Ocurrió en el pase del programa con Pablo Rossi; el pedido del periodista y la respuesta de todos en el estudio
- 2 minutos de lectura'
Nuevamente los periodistas Pablo Rossi y Eduardo Feinmann se encontraron al aire de LN+ para protagonizar un pase entre sus programas. Sin embargo, en el arranque un detalle en el escritorio del conductor de El Noticiero llamó la atención de su colega y desencadenó una charla y una reacción que quedó para el recuerdo.
Ya cuando le dio la bienvenida, Rossi notó que Feinmann tenía frente a él una pequeña bandera argentina. “Feinmann, lo veo embanderado como corresponde”, bromeó el conductor. “Y bueno, pedí y me cumplieron... tengo el pequeño mástil”, respondió su par. Con una seña al director de cámaras, Pablo Rossi pidió que enfocaran la bandera y sostuvo: “Acá lo miman. Lo pidió y lo tuvo”.
Fiel a su estilo, Feinmann aprovechó el momento para lanzar una pequeña chicana. “Pero claro... les mostrás la bandera argentina y automáticamente te tildan de facho, de derecha. Si tenés la bandera, un símbolo patrio, sos de derecha”, sentenció. Pero mientras los periodistas hablaban al respecto, al sonidista se le ocurrió musicalizar la conversación con nada más ni nada menos que el Himno nacional. Los primeros momentos del emblema patrio sonaban de fondo mientras que en el estudio los periodistas empezaron a reaccionar.
El primero fue Diego Laje, quien se paró y puso la mano derecha sobre el pecho en señal de respeto. A él lo siguieron todos. “Nos hace quedar mal”, replicó Feinmann mientras se paraba. Unos segundos más de canción y todos se sentaron nuevamente. “Pobre Patria mía, diría Belgrano... cuando tuvo que empeñar el reloj para pagar a su médico. Bah, le regaló el reloj a su médico... pobre Belgrano”, sentenció Rossi de fondo.
“Ay, dios... si se despertara Belgrano, si sale de la tumba... A Parrilli, por ejemplo ¿Qué le hace?”, arremetió Feinmann. Rossi, que lo siguió en la chicana y la crítica al exdirector de la Agencia Federal de Inteligencia y actual senador, completó: “Le agarra un ACV”.
LA NACION