. Y de la otra también.
Desde aquel día de marzo de 2008 en que Luis D’Elía escupió todo el resentimiento del que es capaz contra el gran artista Fernando Peña hasta aquel otro día de abril 2014 cuando, a los gritos, en el estudio de intratables, el mismo hombre violento, empezó a pedir amor.
Desde aquellos días de febrero de 2016 en que conocimos a la verdadera Cristina. La que le exigía a Parrilli que desplegara el aparato del Instituto Patria para salir a apretar a los jueces. Hasta los que hoy, en vez de guiarse por la información que hay en la investigación, ya dan por sentado, que los instigadores del Fernando Sabag Montiel somos nosotros, los medios.
Desde el ministro del Interior, Eduardo De Pedro.
Diciendo que no es un loco suelto.
Ni un hecho aislado
Sino que la culpa la tenemos los periodistas, acumulando tres toneladas de diarios, televisión y radio, dándoles lugar a los discursos violentos.
Hasta hace Kicillof, instalando que no son solo discurso de odio, sino que destilamos odio.
Desde el señor del mortero y las 14 toneladas de piedra en diciembre de 2017 hasta Pablo Moyano, señalando, como un vigilante de la patota sindical, a periodistas con nombre y apellido. El siempre con guardaespaldas y culatas, nosotros siempre de frente y sin custodia, haciendo lo que tenemos que hacer.
Desde Cristina revoleando carpetazos, hasta contra el propio presidente. Hasta Cristina, de nuevo, acusando falsamente a uno de los jueces que la tendrá que absolver o condenar, Rodrigo Giménez Uriburu, adjudicándole parentescos y vinculaciones con la dictadura.
Desde la titular del INADI, Victoria Donda, acusando de odiadores a patricia Bullrich, Milei, Granata y López Murphy, hasta José Mayans diciendo que para parar la violencia civil hay que interrumpir el juicio oral contra Cristina
Desde la amenaza colectiva de La Cámpora hasta Máximo diciendo que la oposición está compitiendo para ver quien mata al primer peronista
Por toda esa carga; por toda esa sobreactuación; por el insostenible e inmediato aprovechamiento del suceso, y según la encuesta de Reputación Digital, la gente cree que la versión del atentado es mentira, y solo el 37.51 por ciento no cuestiona la información.
Y ahora hablemos en serio, y sin dar más vueltas, sobre el atentado en sí.
· Hasta ahora, nada parece indicar que el agresor haya sido un sicario por encargo, como bien se podría interpretar, y de acuerdo a lo que dice hoy la justicia, sobre el caso Nisman.
· Tampoco que se trata del brazo armado de una organización terrorista, como ya se probó, de manera terminante, en los atentados contra la embajada de Israel y la mutual judía AMIA.
· Los psiquiatras forenses con los que hablé, y de acuerdo a la información parcial e incompleta que venimos recibiendo de la causa, conectan a Fernando Andres Sabag Montiel, más bien, con el asesino de John Lennon, Mark David Chapman.
· Chapman tuvo una infancia traumática, por los abusos de su padre a su madre y a su hermana. Se empezó a drogar a los 14 años e intentó suicidarse años después.
· El asesino esperó a Lennon hasta que salió del edificio donde vivía y le disparó seis veces. Mientras Lennon se desangraba, esperó a la policía, leyendo un libro con el que estaba obsesionado.
· Sabag Montiel disparó y, al principio, no huyó. Se quedó esperando mientras varios militantes intentaban atraparlo. Con un discurso delirante, de acuerdo a los psiquiatras de la policía federal, parece una mezcla de cholulo con una persona que a veces responde con lógica y otras parece fuera de la realidad.
· Hay decenas de preguntas que siguen sin respuestas, alrededor de él y no novia, Brenda Uliarte. Y también sobre ella se podrían hacer mil conjeturas, empezando por sus aparentes cambios de personalidad, que incluían sus ocupaciones y su apariencia.
Pero vincular al intento de asesinato de Cristina con el razonamiento berreta que hizo D’Elía
Escribiendo:
La Bersa es de Lanata. El cargador es de Leuco. Las balas son de Feinmann. La mira es de Jhony Viale. La empuñadura es de Majul. El cañón es de TN La portación es de Echecopar. El gatillo es de LN+ La instigación es de Clarín. El plan es de la Embajada. El brasileño es un perejil:
Y reproduciendo una falsa tapa de Noticias donde muchos colegas aparecen disparando detrás del agresor y una enormidad y una provocación.
La querida Magdalena Ruiz Guiñazú, quien falleció hoy, es un ejemplo de todo lo contrario.
Valiente pero siempre dispuesta a escuchar, periodista a vida completa, lo puso Víctor Hugo Morales, el converso, ante la espada y la pared, cuando le dijo que parecía claro que al él le baja línea el gobierno de turno.
Por colegas como Magdalena no nos pueden pasar a todos por encima.
Por personas como ella, que abandonó la comodidad de su trabajo y el tiempo con su familia para bajar a los infiernos de la dictadura, participando de la CONADEP, es que no tenemos miedo.
Ese es el mejor legado que nos podía dejar.