El periodista de LN+ y Christian Rubilar, letrado de las implicadas, mantuvieron un cruce al aire por la situación legal de las mujeres
- 3 minutos de lectura'
Este viernes, en la edición de El Noticiero, conducido por Eduardo Feinmann, se trató el tema de las mujeres rusas que llegaron al país en plena etapa de embarazo y fueron demoradas por el sector de migraciones.
En busca de más precisiones sobre este caso, el abogado de ellas, Christian Rubilar, habló con el periodista y mantuvieron un cruce acalorado de posiciones al respecto. Para dar comienzo a la charla, el conductor interpeló al letrado: “¿Qué es lo que le preguntaban en migraciones a cada una de estas mujeres que lo tenía preocupado?”.
“En horas de la madrugada me llegó el interrogatorio de migraciones, el cual era de una sola opción e indicaba: ¿Usted es turista?. Cuando viene gente de otro país como Rusia puede ser inmigrante, apátrida o turista, que fue la única opción”, detalló Rubilar.
Bajo esa misma línea, Feinmann repreguntó: “¿Qué otra pregunta les hicieron?”. Del otro lado, la respuesta fue: “Esa fue la más importante. Las acusan de ser falsas turistas. Usted es abogado y sabe que si no es turista, es habitante y al serlo está protegido por la Constitución Nacional”.
En el intercambio de opiniones, el conductor de LN+ siguió: “Las acusan de ser falsas turistas porque cuándo se les preguntó a dónde se iban a quedar y para qué vinieron, no sabían qué contestar”. Por parte del letrado, el argumento que esgrimió se basó en la falta de ayuda para comprender el idioma: “Convengamos que no fueron asistidas por un intérprete como sucede en cualquier país”.
Otro de los puntos álgidos donde ambos no se pusieron de acuerdo fue en la condición que se encontraban actualmente. Por parte de Rubilar, su posición fue que las embarazadas rusas se encontraban detenidas y Feinmann manifestó: “No están detenidas. Que yo sepa no pueden ingresar al país, están en una zona gris. Que las deporten y vuelvan a Rusia para tener el bebé allá y no en Argentina”.
Para culminar, Rubilar aseguró que los pasaportes de las mujeres rusas estaban retenidos y por ende, estaban sujetas a una decisión judicial. “Las mujeres sabían a qué venían, pagaron por un servicio ilegal, no es que son pobres angelitos”, retrucó Feinmann.
“Asumamos que hablamos de una agencia mafiosa, el Tratado de Palermo es ley en este país y la víctima de tráfico no puede ser judicializada y por ende, criminalizada. Puede ser llamada como testigo para incriminar a las redes de tráfico, pero si usted las deporta pasa a ser cómplice”, cerró el letrado.
LA NACION