En Buen Día Nación por LN+, Luis Novaresio habló con Hugo Damián Álvarez, un hombre de 58 años que vive en situación de calle desde hace una década y que manifestó su deseo de obtener un trabajo
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Un desgarrador momento se vivió en LN+, cuando Luis Novaresio entrevistó a una persona en situación de calle que pide trabajo para poder sustentarse. Durante Buen Día Nación, el periodista conversó con Hugo Damián Álvarez, un hombre de 58 años que vive hace diez en la calle. Al comienzo de su testimonio, no pudo evitar quebrarse.
El diálogo se dio en la plaza Intendente Casares, ubicada en el barrio porteño de Palermo, donde Diego Lewen concurrió para cubrir el desayuno que entrega la ONG Lumencor de lunes a sábados. En ese marco, conversó con uno de los presentes en el lugar, que después de contar brevemente su historia de vida charló con el conductor.
“Hola, Novaresio”, comenzó Hugo ya entre lágrimas, conmovido por su situación y por la posibilidad de contarla en televisión. En un comienzo, el hombre relató que está en la calle desde hace una década y que antes de eso trabajaba como taxista: “Yo era tachero, se me venció la licencia y no la pude sacar más. Ahora tengo 58 y sigo peleándola”.
En esa misma línea, recordó que antes vivía con sus hermanos y su madre en una casa ubicada en San Martín, pero tuvo que abandonar el lugar por problemas con varios familiares que sufren adicciones. Ante ese escenario, Hugo tuvo que arreglárselas solo. Con respecto a su pedido, expresó que busca trabajar “de lo que sea”. “Pintura, jardinero. Lo que sea. Me crié en una villa y si a mí me decís pintame esa reja por un vaso de leche y un pedazo de pan yo te lo hago”, agregó.
Por otro lado, ante una pregunta de Novaresio contó que durante el día está en la puerta del shopping del Abasto. Allí, en más de una ocasión sufrió el maltrato de personas que pasan por el lugar: “Me ha pasado que me han dicho ‘¿por qué no te vas a laburar, vago?’. Les digo: ‘Señora, si usted me da laburo, yo lo hago ¿Usted prefiere que yo esté así o robando?’. Se callan la boca y se van”. Sobre esto último, reiteró su deseo de conseguir un trabajo y poder dejar de pedir en la calle. “Yo no lo hago porque quiero”, remarcó.
Luego, el periodista le preguntó a Hugo cómo se las arregla para bañarse. En respuesta, el hombre explicó que concurre a lugares como canchas de fútbol o iglesias que le dan la posibilidad de hacerlo. Sin embargo, dada la alta cantidad de gente que va, muchas veces el agua caliente no alcanza para todos y algunos deben usar agua fría.
A pesar de la adversidad, se mostró esperanzado en que la situación cambie y pidió que “los gobiernos se ocupen más de la gente en la calle”. “Yo estoy siempre pidiendo en el Abasto, desde las nueve de la mañana hasta las seis de la tarde”, especificó para que quienes quieran acercarse a llevarle dinero, algún alimento u ofrecerle trabajo, para el que el hombre insistió en estar dispuesto durante toda la entrevista.
LA NACION