En su columna editorial matutina, el periodista se refirió al escenario actual que enfrenta la vicepresidenta, la responsabilidad que tiene dentro del Gobierno y su cruce con Gerardo Morales
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En su clásica columna editorial en LN+, este miércoles por la mañana Luis Majul analizó la situación actual de Cristina Kirchner desde distintos puntos. Por un lado, cuestionó su intención de intentar despegarse del gobierno del Frente de Todos que encabeza Alberto Fernández y, por el otro, detalló el dilema que enfrenta en términos electorales y cuáles son sus chances de imponerse si se presenta como candidata.
A continuación la columna editorial completa de Luis Majul:
Atrapada en su laberinto judicial, político y emocional, Cristina desvaría. Cada vez más impotente ante el planteo pasivo-agresivo que le propone el presidente Alberto Fernández al presentarse como candidato para la reelección, la vice repite argumentos delirantes.
El más delirante de todos: que la condenan no por corrupción sino por su audacia de haber gobernado para los pobres. Como si no fuera, ahora mismo, la gran responsable del peor gobierno de la historia del país. Con más del 100 por ciento de inflación y el dólar a casi 400 pesos.
Incómoda por el operativo clamor -porque sabe que si se presenta como candidata a presidenta pierde por goleada- y todavía dudando de encabezar la lista de senadores bonaerenses -porque intuye que también en ese caso puede ser derrotada- subió al centro del ring a Gerardo Morales, dolida porque en el lanzamiento de su precandidatura a presidente, el gobernador de Jujuy la mandó a su casa. Ni lerdo ni perezoso, Morales le respondió anoche con un hilo desde su cuenta de Twitter.
Cuando se revisa las encuestas, queda claro que 7 de cada 10 argentinos la considera responsable por el estropicio que está haciendo el Frente de Todos en el Gobierno. Y cuando en los focus group se indaga más profundo sobre qué es lo que Cristina habría hecho bien y que es lo que habría hecho mal, aparecen dos ideas aparentemente contradictorias pero que en realidad son complementarias.
Una: que ella es responsable, por haber ungido a un presidente que no puede o no sabe gobernar. Dos: que ella es responsable, porque gobierna, y lo hace muy mal. Porque tiene poder, voz y voto. Porque sus incondicionales manejan las cajas de la política y las principales empresas del Estado, a las que están haciendo pelota una por una.
Mientras tanto, desde la otra punta del manicomio político, Sergio Massa lanza una medida que revela la desesperación del Gobierno por manotear algún dólar, y el presidente, a la misma hora del discurso de Cristina, desde el Chaco, invita a los argentinos a soñar junto con él, como si no estuviéramos viviendo en el medio de una pesadilla.