En su columna editorial de LN+, el periodista se refirió a la situación de la inseguridad en Rosario y a cómo se movió el índice de homicidios durante los últimos diez años
- 4 minutos de lectura'
En su clásica columna de LN+, Luis Majul analizó la situación de violencia en Rosario y cómo evolucionó la tasa de homicidios en la ciudad santafesina durante los años en que Sergio Berni era funcionario de Seguridad nacional. Además, comparó las presentaciones de las estadísticas que presentó el actual ministro bonaerense con las acciones y discursos de Sergio Massa y Cristina Kirchner.
A continuación, la columna editorial completa de Luis Majul:
Pocas veces un gobierno en Argentina ha mostrado semejante desmanejo y mayor incapacidad. Que al presunto asesino narco de Máximo Jerez, el chico de 11 años, en Rosario lo hayan atrapado los vecinos ante la indiferencia o la inacción de la Policía demuestra que el Estado, allí, se ha retirado.
Ayer, Carlos Pagni citó a un especialista para revelar un fenómeno evidente que a la mayoría se nos había pasado por alto: en Rosario mueren mujeres, niños y bebés, pero nunca policías. No hay necesidad de explicar por qué: los policías y los narcos son parte de una misma banda.
Ayer Sergio Berni, que fue secretario de seguridad entre 2012 y 2015, pretendió falsear la realidad, diciendo que cuando él intervino Rosario en 15 días solucionó el problema de cuajo. Las cifras oficiales dicen exactamente lo contrario. Mientras él estuvo a cargo de la seguridad a nivel nacional, en Rosario, los homicidios por año pasaron de 167 a 271. Es decir, casi al mismo nivel de 2022. Más aún: la caída de ese índice se registró mientras gobernó Macri. Es decir: entre 2015 y 2019. Porque se pasó de 271 a 164 asesinatos.
Berni miente, o falsea la realidad. Y lo hace también para hablar de la tasa de seguridad de la provincia de Buenos Aires, donde cada vez más localidades del conurbano, como Quilmes y Moreno, para poner solo dos ejemplos, se están pareciendo más a Rosario. Porque para hablar de una abrupta baja de los homicidios, Berni se remite a las últimas estadísticas de 2021. Para que se entienda: corresponden a la pandemia, período en que no había denuncias en las comisarías.
Igual que el gobernador Axel Kicillof, quien, durante su gestión como ministro de Economía, abolió las mediciones de pobreza argumentando que eran estigmatizantes, Berni convenció a los intendentes para que no nos dieran más a los periodistas videos de hechos delictivos. Supone que si no los vemos, la gente va a creer que los crímenes no sucedieron.
El ministro Sergio Massa hace lo mismo con la economía y las finanzas: barrer debajo de la alfombra la mugre para que la bomba le explote al gobierno que viene. Y no lo está haciendo solamente con el multimillonario canje de la deuda. También lo viene haciendo con las 40 clases de dólar diferentes, incluido el flamante dólar Malbec, que además lo convierte en amo y Señor del permiso para importar, lo que potencia de manera exponencial la posibilidad de recibir coimas a cambio de facilidades. Si tuviera lo que hay que tener, devaluaría, o ajustaría las tarifas de manera consistente.
Pero no solo Berni, Massa y Kicillof mienten, ocultan o falsean la realidad. También lo hace Cristina, con la falsa denuncia de que la proscriben, cuando en verdad lo que parece es tener miedo de ser derrotada, pero por paliza, por ser una de las máximas responsables del peor gobierno de la historia reciente.
Pero el premio mayor al cinismo y la mentira les corresponde, sin dudas, a los chicos grandes de La Cámpora, quienes tapizaron el país con los carteles de “Luche y vuelve”, cuando todos sabemos de sobra que ella nunca se fue. Al revés, pasó toda su vida adulta viviendo a costa del Estado, como lo demuestran la condena a seis años de prisión por corrupción y lavado. Y los $7.300.000 que cobra por sus dos jubilaciones de privilegio.