El gobierno de Javier Milei atravesó una semana cargada de una fuerte interna que podría hacer trastabillar los planes a largo plazo que el propio Presidente idealiza para su mandato y jugarle en contra en el Congreso
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Hay que decirlo antes de que sea tarde: el principal “enemigo” de Milei ahora mismo no es Macri ni Lousteau ni los “eco chantas”, o los periodistas que “no la ven”. Ni siquiera es el peronismo, preocupado como está en sacarse de encima el asco que sienten los argentinos por Alberto Fernández, el primer presidente de la historia en ser acusado de haber golpeado a su mujer mientras enarbolaba la bandera de Ni una menos.
Al principal enemigo, Milei lo tiene adentro. Fue su compañera de fórmula, ahora es vicepresidente de la Nación y se llama Victoria Eugenia Villarruel.
No es una conclusión a la bartola de este periodista. Es lo que piensan la mesa chica del Presidente, el denominado círculo rojo, y mucho más allá del sistema también.
Por un lado, Mayans (que es Gildo Insfrán, que es Cristina Kirchner) se refiere a Milei con el despectivo sobrenombre de “pobre jamoncito”. Por el otro, Villarruel, en vez de frenarlo en seco se ríe, cómplice, en el medio de la sesión de la fórmula jubilatoria que, según el Presidente, podría hacer volar por los aires al país.
Sigamos pensando juntos: ella no es senadora. Por lo tanto, no puede aceptar o rechazar el pliego de Ariel Lijo para sumarlo a la Corte. Entonces ¿por qué tendría la imperiosa necesidad de diferenciarse de Milei diciendo que ella hubiese preferido una mujer aunque no es feminista, llevando su nivel de cálculo político hasta límites inimaginables?
¿Será cierto, como sospechan cerca de Milei, que Villarruel fue funcional a la elección de Lousteau como presidente de la Comisión Bicameral de Inteligencia, en alianza con legisladores tan impresentables como Leopoldo Moreau y Oscar Parrilli?
Milei cree que Villarruel se sintió ninguneada cuando se le ofreció a Patricia Bullrich el Ministerio de Seguridad y a Luis Petri el Ministerio de Defensa. Y que a partir de ese momento el vínculo de mínima confianza se rompió.
Durante la semana, una de las principales críticas de la vicepresidenta fue Lilia Lemoine. En entrevistas televisivas y en redes sociales arremetió contra Victoria Villarruel: “Compórtate, vicepresidente. ¡Qué vergüenza que te lo tenga que decir la cosplayer del grupo! ¿no?”.
En el Gobierno sospechan también que Victoria Villarruel estuvo detrás de la visita de la comitiva de los legisladores de la Libertad Avanza a Alfredo Astiz y otros militares condenados por delitos de lesa humanidad. De hecho, ante una pregunta de Jony Viale, el Presidente se diferenció fuerte de la vice, y no se le movió un pelo. “No sé. Hay que ver que hay detrás de eso. Esa no es mi agenda”, dijo.
Milei entiende que la deslealtad de Villarruel es evidente, y se explican a través de un combo desordenado que incluye:
- El famoso tuit contra Francia.
- Su constante zigzagueo para la aprobación de la Ley Bases y el Pacto Fiscal.
- La negativa a renunciar a su jubilación de privilegio.
- Su ausencia en la firma del Pacto de Mayo en Tucumán.
- Su apoyo a los aumentos de las dietas se los senadores nacionales. Y eso incluye la famosa sesión en la que algunos votaron con la mano medio escondida, como de costado.
Milei no se lo dijo a ella, pero infiere que si sigue así va a terminar como otros “vices”, a saber:
- Victor Martínez
- Eduardo Duhalde
- Chacho Álvarez
- Julio Cobos
- Amado Boudou
Obsesionado por bajar la inflación, Milei argumenta que el dato más importante de la semana que pasó no es que le hayan volteado el DNU con la aprobación de los gastos reservados para la SIDE. Tampoco que las dos cámaras del congreso hayan votado una fórmula jubilatoria que, según él, haría volar la economía por los aires.
Para el Presidente, el dato más relevante es que, por primera vez, se manifestó, el porcentaje tan temido de los dos tercios. Tanto en Diputados como en Senadores. Es decir: la mayoría especial capaz de votar un juicio político para destituir al presidente de la Nación.
Este domingo entre las 10 y las 10.30, el Presidente dijo: ”Estoy dispuesto a ser destituido antes de que me rompan el equilibrio fiscal. Porque considero esto un trabajo. Y no un medio para acumular más y más poder”.
De hecho, fue lo mismo que sugirió en su ultimo discurso en la bolsa de comercio de Rosario donde también dijo que siente su cargo como un trabajo más y agregó el chiste de que “por suerte no uso mucho el sillón de Rivadavia”.
A pesar de todo, Milei mantiene intacto su vínculo personal con el expresidente Mauricio Macri y supone que de acá hasta las próximas legislativas de 2025, La Libertad Avanza y Pro se van a ordenar, y que el oficialismo va a ganar la elección por amplio margen. ” Vamos a ganar las elecciones de medio término, voy a ser reelecto por otros cuatro años y después me voy”, sostuvo también en Rosario.
Las últimas encuestas dan la razón a Milei. La de Aresco, de Federico Aurelio, por ejemplo, sostiene que la evaluación de gestión es 52.3% positiva contra el 45.9 de negativa. Casi los mismos números tiene la imagen de Javier Milei: 51.8% positiva contra el 46.1 negativa.
Incluso el 48.1% dice que votaría por la fuerza de Milei en las próximas elecciones, mientras el 35.6% lo haría por otra en el que converjan Cristina Kirchner, Axel Kicillof y Sergio Massa. Por fuera de esa nueva grieta solo un 16.3% votaría por “otros espacios”. El Pro ¿será parte de ese 16% o será subsumido por las ideas de la libertad?
Macri insiste con que al gobierno le falta gestión, buena implementación de las ideas y un acuerdo político para trabajar juntos en el Parlamento. Milei no comparte el diagnóstico. Y repite como un credo los grandes logros de su gobierno, cuando todavía no se cumplieron nueve meses de gestión. Por ejemplo:
- El ajuste más fuerte y exitoso de la historia argentina.
- Una colosal desregulación.
- Una ayuda social varias veces superior a la del gobierno anterior. Ayuda social que, según Milei, permitió evitar el estallido.
- Cero piquetes y cortes de calles, cuando antes había todos los días.
- La implementación de juicios por jurado.
- Denuncias contra los gerentes de la pobreza y otros casos de corrupción que terminaron en tribunales.
De hecho, en el Gobierno se adjudican también la aparición de la denuncia por violencia de género, lesiones graves y abuso de poder de Alberto Fernández contra Fabiola Yañez.
El razonamiento es así: en marzo, Osvaldo Giordano, entonces titular de la Anses, denunció el denominado escándalo de los seguros. En junio, en el teléfono de una de las imputadas por la causa seguros, la ex secretaria privada de Alberto Fernández, María Cantero, apareció un chat entre ella y Fabiola Yañez, donde se ven las fotos de la ex primera dama con el ojo derecho y parte de la axila del brazo derecho, golpeados, y con moretones.
Y, finalmente, por lo que Milei llama el principio de revelación, salen a la luz todas las barbaridades que hizo Alberto Fernández. Barbaridades que terminarían arrastrando a todo el peronismo, incluidos los que ahora quieren evitar que el estiércol los manche también a ellos.
Algunos libertarios de Milei siguen los últimos acontecimientos como una serie de Netflix o de Disney+. Por lo pronto, este fin de semana, más de uno se frotó las manos con algunas escenas de kirchnerismo explícito en el último capítulo de El Encargado.
Los fans de la serie protagonizada Guillermo Francella, y escrita y dirigida por Mariano Cohn y Gastón Duprat, están seguros de que habrá una nueva temporada.
Eliseo [el personaje de Francella] ingresó a Casa Rosada. Y también porque todo parece indicar que las gemelas que aparecen bailando en El Encargado son un guiño exquisito. Una señal para mostrar a Victoria, junto a su hermana, Virginia de las Nieves, de asombroso parecido con la vicepresidente quien se hizo presente en el último acto por Malvinas.