En su columna política, el conductor de +Realidad analizó la compulsión del kirchnerismo y la izquierda de la Argentina por apoyar a todos los grupos que reivindican la violencia como acción política
- 2 minutos de lectura'
Queda confirmado que tanto el kirchnerismo como el progresismo, como la izquierda argentina siempre, pero siempre, se ponen del lado del terrorismo.
Reivindican a los Montoneros, las FARC, ETA, Sendero Luminoso, Tupamaros, Hamas, Hezbollah, el grupo RAM. Siempre justifican y reivindican la violencia como forma de acción política.
¿Cuál es la excusa? ‘Ah, pero los oprimidos’; ‘Ah, pero los pobres’; ‘Ah, pero la derecha’. Siempre encuentran una excusa para justificar la sangre derramada.
Hamas asesinó 900 israelíes porque el Primer Ministro de Israel los provocó. Violaron y asesinaron a Israel porque usaba la pollerita demasiado corta. Secuestraron y mataron mujeres y nenes porque el Primer Ministro provocó a los palestinos.
Esto apoya el kirchnerismo y la izquierda troskista. La matriz que se repite es el kirchnerismo y el progresismo siempre del lado de los violentos y de los delincuentes.
Vale matar, vale secuestrar, vale amenazar, vale todo con tal de eliminar al enemigo.
Vos fijate la ambigüedad del tuit de Cristina Kirchner: “No aceptamos y condenamos como siempre lo hemos hecho todo tipo de violencia como método para resolver los conflictos entre países”.
Dos cosas: 1. No habla de terrorismo; 2. No habla del grupo Hamas. En ningún momento condena al terrorismo islamista. ¿Por qué no? Porque el kirchnerismo siempre tuvo una alianza táctica y comercial.
El kirchnerismo siempre, pero siempre jugó geopolíticamente de ese lado.
Dejame conectar esta bestialidad con lo que vimos anoche en el debate de candidatos. Pregunta: ¿Por qué siempre el kirchnerismo está del lado de la violencia, de la trampa, de la ilegalidad, de la delincuencia, de la corrupción?
Patricia Bullrich le hizo una pregunta concreta a (Sergio) Massa que no pudo o no quiso, o no supo responder. Le preguntó sobre tres delitos: 1. Los bolsos de López; 2. Los hoteles de Cristina; 3. El yate de (Martín) Insaurralde.
¿Qué respondió? Que Bullrich era muy vulgar. Yo prefiero toda la vida a un vulgar antes que a un chorro. La vulgaridad se corrige. La corrupción, no.
En el ‘83 fue: “Dictadura nunca más”. Hoy debería ser: “Corrupción nunca más”.
La única y verdadera grieta hoy: democracia o tiranía. Mejor dicho: democracia o autocracia.
LA NACION