El trabajador dialogó con Luis Novaresio en LN+ y se quebró al relatar las violentas situaciones a las que se enfrentan al salir a hacer los recorridos
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Dos delincuentes subieron anoche a un interno de la empresa de transporte La Perlita y atacaron con brutalidad al chofer, que viajaba sin pasajeros. Tras robarle hasta las zapatillas, uno de los asaltantes le pegó un culatazo en la cabeza y también le provocó un corte en el rostro.
El asalto ocurrido en Moreno, que se suma a una serie de episodios violentos en el transporte público del conurbano bonaerense, derivó en una protesta de los choferes de la empresa que decidieron paralizar todos los servicios de las líneas 288, 311, 312, 329, 422, 500 y 501 en reclamo de mayor seguridad.
En este contexto, un delegado de la empresa La Perlita estalló en llanto después de relatar las duras condiciones en las que trabajan sus compañeros. “Me da mucha lástima que el gobernador (Axel Kicillof) banalice el tema y lo meta en política, es una bajeza; no puede ir a un canal de TV y decir lo que dijo”, afirmó Pablo, que tiene más de 32 años de servicio y 12 como delegado, durante una entrevista con Luis Novaresio para el programa Buen día Nación de LN+.
“A la gente trabajadora no nos sorprenden con nada, ni el gobernador ni el presidente, que nunca nos reconoció como trabajadores esenciales durante la pandemia, siempre fuimos el último orejón del tarro; nunca nos reconocieron, cuando les pedimos las vacunas nos las dieron cuando se les cantó a ellos”, dijo el delegado, con la voz entrecortada por la bronca que le provoca la situación.
“Venimos con agresiones desde esa época y yo ya no puedo darles respuestas a la gente que represento, porque no tenemos ni las herramientas ni estamos capacitados para resolver este tema... No sé si no estamos más capacitados que ellos, porque no le encuentran la quinta pata al gato”, continuó Pablo, muy emocionado, con una mezcla de bronca y desesperación.
Y denunció: “Se roban la plata de las cámaras: no las ponen. Hace mucho que las venimos reclamando y nunca las pusieron. El tema de las cabinas es inviable porque nos protege a nosotros, pero tendríamos que poner una cabina para cada pasajero. El Estado no nos garantiza el trabajo en paz que es lo único que hacemos, ganar el mango para mantener a nuestras familias”.
En este punto, el delegado volvió a emocionarse y, luego de pedir disculpas por manifestar sus sentimientos, continuó: “O sea, nos matan en la calle, nos lastiman, perdemos parte del salario, no tenemos seguridad, el ministerio de Transporte no habilita más coches para no dar más subsidios, y la gente viaja hacinada”.
El hombre, de 52 años, dijo que comenzó a trabajar en la época en que todavía se cortaba boleto y era el mismo conductor del colectivo quien cobraba al pasajero: “La gente nos trataba bien, hoy es todo al revés. Hoy nos golpean, nos roban y nos quitan el salario”.
“Son siempre los mismos incompetentes, y no nos dan solución. Tenemos que hacer amistad con los malandras para que no nos maten a palos. Estamos regalados. Nos tenemos que andar protegiendo los choferes para que no nos roben en la esquina”, reveló Pablo y añadió: “Nos protegemos nosotros. Esta degradación viene de hace un montón de tiempo: tardaron 30 años en romper la sociedad. Los únicos responsables son los políticos, no tienen compasión por la gente trabajadora. Hicieron perder a la gente las ganas de trabajar”.
Y concluyó: “Le pido a Sergio Berni y al gobernador Kicillof que se pongan las pilas. Salimos a trabajar para pagar la guita que ustedes regalan, dejen de robarnos y de gastar nuestra guita en boludeces”.
Luego de la entrevista, Novaresio sostuvo que no había más que decir, porque el tema había quedado más que claro con las declaraciones del chofer, y cerró con una dura recriminación a Kicillof: “Él es Pablo, tiene 52 años y 30 de servicio… Gobernador, ¿usted cree que lo mandó Patricia Bullrich? ¿No se siente interpelado?”.
LA NACION