El periodista analizó en LN+ la exclusiva que el expresidente le concedió en la noche del domingo en La Cornisa, justo después de anunciar que no iba a ser candidato en las próximas elecciones 2023
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Luis Majul analizó este lunes en 8 AM el trasfondo y lo que dejó la entrevista que le hizo este domingo en La Cornisa (LN+) al expresidente Mauricio Macri, en un día clave para su carrera política, ya que anunció que no será candidato en las próximas Elecciones 2023. “Lo hago convencido. Me costó muchísimo, porque el ego es muy fuerte”, admitió en diálogo con el periodista.
A continuación, la columna editorial completa de Luis Majul en 8 AM:
Ayer, a las 8 menos 20 de la mañana recibí un escueto mensaje del expresidente Macri con una palabra y un signo de interrogación. Se me vino el alma a los pies.
-¿Estás?- me preguntaba. Pensé lo peor. Porque lo peor, para un periodista que compite por la audiencia, es que se te caiga un invitado a horas del inicio del programa.
Recién pude hablar con él minutos antes de las 10 de la mañana. Entonces me anticipó su decisión de no presentarse como candidato. Y confirmó que vendría al piso de La Cornisa, en uno de los días más importantes de su carrera política.
Ahora que la entrevista terminó, lo podemos decir:
- El ex presidente acaba de inaugurar una nueva forma de hacer política.
- Se puso por encima de todos. Incluso por encima de su ego.
- Rompió la maldición de los presidentes argentinos, vaticinada por Néstor Kirchner, según la cual o reelegís hasta el momento en que te toque partir o vas preso, porque la lógica del sistema político no perdona.
Macri se mostró como la contracara no tóxica de Cristina, la vice que ungió con el dedo a Alberto Fernández y ahora lo quiere ver fuera de la competencia. Y se diferenció claramente de Donald Trump, Jair Bolsonaro y Javier Milei, al rechazar los liderazgos mesiánicos y reivindicar al seleccionado argentino, a Leo Messi, el Dibu Martínez y la formación de equipos para lograr gestiones de éxito.
No somos ingenuos. Es posible, también que, como buen ingeniero, Macri haya calculado que podía perder. En las PASO; contra Rodríguez Larreta, Patricia Bulrich, Gerardo Morales y Facundo Manes. O en las generales, por el nivel de rechazo que todavía mantiene su figura.
Y es probable, además, que haya comprendido, de manera cabal, que no iba a tener consenso para hacer las reformas estructurales que pretende, al ritmo que pretende, con los dolorosas que van a hacer, en una coalición donde una buena parte de los votos la tienen los moderados.
¿Tenía miedo de perder? Macri dijo que no.
¿Y acordó Macri con Rodríguez Larreta, entre otras cosas, que Jorge Macri será el único candidato de Pro en la Ciudad? Todo parece indicar que sí, porque ayer volvió a insistir con que prefiere a su primo, por encima de Quirós, Acuña y también Martín Lousteau.
Pero ayer, en la entrevista que duró 55 minutos, Macri volvió a insistir en que no será un ex presidente tóxico. Que dará consejos solo cuando se lo pidan, y que no hará nada que pueda hacer pensar que está manejando una marioneta, como muchos piensan de Alberto Fernández.
En la conversación, Macri confesó que se estaba preparando para su nueva realidad. Para no sorprenderse cuando no le atiendan el teléfono y nunca termine de llegar ese café que acaba de pedir.
Quizá haya inaugurado otro tipo de liderazgo. Más parecido al de Obama, como sostiene Andrés Malamud. Un ex jefe de Estado al que se lo consulta y se lo respeta. Uno que esté por encima de la internita, los cargos y el cotillón. Uno que ni siquiera piensa dónde va a estar en 2027, cuando cumpla 68 años y el próximo presidente termine su mandato.