A días de las elecciones presidenciales, el periodista analizó cómo fue el recorrido de Sergio Massa como ministro de Economía y qué posición ocupa Javier Milei tras ganar las PASO
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En su columna de este miércoles en LN+, Luis Majul se detuvo en la antesala de lo que serán las elecciones del domingo 22 de octubre. En este sentido, analizó el rol que ocupa Sergio Massa, actual ministro de Economía y candidato de Unión por la Patria, quien no puede detener la escalada del dólar. A su vez, el papel de Javier Milei tras ser el ganador de los comicios preliminares y Juntos por el Cambio, sin Mauricio Macri, pero con la convicción de su referente Patricia Bullrich.
A continuación, la editorial completa de Luis Majul:
Créase o no, los que votan a Sergio Massa lo hacen porque consideran que todavía no tuvo el poder para hacer todo lo que tiene que hacer un presidente en pleno uso de sus facultades. Es un razonamiento ilógico. Parece un chiste. En especial, si se tiene en cuenta que, durante más de un año, Massa estuvo al mando de un superministerio que hizo y deshizo a su antojo.
Que llegó con un dólar de menos de 300 pesos, y está por superar de nuevo el récord de los 1000. Que en un año sumó a cerca de 2 millones de nuevos pobres. Que duplicó el porcentaje de inflación, hasta colocarnos al borde de la hiper. Y que está siendo salpicado por múltiples causas de corrupción. Desde el “yategate” hasta las tarjetas de la corrupción de Chocolate Rigau, incluyendo la lista de intendentes multimillonarios, a la que se acaba de agregar el exintendente del Partido de la Costa, Juan Pablo De Jesús, a quien sus pares lo etiquetan como el “Gran Recaudador”.
¿Será, también, porque dentro del tercio de votantes se encuentran todos los militantes amigos y parientes de los cientos de miles de empleados públicos y de cualquier cheque que emite el Estado nacional, provincial y municipal? ¿Será porque le tienen miedo a “motosierra” Milei y todavía les dan alergia los gorilas? Lo explicó mejor el expresidente Pepe Mujica, al comparar al peronismo con un animal mitológico.
Créase o no, a pesar de una interna desgastante, las idas y vueltas de sus dirigentes más importantes y la renuncia de Macri a su candidatura presidencial, Juntos por el Cambio todavía está vivo. Representa, en el imaginario de su votante, el único camino posible, entre la irresponsabilidad casi suicida de Sergio Massa, quien está quemando las naves con el fuego del incendio de una pradera seca y el salto al vacío que implicaría optar por Javier Milei, quien asumiría sin un solo gobernador y con apenas el 20 por ciento de los diputados y el 10 por ciento de los senadores propios.
Créase o no, los responsables de la campaña de La Libertad Avanza no solo creen que ganarán, sino que lo harán en primera vuelta. Para eso muestran el mapa violeta con el resultado de la última PASO, donde Milei se impuso en casi todos los distritos del país.
Además, tienen la fantasía de que, una vez en el poder, van a disciplinar, a golpe de escraches y exhibición de la propiedad del voto popular, al resto de las fuerzas políticas, con los grandes exponentes de la casta incluidos.
Como decíamos ayer, puede pasar cualquier cosa. Porque ninguna encuesta es completamente confiable. Y porque lo que parece atravesar esta elección ya no es tanto la bronca como el miedo. El miedo a despertarnos el lunes y encontrarnos con muchas malas noticias, como una nueva devaluación, una estampida descontrolada de los precios. Más descontrolada de que la que se está registrando ahora.