El domingo puede pasar cualquier cosa. Puede ganar Javier Milei, en primera vuelta. Puede salir Milei primero y Sergio Massa segundo. O puede ser que Patricia Bullrich, quien la viene corriendo de atrás, ponga patas para arriba todas las predicciones.
La sorpresiva designación de Horacio Rodríguez Larreta como jefe de gabinete de un eventual gobierno de Bullrich fue una jugada inteligente y pragmática. No se la esperaban ni Massa ni Milei.
Suma puntos a los dos. A Rodríguez Larreta, porque volvió a poner su figura en valor, cuando todavía estaba convaleciente de su derrota en la interna. Y a Bullrich, porque la muestra generosa y pragmática. Haciendo lo que hay que hacer para entrar al ballottage.
Además, hacia afuera, la candidata cree haber matado dos pájaros de un solo tiro. Al pájaro de la expectativa que había generado Massa, hablando de un gobierno de unidad nacional. Un gobierno del que podría formar parte el jefe de gobierno de la Ciudad. Y al pájaro de las dudas que generaba su equipo, sin alguien ya probado, como Rodríguez Larreta, en la posición de ministro coordinador.
También le salió la jugada a Bullrich, que ahora su equipo analiza la posibilidad de ofrecerle a Mauricio Macri un a “la altura”. Un puesto cargo que le permita viajar por el mundo con el objetivo de traer negocios para la Argentina. Podría ser ad honorem. Y terminaría con las fantasías de los operadores de Milei, quienes ubican a Macri mas cerca de la Libertad Avanza que de Juntos por el Cambio. Pero la candidata no lo va a hacer, sin asegurarse antes de que el expresidente le dé una respuesta positiva.
Ayer Macri, con lo de Rodríguez Larreta, parecía satisfecho. “Al final terminó pasando lo que yo les decía que iba que pasar”, comentó a sus amigos. Es verdad: Macri, antes de las PASO, le había pedido a Larreta que se baje de la candidatura, porque tenía el dato de que iba a ser derrotado. También le pidió que acordara junto a Bullrich un nuevo esquema de poder, de cuota partes iguales. Lo cierto es que, desde que ganó el último debate, a Patricia le volvió el alma al cuerpo. Es más: ni siquiera parece demasiado preocupada por la operación contra Melconian de Tomás Méndez, el único periodista argentino condenado por extorsión. Este sábado, en la mesa de Mirtha Legrand, ella dio por terminado el episodio con las respuestas del economista a las preguntas de Jony Viale y de Diego Scheinkman.
Bullrich también parece muy entusiasmada con el informe reservado que recibió el jueves pasado al mediodía, elaborado por la oficina local del J P Morgan. Los datos fueron anticipados por Pablo Fernández Blanco, en LA NACION. Al paper se lo dieron en la mano al candidato a vice, Luis Petri. Dice, palabra más, palabra menos, que entre el 4 y el 5 de octubre pasado se habrían cruzado las curvas de intención de voto entre Bullrich y Massa. O, para ponerlo de un modo más claro: que Bulrich, finalmente, habría superado a Massa y se estaría ubicando en segundo lugar.
El cuadro está en nuestro poder. No lo vamos a publicar, porque ya empezó a regir la veda para las encuestas. Pero tiene sentido. Es que durante fechas en la que Bullrich pudo haber superado a Massa confluyeron:
- Una fuerte escalada del dólar libre.
- Las tarjetas de la corrupción de Julio Chocolate Rigau.
- El Insaurralde Gate.
- Y algunas declaraciones “piantavotos” de Milei.
¿Fue la operación contra Melconián un último intento de Massa y de Milei para sacar a Bulrich fuera de la cancha? Patricia está convencida de que sí. Cree que de la maniobra participó tanto la gente de Massa como la de Milei. Que primero Massa lo mencionó en público, como al pasar, para que el asunto se instalara. Y que después, los partidarios de Milei, lo multiplicaron hasta el infinito en las redes sociales.
¿Cuánto debería golpear a Massa el Chocolate Gate el Insaurralde Gate, el precio del dólar, que esta semana superó los 1000 pesos, y la inflación mensual que se acaba de conocer y que es la más alta jamás soportada por la Argentina, con excepción de las hiper de 1989 y 1990? Depende de cómo se lo mire.
En un país serio, con un gobierno serio, Massa debería haber declinado su candidatura. Y ya estaría fuera de carrera. Porque es el principal responsable, junto a Alberto Fernández, Cristina Kirchner, Máximo Kirchner, y Axel Kicillof, de haber llevado la Argentina al desastre.
El último índice de septiembre es de catástrofe. Llegó al 12.7 por ciento, fue más alto que el de agosto y se teme que en octubre, por el impacto de la corrida cambiaria, supere el 13 por ciento. La curva de la inflación Massa demuestra que no solo no la puede detener, como prometió más de una vez. Al contrario. La llevó de un 79 por ciento anual al 140 por ciento, en menos de 12 meses.
Durante los últimos nueve meses, los precios se duplicaron. Solo durante el mes pasado, los alimentos se incrementaron en un 14.3 por ciento. Y, como si eso fuera poco, acabamos de superar a Venezuela, en el índice de inflación mensual.
En el campeonato de inflación anual del mundo, solo somos superados por Venezuela y el Líbano.
En la calle se huele híper. La semana pasada, en decena de expendedoras de combustible de la Ciudad, de repente, se acabó la nafta. Muchos negocios abrieron tarde o cerraron antes, porque no hicieron a tiempo para remarcar los precios de los productos que venden al público. En apenas un año, los precios de los alimentos básicos se incrementaron, promedio, un 250 por ciento.
- La papa, casi 280 por ciento.
- La naranja, más de 270.
- El azúcar, casi 230 por ciento.
- El arroz y los huevos, casi un 200 por ciento.
El caso de los tres ciudadanos chinos a los que atraparon con 700 mil dólares adheridos a la cintura pareció más “un show para la gilada” que una medida para detener la compra de billetes.
El intento de detención del croata Ivo Esteban Rojnica, dueño de la financiera Nimbus, a quien se lo señala como el principal operador del dólar blue en la city porteña, tienen un doble objetivo: activar un virtual feriado cambiario hasta el domingo de la elección y tapar, con esa noticia, las novedades sobre el Insaurralde gate y Chocolate Rigau.
A gente de dudosa moralidad como, Gildo Insfrán y Pablo Moyano no les importó tanto que Insaurralde haya robado, sino que lo hayan atrapado con las manos en la masa. A las pruebas me remito. El gobernador de Formosa lo considera un estúpido. Y “El salvaje” lo calificó de “pelotudo”.
En las últimas horas, Bullrich se puso a hacer cuentas. Les preguntó a sus votantes, en un acto: “¿Saben cuánto tardaría en pagar un jubilado de la mínima un día de alquiler de El Bandido, el barco en el que aparecen Martín Insaurralde y Sofía Clerici? Se respondió: “Siete años”. Pero no esperó la indignación de la gente. Enseguida dijo ella lo que pensaba de Insaurralde y sus socios.
Por otra parte, en las redes sociales, cada nuevo video sobre Insaurralde mejora al otro. El que apareció durante este fin de semana lo presenta como candidato a concejal naútico, por la alianza “El Bandido”.
Y ayer, en Lomas de Zamora, militantes de la oposición subieron una lancha arriba de una trailer, y se pasearon por la calle principal, al grito de Insaurralde bandido.
Casi se los llevan presos miembros de la policía Bonaerense, más atentos a la orden del poder político que de los chorros que te roban y te matan por un celular.
La detención de Chocolate volvió a poner el tema al tope de la agenda. Y lo salpica, a Massa, más que a nadie. ¿Terminará prendiendo el ventilador, antes de la elección del domingo? ¿Y cuánto tiempo más piensan esconder a Ezequiel Guazzora prófugo desde el 14 de agosto, sospechado de haber cometido abuso sexual con acceso carnal de una menor de 16 años sin que mediara su consentimiento? Guazzora es un kirchnerista todo terreno.
Los muchachos kirchneristas lo usaron, durante la pandemia, para hostigar a periodistas a la salida de sus lugares de trabajo. Y Guazzora tiene fotos a los besos y los abrazos con todo el mundo, incluida Cristina y Alberto, socios en la destrucción de este bendito país.
Jorge Fernández Díaz escribió que el factor miedo puede cambiar la historia. Citó a Guillermo Olivetto para recordar que las PASO se desarrollaron en un contexto de tristeza y de indignación, pero que, el domingo próximo, la mayoría de los votantes lo harán atravesados por el pánico.
Unos, por el pánico a que sigan en el poder Massa y sus socios. Otros, por el miedo a que gane Milei, cuya denuncia contra la casta empezó a perder fuerza, después de su alianza con Luis Barrionuevo, y su carácter irascible lo volvió a traicionar, a pesar del esfuerzo que estaría haciendo para evitarlo.
Algunos ya están llamando a esta opción, atravesada por el miedo a Massa y a Milei, el voto Lanata, por la reciente confesión de Jorge Lanata, quien dijo que va a elegir a Patricia, casi por descarte.