El historiador y politólogo participó de Odisea Argentina y compartió un extenso análisis sobre el estado de la democracia en el mundo; puntualmente, enfatizó que la coalición de Juntos debe “reconstruir el centro”
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El historiador y politólogo Natalio Botana, considerado uno de los grandes pensadores políticos que tiene la Argentina, participó esta noche de Odisea Argentina, el programa conducido por Carlos Pagni en LN+, y en un extenso análisis planteó una crisis de los partidos, una crisis en la representación y en la forma de concebir la democracia.
En ese contexto, opinó sobre la coyuntura política argentina y se refirió al rol de la oposición en medio de internas por el liderazgo de la coalición de Juntos. “Efectivamente, no hay un liderazgo muy claro en Juntos por el Cambio, lo tienen que resolver. Pero, fundamentalmente tienen que poner muy en claro cuáles son los liderazgos en el Congreso porque a partir del 10 de diciembre adquiere una importancia capital en la Argentina”, opinó.
Para Botana, el mensaje que están dando en este momento no es un bueno. Y advirtió: “Si hay división, arbitrariedad, de choque, de grupos y de antagonismo dentro del Gobierno, lo peor que puede ocurrir es que haya un mensaje paralelo por el lado de la oposición”.
“Hay un festival de facciones en la Argentina: totalmente dividido el Frente de Todos y, lo que es más grave, síntomas muy serios de división en la oposición. Es decir, se producen fenómenos electorales muy positivos e inmediatamente se produce una dispersión, una estampida hacia la fragmentación. Me parece de una gravedad extraordinaria porque todavía en esta transición tecnológica no se ha inventado un sistema de mediación que suplante al sistema clásico de los partidos políticos”, argumentó.
Y continuó: “Me parece que es preocupante porque o bien de esta fragmentación surgen líderes populistas altamente peligrosos -yo siempre he sostenido que el populismo establecido es la antesala de la autocracia- como los que vemos en Venezuela, en Nicaragua; o de lo contrario seguimos en un pantano de facciones reproduciendo la propia declinación histórica en la cual la Argentina está embretada desde hace varias décadas”.
En efecto, el politólogo sostuvo que Juntos debe estar abocado a “reconstruir el centro”. Y enfatizó: “No hay democracia estable, legítima sin un centro muy constituido. El ejemplo está en Alemania, que están reconstruyendo una coalición integrada por miembros que estaban gobernando anteriormente”. En este sentido, observó que las principales amenazas para la oposición no vienen de un frente externo sino más bien de la propia coalición.
Botana destacó la elección que hizo Juntos en noviembre y lo consideró de un éxito magistral en la zona central del país. “Es realmente el corazón productivo de una Argentina que se niega a decaer, es una Argentina que todavía tiene reservas muy fuertes en su sociedad civil y sobre todo en su aparato productivo. Esa argentina está buscando ser políticamente representada y, evidentemente, le asignó un voto de confianza a Cambiemos en esta elección”, dijo.
No obstante, cuestionó en qué medida una coalición política es capaz de representar efectivamente lo que una coalición económica y social quiere. Y aconsejó: “Juntos por el Cambio tendría que presentar una gran oferta de gobernabilidad a la Argentina y parar la mano, poner las cosas en orden e ir creando lentamente la generación de un liderazgo, porque de lo contrario, el riesgo grave que tiene por delante es el riesgo del fraccionalismo: que se extreme la horizontalidad”.
En cuanto a la crisis del sistema democrático en el mundo, el historiador sostuvo que “parecería que ya no tiene el vigor de antaño”. Y opinó: “La pandemia ha cruzado las convicciones, las creencias que se puedan tener de esta forma de gobierno, en mi opinión la única forma civilizada para resolver los problemas”.
Puntualmente, mencionó el caso de Estados Unidos, al que consideró como el corazón mismo de la democracia. “Lo que ha pasado en Estados Unidos es de extrema gravedad”, dijo. Y concluyó: “Por vez primera en una larga historia con conflictos muy hondos, en los Estados Unidos se niega la legitimidad de la derrota. La democracia supone una pasión por la victoria pero también una ética de aceptación de quien ha perdido. Los Estados Unidos en este momento están amenazados por una de las características más evidentes del populismo, que es que quien gobierna no puede perder [luego de que Trump no reconozca el triunfo de Joe Biden]. Lo vimos en la Argentina al punto tal que hicieron esta mascarada cuando festejaron la derrota”.