En su editorial de LN+, el periodista se refirió a la interna del oficialismo, luego de que se conociera el índice de inflación de febrero y en medio de todas las problemáticas que enfrenta el Gobierno
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En su clásica columna de LN+, Luis Majul analizó la situación actual del Gobierno y la actitud de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa después de que se supo el índice de inflación de febrero, que alcanzó el 6,6%. Además, se refirió también al rol del ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, en la interna del Frente de Todos.
A continuación, la columna editorial completa de Luis Majul:
El país se desmorona y en el Gobierno siguen jugando al TEG. Ayer se conoció la inflación más alta de los últimos 30 años pero Alberto, Cristina y Massa se entretienen con la interna, mientras decenas de miles de personas continúan sin luz, el campo sufre la sequía más intensa desde 1923, y la ciudad sigue siendo un caos, porque miles de piqueteros decidieron que la van a tomar hasta que les devuelvan 100.000 planes sociales.
Aníbal Fernández será un cachivache como ministro de Seguridad, pero es más vivo que el hambre cuando se trata de hacer daño en la interna del peronismo. Hoy, en su columna de los miércoles, titulada “Cuando todo parece desmoronarse”, Joaquín Morales Solá, con un lenguaje desusado, denomina al Gobierno como “pandilla gobernante” y plantea una certeza inquietante: que Aníbal se da el lujo de decir que no sabe de qué trabaja Máximo, desafiar a Cristina a competir en una PASO y denunciar que La Cámpora y la vice están desestabilizando a un presidente peronista no porque enloqueció, sino porque puede hacerlo.
Es decir: porque Cristina y La Cámpora están tan débiles, porque su falta de liderazgo es tan evidente y el desbarajuste interno es de tal dimensión, que los tiburones del peronismo están oliendo sangre y se piensan comer a la vice.
Ayer, mientras el presidente iba para el Otamendi para que le calmaran los fuertes dolores de su hernia de disco, un rumor muy fuerte atravesó la Casa de Gobierno. Decía que Alberto y Massa habían discutido fuertemente por el índice de inflación, que el presidente le había recriminado al ministro que estaba haciendo las cosas mal, que no entendía cómo por un lado impulsaba la baja del gasto público y, por el otro, todos los meses aumentaba la inflación.
Dicen que Alberto extraña a Martín Guzmán, y que Massa estaría pensando en irse. Parece que está harto del doble juego de La Cámpora y Cristina, quienes por un lado le pegan al FMI y por el otro argumentan que Massa los salvó de la asamblea legislativa y el helicóptero.
Por eso, solo para ganar un poco más de tiempo, acaba de recurrir al remanido libreto del peronismo para sacarse de encima la responsabilidad, echarle la culpa a otro: sea Macri, la pandemia, la sequía o la crisis financiera derivada de la caída del Silicon Valley Bank.
También ayer, en los pasillos de LN+, la conocedora de la dinámica del peronismo Patricia Bullrich se preguntaba qué hacer si la aceleración de la crisis desembocara en el adelantamiento de las elecciones y la pronta asunción del nuevo gobierno. Es una hipótesis que tampoco descarta el expresidente Mauricio Macri y que por ahora considera lejana el equipo de Horacio Rodríguez Larreta.