A Milei, por estas horas, parecen salirle todas. Y se muestra tan feliz, que cada tanto desafía, a su interlocutor ocasional, y le pregunta cuál es la diferencia entre un genio y un loco. Como lo hizo, en plena campaña electoral, en la mesa de Mirtha Legrand.
El Gobierno disfruta de una intensa racha de “buenas noticias”, anuncios y decisiones políticas que, solo para citar la semana que acaba de pasar, incluyen:
- El dato de inflación más bajo desde noviembre de 2021: 2.7 para octubre.
- Un nuevo piso récord para el riego país, con 766 puntos básicos, el valor más bajo desde junio de 2019.
- La quita de una serie de privilegios que los sindicatos de Aerolíneas Argentinas recibían desde tiempos inmemoriales.
Desde los pasajes gratis en clase ejecutiva hasta el ilimitado uso de remises. Desde la manera de computar las horas trabajadas hasta la suba del salario por productividad.
La seguidilla de “buenas noticias” también incluye, un anuncio de alto impacto: la suspensión inmediata de las dos jubilaciones de privilegio de Cristina Kirchner, horas después de haber sido condenada por corrupta, en segunda instancia judicial.
Recién en las últimas horas se supo que esas dos asignaciones especiales le permitieron embolsar, no casi 22 millones de pesos, como suponíamos hasta ahora, sino… ¡35 millones de pesos por mes! Es decir: una pequeña fortuna que equivale a 139 jubilaciones mínimas, 388 AUH y 21 jubilaciones máximas por mes.
Y también se supo que, de esos 35 millones de pesos, seis millones corresponden al monto que reclamó y obtuvo Cristina Kirchner por declarar bajo juramento que vive en Río Gallegos, lo que vuelve a su posición todavía más miserable e inmoral.
Pero eso no es todo. Porque, antes de terminar la semana, Milei logró un encuentro, cara a cara, de 45 minutos, con el presidente electo Donald Trump, donde hablaron sobre la hoja de ruta de la relación bilateral.
En ese mismo evento compartió una imagen con el mismo Trump y con Elon Musk, quien “hará de Federico Sturzenegger” en el gabinete de del gobierno de los Estados Unidos; y, para terminar de hacerse viral, Milei bailó al ritmo de “Y M C A” y se tomó una foto con Sylvester Stallone.
Una foto no protocolar, que ya recorrió el planeta, a la que sus seguidores de La Libertad Avanza le pusieron la música de la película Rocky.
Mientras tanto, en Buenos Aires, Santiago Caputo, Manuel Adorni y Sandra Petovello volvieron a cargar de sentido a la denominada batalla cultural. ¿Cómo? Haciendo desaparecer la simbología peronista de muchos edificios públicos. Quitando el busto de Néstor Kirchner de las oficinas del Anses. Y convalidando una “amenaza” para la semana que se inicia: la de demoler el edificio que, hasta diciembre de 2023, era la sede del ministerio de Desarrollo Social, que incluye la imagen de Evita y se erige, omnipotente, en el medio de la 9 de julio.
A la frenética agenda del jefe de Estado argentino hay que agregar su encuentro en Buenos Aires con el presidente de Francia, Emannuel Macron, y una bilateral que se concretará este lunes, en Río de Janeiro, con el presidente de China, Xin Jinping, en el marco del G 20.
¿Está Milei haciendo crujir los cimientos del falso progresismo o solo son fuegos de artificio, que se terminarán de apagar en el caso de que La Libertad Avanza pierda las elecciones de medio término, en la provincia de Buenos Aires, en octubre del año que viene? Todavía es demasiado pronto para anticipar una respuesta.
Estamos justo en el medio de un brutal cambio de época. Sí se puede constatar que, así como la mayoría del sistema político no vio venir la victoria de Milei, tampoco sabe ahora cómo enfrentarlo. Porque el posicionamiento político del Presidente coloca, a la mayoría de sus adversarios, en un lugar incómodo, sospechoso y demodé.
Según Milei, el lugar donde conviven la casta, los degenerados fiscales, los econochantas, los pifiadores seriales y los mal llamados “viejos meados” a los que aludió Mauricio Macri, en otro de sus habituales sincericidios.
Además, cada tanto, Milei los vuelve a desorientar, con un discurso que mezcla mística, convicción, determinación, y una defensa irrestricta de las “ideas de la libertad”, que aluden a o más sagrado, como la vida y la muerte.
En realidad, no solo los desorienta. Porque al mismo tiempo los desafía, con una agenda internacional contraria a la denominada cultura woke, cuyo mejor exponente internacional, además del propio Milei, es la presidente del consejo de ministros de Italia, Giorgia Meloni, con la que se encontrará, también, en las próximas horas.