El periodista se refirió al acto homenaje por las víctimas del terrorismo y recomendó un documental en el que aparece la referente en Derechos Humanos; dijo que “es una caricia al alma fuera de toda revancha”
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Después de la controversia generada por el homenaje a “las víctimas del terrorismo” encabezado por la candidata a vicepresidenta Victoria Villarruel, Luis Majul analizó sus declaraciones en la Legislatura porteña y recomendó seguir la trayectoria de Graciela Fernández Meijide, madre de un joven desaparecido por la dictadura militar y una referente de los Derechos Humanos que suele tener un discurso crítico contra la política impuesta por el kirchnerismo durante los últimos veinte años.
Y es que, este lunes, Villarruel y la legisladora Lucía Montenegro reunieron a unas 300 personas en la Legislatura porteña para un acto que generó el rechazo de las organizaciones de derechos humanos y los partidos de izquierda. Allí, la candidata de la Libertad Avanza no solo afirmó que quienes se oponen a los homenajes a las víctimas del terrorismo ejercido por las organizaciones guerrilleras ERP y Montoneros “tienen las manos manchadas con la sangre de nuestros seres queridos”, sino que, además, caracterizó a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, como a un “personaje siniestro”, lo que agregó todavía mayor malestar.
“Ella puede ser la vicepresidenta de la Nación, por eso hay que escucharla con atención”, pidió Majul durante el pase del Noticiero 8 am con el programa Buen día Nación que conduce momentáneamente Pablo Rossi por la pantalla de LN+, hasta el regreso de Luis Novaresio. Y preguntó: “¿Sabés quién está invisibilizada en este momento? Ella representa el pensamiento de la mayoría de los argentinos, y es Graciela Fernández Meijide”, reconoció el periodista, como una manera de salirse de la grieta que enfrenta a los familiares de militares con los familiares de las víctimas de la dictadura militar.
En ese momento, Majul pidió poner el video en el que Villarruel ataca de Estela de Carlotto: “La verdad es que Carlotto ha sido un personaje bastante siniestro para nuestro país porque con ese cariz de abuelita buena, la realidad es que ha justificado el terrorismo”, sostuvo Villarruel desde la Legislatura porteña.
Y añadió: “Viene a reclamar algo cuando tendría que estar admitiendo que por supuesto puede sentir dolor por la muerte de su hija, pero tiene que contar que su hija era combatiente de Montoneros. Entonces digamos todo. Carlotto es una gran muestra de la gran hipocresía de la izquierda”.
“Quiero decir algo”, pidió Pablo Rossi luego de escuchar las declaraciones de Villarruel. “Hay una parte de Patricia Bullrich que coincide con esto. No sé si con el personaje de Villarruel y no creo que con Javier Milei, pero sí con esta parte de la reivindicación. En el votante de Milei hay ganas de romper con los consensos establecidos, el kirchnerismo impuso el consenso de los Derechos Humanos miopes de izquierda, y hay gente que quiere romper ese sentido común impuesto de facto; Villarruel o cualquier otro representa el martillo, la ruptura de ese consenso que te impusieron. Por eso cobra centralidad, y además porque puede ser vicepresidenta de la Nación”, argumentó Rossi.
En este punto, intervino Débora Plager para quien “el punto no es quién tiene más razón que el otro, porque otra vez nos arrastran a una trampa”, remarcó. “Desde 2003, estuvimos veinte años discutiendo los años 70. Y si el próximo gobierno es de Milei y Villarruel, ¿otra vez vamos a tener veinte años de discusión?”, preguntó.
“El problema es la dinámica: todavía estamos discutiendo si cortar la calle es un delito, o más o menos”, dijo Majul, y finalizó con una propuesta: “Yo solamente recomiendo a nuestra enorme audiencia un documental; es una película cortita y se llama El diálogo, donde aparece Graciela Fernández Meijide hablando con un ex líder de Montoneros. Lo recomiendo porque es una caricia al alma fuera de toda revancha”.
LA NACION