En su columna editorial de La Cornisa, el periodista analizó los números de la gestión del ministro de Economía y se refirió a la estrategia que adoptó la vicepresidenta y el Frente de Todos
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En su clásica columna de La Cornisa por LN+, Luis Majul se refirió a la gestión de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía y a la actitud que tomó Cristina Kirchner y el resto del Frente de Todos de cara a las elecciones del 2023. Según su análisis, la vicepresidenta ya implementó una serie de tácticas de cara a los próximos meses.
A continuación, la columna editorial completa de Luis Majul:
El fracaso de Massa, las mentiras de CFK y el operativo “inflemos a Milei”. Faltan 217 días para que termine el desastre y apenas 100 días para las PASO. Pero ya se puede advertir que Massa fracasó, que Cristina será de nuevo candidata sostenida en una enorme mentira y que Alberto ejecuta una dulce venganza: la de terminar con 20 años de kirchnerismo, como le habría anticipado al mercenario Roberto Navarro.
Es evidente que Cristina y su ejército de cabezas de termo tienen miedo de terminar terceros. Por eso impulsan el operativo “inflemos a Milei para que no gane Horacio” con asombrosa dedicación. Aunque lo del intendente (Pablo) Zurro hablando de masturbación y lo de Julia Mengolini diciendo que el anarco libertario está enamorado de su hermana da un poco de vergüencita ajena.
Massa asumió el miércoles 3 de agosto de agosto del año pasado. Y nosotros tres días antes, desde La Cornisa, anticipamos que tenía una alternativa de hierro: “Plata o mierda”, “Ajustazo o fracaso”. Desde entonces los trolls de Massa y también los de Cristina no dejaron de insultarnos de arriba abajo. No pretendimos ser originales. Solo anticipamos lo evidente: que el “superministro” no tenía margen para tomar atajos ni vender humo. Que tenía que implementar, de manera urgente y simultánea:
- Un tarifazo, para bajar el gasto de los subsidios a la energía.
- Una fuerte devaluación del peso para achicar la brecha entre el paralelo y el oficial.
- La unificación de los 35 tipos de dólar que había hasta ese momento.
- Un abrupto corte de la emisión monetaria.
- Una reforma laboral en serio, para que crezca el empleo formal y legítimo.
- La fijación de una tasa de interés por encima de la inflación.
- La eliminación progresiva de las retenciones a los productos del campo.
- Un fuerte ajuste en los ministerios, y el gasto de las empresas del Estado.
¿Lo podía haber hecho? Por supuesto, contaba con la ventaja del miedo al helicóptero. No pudo, no quiso o no lo dejaron. Para el caso es lo mismo. Al contrario: hizo todo al revés y mal.
- Implementó por los menos cinco controles de precios, disfrazados de acuerdos, que fracasaron sin atenuantes.
- Inauguró la temporada de parches con el dólar soja, con un fuerte impacto en la emisión monetaria, y una pérdida de 165 mil millones de pesos para el Banco Central.
- Aumentó el déficit de las empresas del Estado y de la administración pública de una manera escandalosa.
- Siguió emitiendo a lo pavote y tomando a más empleados mediante artilugios normativos.
- Faltó a su promesa de bajar la inflación al tres por ciento, justamente para abril de este año, el mes que acaba de terminar.
Como se sabe, a su batalla personal contra la inflación la está perdiendo por goleada. Es más: acabo de hablar con una fuente inobjetable del INDEC. Me anticipó que la inflación de abril, va a estar más cerca del ocho que del siete, cifra que provocará otro cimbronazo económico y político monumental. Es decir: Massa eligió la máquina de humo por sobre la cruel verdad. Quedó atrapado en las redes de su propio marketing, lo mismo que les achacaba a sus adversarios.
Cristina ya se dio cuenta. Por eso le está quitando el apoyo, deshoja la margarita entre él, Wado de Pedro, Kicillof y Scioli. Por eso alienta a sus jóvenes viejos, como Pedro Rosemblat, en el lanzamiento de su estrambótica campaña: “Volver peores”. Por eso aparece Ofelia Fernández insistiendo con la idea esquizofrénica de que el Gobierno fracasó porque Alberto es un tibio.
Son un peligro, de verdad. Fingen demencia, o son dementes. Hablan de su gobierno como si fueran la oposición. Como si ya se hubieran ido. ¿Se habrán golpeado la cabeza? Porque todavía no perdieron, y ya te anticipan en la cara, como Daniel Catalano, de ATE, que si vuelve a ganar Juntos por el Cambio, lo van a recibir no con 14, como hicieron en diciembre de 2017, sino con 28 toneladas de piedras. O aparecen tipos como el caradura de Daniel Menéndez, subsecretario de Políticas de Integración e Información, y receptor de planes sociales a través de Barrios de Pie, quien ya está anticipando que Larreta, con su programa, no dura ni dos segundos.
¿Podrá el miedo a la derrota hacer que Cristina se desdiga de su promesa de no ser candidata a nada? ¿Tendrá que guardar en su cofre de mentiras la estúpida teoría de la proscripción? Porque si se presenta como candidata a senadora nacional, será fácil concluir que sigue buscando los fueros. Que será para conseguir un blindaje anti cárcel desde 2025 hasta 2029, parecido al que consiguió Menem al final de su carrera política. Y todo eso, mientras entrena su dedo para elegir al mejor candidato a presidente, igual que hizo con Alberto, aunque a partir del minuto uno lo empezó a humillar.
Cristina es una mentirosa compulsiva. Miente todo el tiempo. Ya había dicho antes de 2011 “Yo ya di todo”, la variante épica de “no se hagan los rulos”. Y ahora repite el mismo truco, para desorientar a propios y extraños. Y qué paradoja: cuánto más miente, más alejada de la realidad y de la gente se muestra. Quizá, para que vuelva en sí, habría que mandarle este fragmento del video de Luisito Comunica, un youtuber mexicano que dio una clase magistral sobre el dólar y su relación con la moneda argentina, desde la peatonal Florida. O habría que enviarle, a la vice, los últimos datos del INDEC sobre crecimiento anual de la pobreza. Ahora mismo se los hacemos llegar, por si no se enteró:
- La pobreza en personas ocupadas subió del 25.8 por ciento al 30 por ciento.
- La pobreza infantil aumentó del 51.1 al 56.5 por ciento.
- La pobreza entre los mayores de 65 años aumentó del 13.1 al 16.1 por ciento.
Cristina, por ejemplo, no debe estar enterada de que el Palermo a los cigarrillos los vende por unidad. ¿No es cierto? Ni que las góndolas están semivacías. Tampoco debe estar al tanto de la baja del consumo de carne, del atún, del queso o la mermelada. Se lo informamos ahora mismo desde acá, con el fondo de una pegadiza canción.
Y para que deje de vivir en Narnia, vamos a presentarle a Claudia Maqueda, una jubilada experta en la compra de comida fraccionada, a la que entrevistó Agustina Girón para este domingo en La Cornisa. Y de paso, si tiene tiempo, le decimos a Cristina que trate de controlar a sus aliados, como Emilio Pérsico y otros dirigentes sociales. Parece que son un poco mano larga, como lo demuestra este adelanto de esta grave denuncia contenida en el informe de Luis Gasulla que enseguida vamos a ver.