En LN+, el periodista analizó el giro que hizo el ministro de Economía, desde antes de llegar al Gobierno hasta su nueva función
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Hace solamente 4 años, el señor Sergio Massa definió a Cristina Kirchner con tres palabras. ¿Qué pasó cuatro años después? Sergio Massa mágicamente dejó de pensar que cristina es el pasado.
Tal es así que llegó al ministerio de economía y prácticamente se convirtió en la mismísima Cristina Kirchner.
Vos fijate qué nivel de sometimiento; de sumisión; de rendición; de obsecuencia; de servilismo.
Que Massa decide ir al choque hasta con su gran amigo, Claudio Belocopitt, de Swiss Medical. ¿Por qué?
Solamente para agradar a su jefa cristina. Lo mismo pasa con la inflación. Gabriel Rubinstein, hoy viceministro de Economía -numero 2 de Massa- en julio decía que el problema de la inflación no son las empresas sino que el gobierno es “adicto” al déficit fiscal.
Incluso el mismo Rubinstein -número 2 de Sergio Massa- llegó a decir hace muy poquito que Cristina Kirchner tiene un “matete” en la cabeza con la economía.
¿Qué pasó? Tanto Massa como Rubinstein se convirtieron en empleados de cristina y ahora, mágicamente, la culpa de la inflación ya no es más del gobierno sino de las empresas diabólicas, malvadas y canallescas.
Entonces, vos fijate lo que pasó. Lo trajeron a Massa como el gran salvador, como el héroe, como el super-ministro.
Los periodistas amigos lo presentaron como la “esperanza blanca” que iba a poner orden fiscal. Y resulta que la super-solución de super-Massa es un congelamiento de precios por 4 meses.
La gran solución de Massa es congelar la polenta y la yerba. O sea, la misma receta que usó cristina hace exactamente 9 años.