En medio de las manifestaciones de los últimos días frente a la casa de la funcionaria, los vecinos manifestaron sus quejas y una de ellas utilizó un cartel para hacerle un pedido directamente a la exmandataria
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Luego de la agitada jornada de ayer con la presencia de militantes kirchneristas en las inmediaciones de la casa de Cristina Kirchner, en Uruguay y Juncal, y tras una semana de presencia permanente de manifestantes en el lugar, los habitantes de esa zona de Recoleta expresaron su cansancio por la situación. En ese sentido, una vecina decidió pegar en la ventana de su departamento una súplica a la vicepresidenta para poder “descansar y dormir”, y remató: “No tenemos paz”.
Desde que el lunes pasado el fiscal Diego Luciani pidió 12 años de prisión para Cristina Kirchner en la causa conocida como “Vialidad”, cientos de seguidores de la expresidenta coparon la esquina de Uruguay y Juncal, donde vive la dirigente. Con permanentes cánticos y fuegos artificiales, cambiaron por completo la habitual rutina de esa parte del barrio.
El sábado, la situación se volvió más extrema cuando efectivos policiales de la ciudad de Buenos Aires instalaron vallas para evitar que los manifestantes llegaran hasta el frente de la casa de la exmandataria, lo que produjo enfrentamiento entre los seguidores de la vicepresidenta y los oficiales. Finalmente, la propia Cristina Kirchner habló alrededor de las 22.30 y pidió a las personas allí presentes regresar a sus hogares.
Este domingo por la mañana, si bien el número de manifestantes ya era menor, emergieron las quejas de los vecinos por lo que les había tocado vivir todos esos días. Así, el móvil de +Noticias fin de semana, de LN+ rescató el cartel que una residente de la zona había pegado contra su ventana. Se trataba de una súplica dirigida directamente a la vicepresidenta de la Nación.
Según el cronista de la señal televisiva Diego Lewen, la ventana de la mujer se encuentra sobre la calle Uruguay, en diagonal al domicilio de la vicepresidenta. Allí, se podía ver un papel pegado sobre el vidrio en el que se leía: “Cristina, por favor te lo suplico, por los vecinos y por mí, necesitamos descansar y dormir. Hace seis días enteros que los vecinos no tenemos paz. Es demasiado. Por favor”.
Momentos más tarde, en diálogo con el cronista Rodrigo Porto, otra vecina se refirió a la situación que le tocó atravesar estos días, declaró que estuvo “cinco días soportando los constantes cortes” y que los manifestantes insultaron a su hija. “Cuando sale del colegio, le gritan ‘cheta de colegio privado’. Yo laburo para pagar el colegio privado y pago mis impuestos para vivir acá”, aseveró.
“Me tengo que aguantar no poder caminar tranquila y que la Policía no nos pueda cuidar porque, en cuanto hacen algo, les dicen que son represores “, continuó la vecina, de nombre Isabel, y añadió: “No puedo vivir tranquila”.
Al verse rodeada de algunos manifestantes kirchneristas, la mujer expresó: “No me importa que me griten, no me da miedo, porque con miedo hemos vivido muchos años y nos hemos callado. Me gustaría que se queden en la vereda y que no agredan a la gente que pasa”.
En línea con esto, cuando un manifestante le señaló que ella podía caminar tranquila por la zona, Isabel aseguró: “Porque están los medios”. Y siguió: “Los comercios de acá tuvieron que cerrar todo el día. No me cabe en la cabeza que el kiosco de revistas esté cerrado por culpa de ellos. No era por culpa de la policía, ni de (Mauricio) Macri, ni no sé qué pindonga”.
LA NACION