Durante una nueva emisión de +Entrevistas con Luis Novaresio, el senador cordobés se refirió a su convivencia con Milagros, lo que significa para él y el resto de su familia y cuál es su mayor miedo de cara al futuro
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El senador nacional por Córdoba Luis Juez se apartó unos minutos de la discusión política y habló sobre la relación que mantiene con su hija Milagros (21), que padece de parálisis cerebral. “Es una fogatita en invierno”, dijo Juez entre lágrimas.
Durante una nueva edición de +Entrevista junto a Luis Novaresio, el legislador fue consultado sobre cómo se sintió al recibir el diagnóstico sobre su hija: “Fue devastador. Pensamos que era sorda. Después que era ciega. Hasta que nos dijeron que tenía una hipoxia. Hoy sabemos que es parálisis cerebral”.
Al respecto, admitió que “lo primero que hacés cuando te enteras de algo así es echarle la culpa a todo el mundo” y acotó: “Te enojás con Dios. Decís ‘la puta madre, habiendo tanto carga dando vueltas…’ por que no es algo fácil. Cuando tenés un hijo distinto, cargás toda la vida con eso”.
“Lo que se te quitó en algún momento, el tiempo te lo devuelve. Te da otra madera. A mí, por ejemplo, me ha hecho un roble. Podés venir y no vas a mover mis convicciones”, resaltó Juez y añadió: “Lo que en algún momento era ‘¿Por qué yo?’ ahora es un ‘Gracias a Dios’”.
“Convivís con alguien que no tiene maldad. Milagros es la persona más demandante en el mundo. Pero sólo te pide una cosa: que le des amor”.
“También necesita atención, que juegues con ella, mirarla, dirigirle la palabra, interpretar sus sonidos guturales para ver qué quiere decir. Pero más amor que ella no hay”, recalcó emocionado y completó: “Dios me dio alguien que me ama todos los días. Es como una fogatita en el invierno”.
En este contexto, Juez denunció que “hay gente que me ha dicho muchas veces que yo utilizo mi dolor para beneficio o especulación”. “Me pasó en 2007. Se armó una marcha multitudinaria después de que yo perdiera la elección en Córdoba y yo llevaba a Milagros encima mío. Y un periodista dijo ‘ahí está Juez, intentando dar lástima con su hija’. Desde ese día, dijimos con mi señora ‘no sale más’, rememoró.
“La gente es jodida y cuando te quiere lastimar te lastima”, añadió Juez. Sin embargo, dijo que “no por eso voy a tener problema para demostrar lo que siento y llorar si quiero llorar”.
Aunque reveló “no tener miedo alguna a fallecer”, si puso énfasis en no querer “dejar este mundo sin resolver unas cuestiones antes”. “Necesito saber cómo Agustina y Martín -sus otros hijos- se van a hacer cargo de Milagros, cómo la van a cuidar. Le tengo miedo a eso nada más, al día en que no esté para ella”.
La posible salida de sus hijos del país
Al hablar de sus otros tres hijos, Juez afirmó: “Tengo el problema de no saber qué hacer para que mis hijos no se vayan del país”. “Siempre digo con mi mujer: ‘Qué mal hablaríamos como padres si los chicos deciden irse’”, dijo.
“Por ahí los chicos ven más expectativa haciendo de mozo en Italia o España que laburando en un estudio jurídico”, se sinceró el cordobés respecto de la situación que atraviesan Agustina y Martín -dos de sus hijos que trabajan como abogados-.
También reveló una ventaja que Martín le comentó tras haber visitado Países Bajos. “Él me contaba que, si bien allá no llenan de oro, podés agarrar la bicicleta a las cuatro de la mañana e ir a laburar sin problemas. Acá te matan, ya sea por un celular o unas zapatillas”.
“A mí, mis viejos me explicaban que iba a ser mejor que ellos porque había ido a la facultad, porque pudieron darme oportunidades, porque siendo inteligente iba a saber administrarme, porque iba a tener un ingreso mejor. Hoy esa explicación con mis hijos no me alcanza”, lamentó.
LA NACION