Con el ida y vuelta entre Alberto Fernández y un niño de 13 años en La Rioja como disparador, Jonatan Viale hizo un punteo con algunos momentos críticos en los años de mandato del Presidente. A su vez, recordó el diálogo que tuvo con Wado De Pedro cuando todavía no se había lanzado la campaña y sentenció: “Es un milagro que sea Presidente”.
A continuación, el comentario completo del periodista para LN+:
En las últimas horas vimos un Presidente totalmente desbordado. Fue demasiado gráfico lo que pasó ayer en La Rioja con un chico de 13 años. Habrán notado que, cuando el Presidente está superado por una situación, grita o sube el tono de la voz. Por ejemplo, cuando ocurrió el escándalo de Olivos ¿Te das cuenta? Siempre que el Presidente está angustiado o se siente acorralado por algo, grita como un desquiciado. Ahora bien ¿Por qué está así? Porque desde que es presidente no tiene el control de la situación. Es más, yo te diría que es un presidente humillado por su propia gente. Pensalo conmigo.
Humillación 1: Faltazo de Máximo Kirchner al discurso en el Congreso. No solo Máximo; también Wado de Pedro, ministro del Interior y también el senador Parrilli, mano derecha de Cristina.
Humillación 2: Máximo renuncia y filtra un off con Verbitsky. O sea, abandona la conducción del oficialismo en Diputados y deja trascender una charla que tuvo con Alberto: “Te aclaro que yo no estuve de acuerdo con tu candidatura así como no apruebo ahora esta negociación”. Nunca te quise, nunca me caíste bien pero mi mamá te eligió. Un hipócrita porque un tiempo antes le había dicho a Alberto que si lo necesitaba, sólo tenía que chiflar.
Humillación 3: Le renuncian 13 funcionarios de Cristina Kirchner en un solo día. Después de la derrota en las PASO, le hacen un golpe blando y se van todos: Wado, Soria, Volnovich, Raverta, Salvarezza, Cabandié, Ferraresi, Bauer, Ceriani, Sabbatella, Donda y Mena.
Humillación 4: “Mequetrefe”, la desalmada de Fernanda Vallejos filtra un audio donde trata al Presidente de okupa, atrincherado, ciego, sordo, inútil y mentiroso.
Humillación 5: Hebe le dice “oso panda”.
Humillación 7: Luis D’Elía lo critica por la cuarentena VIP: “Fue una cag... el cumpleaños, una cag... la foto y una cag... el pedido de disculpas”.
Humillación 8: Alberto entrega a su socia, Marcela Losardo. Su ministra de Justicia, su persona de confianza, su mano derecha, su amiga... y la explicación que da es que Losardo estaba “agobiada”.
Humillación 9: Cristina Kirchner lo reta. Humillación 10: Duhalde dice que está groggy.
Te acabo de mostrar 10 humillaciones de su gente, de sus amigos, socios, compañeros en dos años de gobierno ¿Te das cuenta por qué le contesta así a un chico de 13 años? Porque está desbordado. Pues bien, hoy llegó la frutilla del postre: el Gobierno presentó el documento oficial del acuerdo con el FMI ¿Qué está haciendo el kirchnerismo duro? Le retira el apoyo político. Ya tenés, por lo menos, 30 diputados liderados por Máximo Kirchner que votan en contra o se abstienen. A todo esto sumale que la gestión, objetivamente, es mala.
- Ambiente: Juan Cabandié no pudo apagar los incendios en Corrientes.
- Seguridad: Ya pasó un mes de la droga envenenada y todavía no se sabe lo que pasó.
- Comercio: Ya tenés 8% de inflación en los primeros dos meses del año.
- Cancillería: Organizaron una gira en Rusia a tres semanas de la guerra.
- Salud: 126.000 muertos por Covid.
- Mujeres, género y diversidad: 54 femicidios en lo que va del año, un crimen cada 26 horas. Encima, la ministra Gómez Alcorta da una explicación muy particular de una violación grupal: “No son monstruos, son varones socializados en esta sociedad”.
O sea, la culpa de la sociedad. Como dice Zaffaroni: “No son chorros, son víctimas del sistema”. El kirchnerismo siempre hace dos cosas: culpa a la gente y defiende a los delincuentes. Entonces, por todo esto el Presidente está desbordado, sobrepasado, superado, abrumado. Incluso por momentos se lo ve exhausto, abatido. Por eso, vale recordar lo que dijo el año pasado ¿Sabés lo que pasa? Alberto nunca en su vida se imaginó presidente. Con todo respeto, es un milagro que Alberto sea presidente. Él lo cuenta en 2019 cuando Cristina lo elige:
“Wado me vino a ver a mi casa y me preguntó qué lugar quería ocupar en el nuevo Gobierno. Entonces le dije: ‘Quiero que le ganemos a Macri y ser embajador en España, quiero descansar un poco. Si quieren ayudarme, díganle a Cristina que me nombre embajador”. Ni en sus mejores sueños Alberto se imaginó Presidente de la Nación. Por eso, la situación lo superó y él se desbordó. Es más, yo creo que en este momento está envidiando a Ricardito Alfonsín.