El periodista de LN+ reflexionó sobre el rol de la vicepresidenta Cristina Kirchner; “Impera en Argentina una creencia de impunidad y de anomia”, aseveró
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Cuenta hoy Carlos Pagni en La Nación que a Cristina Kirchner le dicen -jocosamente- “capitana Schettino”.
¿Por qué?
Por aquel comandante italiano que en 2012 abandonó a su suerte el crucero “Costa Concordia” después de chocar con una roca en la costa toscana.
¿Qué pasó?
Schettino se rajó.
Abandonó a los pasajeros y huyó en bote.
Pensaba si no es acaso la misma sensación que tenemos en Argentina;
en el medio de una tragedia, no hay comandante;
no hay capitán;
no hay líder;
no hay comando;
no hay timón;
no hay gobierno;
el capitán y la capitana abandonaron el barco.
Vos sabés que el último comentario público de la vicepresidenta fue contra Mauricio Macri el 8 de agosto
“¿En serio? ¡Me estás jodiendo! ¿Cómo que el Fondo ya está acá? Si lo trajiste vos papi… hacete cargo de algo alguna vez en tu vida. ¡por dios!”.
¿Qué pasó desde el 8 de agosto hasta hoy en Argentina?
Algunas cositas...
- el dólar libre pasó de $ 600 a $ 735
- el peso se devaluó un 22,5% con respecto al dólar oficial
- hubo 270 saqueos en todo el país
- hubo inundaciones salvajes en el conurbano
- asesinaron a un ingeniero de 43 años en los bosques de Palermo;
pero nadie puso la cara aunque sea para contener la angustia de la gente.
La vicepresidenta y jefa política de este gobierno nunca apareció.
¿Qué genera esto?
Orfandad;
abandono;
desamparo;
cuesta mucho entrar en la cabeza de un político;
cuesta mucho entender cómo se le puede ocurrir al ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Eugenio Burzaco, ir a ver un partido de tenis del US Open unos días después de una ola de saqueos en Argentina;
cuesta entender qué hacía Burzaco en Washington mientras el país sigue conmocionado por el asesinato de un ingeniero en los bosques de Palermo.
Alguno dirá: ¿y qué cambia?
Burzaco no hubiera impedido el crimen.
No importa;
es una obligación moral cuidar a las familias argentinas;
es una obligación moral del estado ponerse al frente material y simbólicamente de la recuperación del orden público;
no hay más lugar para la joda;
para el quilombo;
y para el boludeo;
los políticos tienen que dimensionar la gravedad de la crisis social, económica y cultural;
no podés estar en Narnia gozando de tu pequeña isla de felicidad mientras hay 20 millones de pobres;
eso genera
bronca,
hastío,
impotencia
y orfandad;
sentimos orfandad cuando hay saqueos;
sentimos orfandad cuando sube el dólar;
sentimos orfandad cuando muere una chica muy querida como Silvina Luna y sabemos que el asesino está y estará suelto por culpa de la justicia;
impera en Argentina una creencia de impunidad y de anomia;
cualquier cosa puede pasar y ya sabemos que no habrá castigo;
por eso, somos coherentes;
cuando el ministro de salud Ginés González García se fue de joda a España a chupar vino dijimos que era una locura;
justamente por eso somos duros y rigurosos con Eugenio Burzaco;
la gente se cansó de la joda de los políticos.
Esto es: basta de la fiesta de Olivos.
Basta de Fernando Espinoza bailando con La Princesita;
basta de Alberto tocando la guitarra;
basta de Silvina Batakis comprando el Iphone en Nueva York mientras te reta en TN;
basta de Mario Ishii en la pileta de Miami;
y basta de Burzaco mirando el US Open.
No hay más lugar para estas cosas.
¿Qué está pasando?
Argentina cada día se verá más arrinconada por la barbarie.