Ximena de Tezanos Pinto vive en el piso de arriba al que ocupa la vicepresidenta de la Nación en Recoleta
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Ximena de Tezanos Pinto es la vecina del departamento de arriba del que ocupa Cristina Kirchner en el edificio de Juncal y Uruguay, epicentro de todas las miradas del país en las últimas semanas por los acampes, incidentes con la policía y, principalmente, por el atentado fallido contra la vicepresidenta de la Nación en la noche del jueves 1° de septiembre último, todo un combo de situaciones tensas que alteraron la habitual calma del barrio de Recoleta.
El programa Hablemos de otra cosa, que conduce Pablo Sirvén por LN+, visitó su departamento para hablar sobre su súbita popularidad a partir de que ya hace algún tiempo empezó a colgar banderas argentinas en su balcón con consignas republicanas y porque, a partir de la llegada recurrente de militantes, se hizo aún más conocida cuando hizo subir a algunos de ellos a su unidad.
La emisión de Hablemos de otra cosa empezó con el estribillo musical de “Deben ser los gorilas”, una risueña canción que surgió en la Argentina, en los años 50 tras el estreno de la película Mogambo, con Clark Gable, Grace Kelly y Ava Gadner. De allí salió la denominación coloquial de los antiperonistas.
“Soy sapiens-sapiens, quiero creer, pero es raro que los peronistas entiendan que alguien diferente es gorila, porque los peronistas están en todo el espectro del arco iris”, aclaró risueña Ximena.
Tezanos Pinto describió su departamento y dijo: “Es muy parecido al de Cristina Kirchner. Somos pocos propietarios y las expensas son bastante pesadas. Cuando llegué, Cristina ya estaba instalada. Es buena vecina, pero nunca participa en las asambleas. Cuando recién me mudé estaba la niñera de Florencia y hablábamos. No viajé nunca en el ascensor con Cristina. Y cuando me la he cruzado la saludo, pero ella no responde”.
También contó que por el lado de la cocina y del lavadero, a veces ha escuchado una vocecita que repetía “abu, abu”, pronunciado por la hija de Florencia Kirchner, pero que en otras ocasiones ha oído de parte de la vicepresidente exclamar “¡Pero Alberto!”, seguramente en comunicación telefónica con el presidente de la Nación.
-¿Cómo es vivir en Recoleta?
-Vivo en Recoleta casi desde que nací, en Posadas y Libertad, cuando todavía no estaba la 9 de Julio. Después mis padres se mudaron a Rodríguez Peña, entre Alvear y Quintana. Cuando me fui a vivir sola estuve por la zona del Botánico, luego volví con el padre de mis hijos a Quintana y Juncal y ya en noviembre de 2001 me vine para acá. Apenas llegamos terminó explotando el país.
-¿Y qué características tiene el barrio?
-Es tan difícil de explicar para mí. Siempre ha sido un barrio de gente vieja. Los parques son preciosos, especialmente me gusta este rincón de Recoleta que es la plaza Vicente López. Conozco sus árboles, y tenés estos edificios y, de repente, ves uno chiquito en donde vivió un escritor. Tiene esos encantos.
Salimos a su famoso balcón y le preguntamos cuándo empezó a expresarse por medio de banderas con inscripciones. “Se me ocurrió ponerla el 9 de julio del 2020 después de haber ido varias veces a la plaza [de Mayo] porque no había estado de derecho. No podíamos salir y había mucha incertidumbre”, recordó la vecina de CFK. Y agregó: “No se sabía qué pasaba. Me acordé que tenía una bandera de unos diez metros en un cajón, le comenté a un chico si le pintábamos algo y la colgábamos. Elegimos pintar ‘Argentina, república democrática’”.
Según contó, el consorcio no le hizo ningún tipo de cuestión. “Jamás me dijeron que no cuelgue banderas. En ningún momento puse palabras que agravien. Lo hice porque me molestó cómo el Gobierno manejó el tema de la pandemia”, aclaró.
Mucha gente en Recoleta se empezó a preocupar cuando vio por TV que el balcón de Ximena había sido copado por militantes K. Esta es la explicación: “Una chica justo se desmayó en medio de esa marea de gente cuando yo estaba entrando a mi casa. Llaman a un médico, se arma una posibilidad de avanzar y entonces los invité a pasar. Entramos, la recostamos sobre el sillón y cuando ya se recupera, los chicos me piden permiso para salir al balcón. Salen y empiezan a saludar. A los cinco minutos mi teléfono empieza a explotar. “‘Ximena, ¿te tomaron la casa?, ¿estás bien?’, me preguntaban. En realidad, el video tiene el sentido de desmitificar y bajarle un poco los decibeles a unos mensajes que yo estaba recibiendo porque me habían hecho una cuenta falsa de muy mala fe”, justificó.
También dijo que ella nunca vio llegar ninguno de los famosos bolsos repletos de dinero, tal como lo revelaron los cuadernos de la corrupción, que descubrió el periodista Diego Cabot. “Me hubiera encantado recibir un bolso”, bromeó. Pero enseguida aclaró: “El encargado del edificio declaró que sí vio entrar bolsos”.
Reconoció que el “bochinche” de las últimas semanas la asustó “un poco” y que tiene “mucha duda y confusión por lo que pasó” respecto del atentado fallido contra su notable vecina del piso de abajo. Y agregó: “A partir del episodio está mucho más tranquilo abajo y en el barrio. Que la martillen a tu vicepresidente es muy fuerte. Al hacerse cargo la Policía Federal de la seguridad, el barrio recuperó su quietud”.
Consideró que “los planes peronistas no se sostienen”. Y opinó: “No han mostrado tener una receta saludable. No les está funcionando la fórmula. Puede ser que nos hayan distraído con tanto alboroto, pero la gente no es tonta. Las antinomias son parte de la estrategia. La solución la tenemos que construir cada uno en lo cotidiano. Yo me declaro liberal”.
Hablemos de otra cosa se emite los sábados, a las 22, por LN+
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