Marina Charpentier, mamá de Chano Charpentier, el cantante que lucha contra su adicción a las drogas, habló este jueves con Pablo Rossi en LN+ y contó cuál fue su sensación al enterarse del caso de la cocaína adulterada que provocó la muerte de 23 personas. Además, la mujer reveló que llamó a una de las madres que tiene a un hijo en el hospital por este envenenamiento luego de escucharla hablar por la radio. “Me partía el alma”, señaló. También dejó una dura definición al asegurar que “la Argentina es adicta”.
Marina Charpentier comenzó su diálogo con Pablo Rossi en El Noticiero de LN+ y señaló que se trata de un día muy triste. “Estoy tratando de ponerle nombre a este impacto, a esta tristeza y esta desesperanza. Lo que ocurrió es algo realmente dramático porque abarca absolutamente todo, habla del consumo, de veneno, de los hijos, de una sociedad que está perdida, que no sabe para dónde ir”, manifestó.
Más tarde, la mamá del exlíder de Tan Biónica aseguró que “la droga atraviesa todas las clases sociales” y es algo que “le puede pasar a cualquiera”. Sin embargo, se centró en el efecto que producen estas sustancias en las clases más bajas. “No podemos ignorar que el chico que se cría en una familia pobre, que apenas puede concurrir al colegio y que no tiene en su horizonte nada de qué agarrarse, no tiene expectativas, capacidad de soñar con algo mejor porque vio que su familia y sus abuelos y bisabuelos fueron pobres, son pobres y seguirán siendo pobres”, aseveró.
En ese contexto, acotó: “Entonces, ese chico, que tiene ese vacío, esa falta de confianza en una sociedad que no le da respuesta ¿qué puede hacer? Cae cada vez más gente. Y no es solo la cocaína. Es todo, la marihuana, el alcohol. Esto sí que atraviesa a las clases sociales”.
Rossi le contó a Marina que en su programa de radio había hablado con Beatriz, la madre de uno de los internados por la adulteración de la cocaína. Relató que la mujer tenía cinco hijos y tres de ellos eran adictos. Además detalló que el que se encuentra hospitalizado, de 41 años, consume drogas desde los 14.
Cuando el periodista le preguntó a Charpentier qué le diría a esa madre y a otras en situación similar, la respuesta lo sorprendió.
“Pablo, te escuché esta mañana hablar con esta madre y después la llamé por teléfono. Hablé con ella porque me partía el alma estar viendo su impotencia esperando un parta para que le den la noticia de que su hijo se va a salvar y que cuando su hijo salga de ahí va a volver a tomar cocaína o lo que sea, porque él padece una enfermedad y no hay tratamiento, no hay nada para ayudar a esas madres”, detalló Marina.
Acto seguido, en un tono de resignación, agregó: “La llamé a esta madre y le dije ‘te abrazo, te acompaño, ¿en qué te puedo ayudar?’, pero sabiendo que no tenía ninguna solución para darle”.
En un análisis global que excede el caso de la cocaína adulterada, Marina Charpentier planteó una sensación que tiene con una tajante frase: “La Argentina es adicta”.
Luego, explicó el por qué de su afirmación: “El adicto consume. La Argentina consume a sus ciudadanos. Les promete a la gente que va a haber cambios, que se va a terminar la pobreza, la inflación, la inseguridad y eso no ocurre nunca. Pasan décadas y décadas”.
A su vez, sentenció: “La característica mayor de la adicción y la familia de los adictos es la negación. No quiero generalizar, pero cómo podemos combatir un flagelo como el narcotráfico y la adicción si negamos que tenemos pobreza, inflación, inseguridad y negamos que el consumo de alcohol se multiplicó siete veces y que los chicos empiezan a probar y consumir alcohol y marihuana a los 14 años”.
Finalmente, la mamá de Chano Charpentier esbozó alguna posible solución al problema: “En los colegios están los niños, que es el futuro. Pueden hacer prevención, pueden explicarles, hablar de esto. Pero no se habla. No hay prevención, no hay nada. Hay una ley que no contempla nada de lo que vivimos nosotras las madres”.
Para concluir, opinó: “Creo que las madres estamos empezando una fuerza que es la única que puede lograr un cambio, porque hemos ido perdiendo los dispositivos que había, las comunidades terapéuticas se están cerrando, no hay lugares donde desintoxicar a los pacientes. Los pocos que hay no alcanzan. Hay cientos de miles de adictos. No alcanza lo que hay. Lo que no hace el Estado lo vamos a hacer nosotras”.