En LN+, el periodista desenmascaró las intenciones de varias figuras de la escena política y cargó contra sus actitudes a la hora de tomar decisiones
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Vamos a ser directos, para que nadie se confunda: en las últimas 24 horas, se empezaron a caer las caretas de más de 50 reconocidos dirigentes políticos que dicen una cosa y hacen otra. Señoras y señores con nombre y apellido que son parte o funcionales al peor gobierno de la historia de la Argentina.
La primera es la más conocida: Se llama Cristina Kirchner. Más mentirosa y más hipócrita no se consigue. Su último tuit, es el monumento al cinismo nacional. Si no fuera porque salió de su cuenta oficial, la hubiera confundido con Miriam Bregman, o Eduardo Beliboni.
En mi barrio, le hubiéramos dicho: “Cristina: dale, mejor contate otro”. ¿Sos la principal responsable, junto al presidente y a Sergio Massa de esta inflación que viaja a 100 por ciento anual, y de repente te das vuelta y hablás como si fueras de la oposición?
Como diría la compañera Hebe de Bonafini: ni olvido ni perdón. Por su hipocresía. Por los delitos que se le imputan. Por las dos jubilaciones de privilegio por las que se lleva más de 6 millones de pesos. Por mandar a perseguir a fiscales, jueces y periodistas.
Por las vacunas que se puso usted, y le hizo poner a su jardinero y a su empleada de la casa, mientras mi mamá y muchas otras mamás se morían de COVID, porque su gobierno no compró la Pfizer a tiempo.
Y también por Alberto Nisman, al que después de asesinarlo, durante su mandato, lo ensuciaron de la manera más baja, cuando no podía defenderse.
La segunda careta que cayó es la de Máximo Carlos Churchill Kirchner, que se abstuvo de dar quórum, pero apareció a las 5 de la mañana junto a Massa, para festejar la aprobación del presupuesto del ajuste. A él le cabe el mismo sayo que a su mamá: dice una cosa y hacen otra; lo único que parece importarle es la platita y el poder.
La segunda tanda de caretas caídas es para los dirigentes libertarios, una diputada considerada progre, y otro, radical, del PRO, quienes se ausentaron del recinto y permitieron que se aprobara, por ejemplo, el impuesto extra de 250 pesos a la compra de pasajes para financiar a la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
Porque a este gobierno populista y conservador hay que enfrentarlo a través de los hechos. No solo con las palabras. Estamos hablando de Javier Milei, Victoria Villarruel, Carolina Píparo, el radical Gustavo Santos y Margarita Stolbizer, entre otros.
Milei explicó que su decisión y la de su bloque fue no dar quorum y desaparecer, con el objeto de no entrar en la toma y daca de Juntos por el Cargo. En eso basa la justificación por su ausencia a la hora de votar en particular. Con todo respeto: nos parece un argumento muy discutible.
Podés no dar quórum, pero, una vez logrado, sentate en la banca y defendé tus convicciones. Aunque más no sea para quedar bajo sospecha, o que luego le pongan al impuesto “la tasa Milei”. Porque si vas a ser el león que enfrentará a la casta y no le vas a dejar pasar una; si decidiste meterte en el sistema para pelear desde adentro, tenés que poner el cuerpo, aunque sea de madrugada.
Y lo mismo vale para Margarita Stolbizer, quien se retiró porque, dijo, estaba cansada y con frío. O para Santos, que estaba de viaje en Madrid. Con todo cariño, para ambos: no era el mejor momento para desaparecer.
Permítanme, en la misma línea, destacar diferentes actitudes individuales de legisladores de distintas fuerzas políticas. Desde las más miserables hasta las más conmovedoras.
No quiero olvidarme, antes de entrar en el debate por el presupuesto, lo que hizo la semana pasada el caradura de Carlos Heller, presidente de la Comisión de Presupuesto, mandamás de un banco que cobra las tasas más altas del marcado, pero que se presenta como una cooperativa para no pagar impuestos. Porque el tipo, en medio de una discusión de trabajo, se levantó y se fue, y se sintió muy honesto y transparente, al confesar que no mentía, porque se iba a ver a Boca.
Y tampoco quiero dejar pasar la falta de respeto a la ciudadanía que le paga su dieta del diputado nacional Marcelo Casaretto, quien mientras se debatía la ley de leyes miraba básquet y, en cuanto lo denunciaron, dobló la apuesta y se hizo el banana explicando que él no era ningún boludo. Que por algo llevaba años trabajando de diputado. Y que además era tan inteligente que tenía la capacidad de hacer cuatro o cinco cosas al mismo tiempo. Para que tengas claro de quien se trata. Es el mismo que presentó un proyecto para evitar que Patronato se vaya a la “B”.
Y a los Heller y los Casaretto de la vida habría que mostrarles, cada vez que se pueda, este video de la diputada Silvia Lospenato, pidiendo un reconocimiento para su colega Camila Crescinbeni, quien hace un mes perdió un bebé, tiene a otro internado, está de licencia por maternidad pero quiso estar ahí, sentada en su banca, defendiendo las ideas en las que cree.
El día y la noche ¿no?
Y en la tercera tanda de caretas que se caen hay que incluir, por lo menos esta vez, a unos cuantos radicales y peronistas. Son los que ayudaron a dar quorum para discutir este presupuesto de mentirita. Un presupuesto que calcula la inflación de 2023 en 60 por ciento, cuando la mayoría de las consultoras la pronostica cerca del 100 por ciento.
Un presupuesto dibujado que calcula que el PBI va a crecer un 2 por ciento, cuando la mayoría habla de una caída de la economía, o a lo sumo de una suba cero.
Habría que preguntarles, uno por uno, a todos ellos, porque ayudaron a dar el quorum, y si no temen ser vistos como funcionales al gobierno de Alberto, Cristina y Massa. A los principales dirigentes kirchneristas del Frente de Todos.
Ellos son, en orden aleatorio. Facundo Manes; Julio Cobos; Martín Tetaz; Rodrigo De Loredo; Ricardo Buryaile; Mario Negri; Emiliano Jacobitti; Emilio Monzó; Graciela Caamaño; Florencio Randazzo y Alejandro “Topo” Rodríguez. Y los diputados que responden al gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti.
Los argentinos los estamos mirando con los ojos bien abiertos. Estamos tristes y enojados, como dice la última nube de palabras de la consultora de Giacobbe. Estamos cansados y no queremos que nos tomen como estúpidos.
Así que tengan mucho cuidado.
Porque la bronca y el rechazo no solamente va a ser para el oficialismo, sino para cualquiera que haga de furgón de cola de estos ineptos en el poder. No importa que se pongan el traje de libertarios, centro populares, de izquierda, de derecha o progresistas, como Alberto Fernández.