Este jueves, Eduardo Belliboni, el dirigente del Polo Obrero que encabezó el acampe piquetero de la semana pasada en la avenida 9 de Julio, mantuvo un tenso diálogo con Eduardo Feinmann. El cruce se desencadenó cuando el conductor de El noticiero de LN+ quiso saber las características del trabajo del dirigente, que reconoció esta semana que fue asesor del diputado porteño Gabriel Solano en la legislatura porteña.
Feinmann y Belliboni se trenzaron en una furiosa discusión primero por la cantidad de dinero que había cobrado el organizador del acampe en su tarea como asesor, luego por el destino de ese salario, que el piquetero aseguró que había donado, y finalmente por el objetivo y el costo del acampe, momento en que Belliboni trató de “carnero” a Feinmann. “Sí, soy un carnero, un hijo de p..., una mala persona”, respondió con sarcasmo el periodista.
Todo comenzó cuando Feinmann le preguntó al piquetero por los costos de haber hecho un acampe en la 9 de Julio. “¿De dónde sacaron los 40 millones de pesos para hacer el circo del otro día del acampe?”, arremetió el periodista, a lo que el entrevistado retrucó: “¡Qué gracioso! 40 millones de pesos. No hay ningún 40 millones de pesos. Me llama la atención de que un periodista serio se haga eco de eso de cosas que se dicen en Twitter”.
Lejos de quedarse callado, Feinmann insistió: “¿Cuánto salió el acampe? ¿Y los micros? ¿Y las carpas?”. Belliboni volvió a repetir, ya con mayor fervor: “Nada. Ni un peso. Lo único que alquilamos fueron los baños. Las carpas son de los manifestantes. El sonido lo pagan las organizaciones, porque las organizaciones juntan fondos, ¿Sabe lo que es el fondo de huelga? Me imagino que ninguno de ustedes habrá hecho una huelga. No saben ni de lo que se trata una huelga”. Ante esto, Feinmann respondió: “No, la verdad que no. Soy el secretario general de mi propio sindicato, que se llama Eduardo Feinmann”.
A partir de ahí, la conversación subió de tono, ya que Belliboni aseveró: “Me imagino que no hizo nunca una huelga, y si hay una huelga es un carnero”. A lo que Feinmann le siguió el juego con ironía: “Un carnero, sí, claro, seguramente. Quédese tranquilo, soy un carnero, un hijo de put..., una mala persona. Soy una mierd...”. Ya con la conversación en un tono picante, el piquetero remató: “Ah, eso lo dijo usted, si usted mismo se dice a sí mismo hijo de p...”. Feinmann, al ver la situación, le pidió: “Tranquilo, tranquilo”.
El picante ida y vuelta
El siguiente es un resumen del duro intercambio entre el conductor y su entrevistado, en una charla en la que intervino también la periodista Guadalupe Vázquez.
Feinmann: “¿El laburo bien en la legislatura?”.
Belliboni: “Yo no trabajo más en la legislatura hace un tiempo, ya renuncié. Trabajé de asesor y donaba, como hace la izquierda, todos los asesores donamos, porque tenemos un trabajo, y donamos el salario a las luchas, a las organizaciones. Hemos apoyado esas luchas con los aportes que hacemos”.
Feinmann: “Pero done la suya, no la que pagamos con nuestros impuestos”.
Belliboni: “Dono la que me pagan a mí en la legislatura, eso lo dono. Es un trabajo, que como yo tengo otro trabajo, lo dono”.
Feinmann: “Y gana 125.870 pesos”.
Belliboni: “No gano nada, porque ya renuncié y el sueldo que tenía lo puse en un tuit y cobraba 69.000 pesos, menos que la canasta básica”.
Feinmann: “No es lo que parece en la planilla. Usted se llama Eduardo Silvio Belligoni, número de documento...”.
Belliboni: “Eduardo Silvio Belligoni, esa debe ser la liquidación final. Pero el sueldo de marzo yo lo mandé en el tuit y se lo puedo mandar a usted y son 69.000 pesos que yo dono íntegramente como muchos asesores de la izquierda y como hacen los diputados de izquierda, que no cobran los 400 mil pesos que cobra un diputado sino que cobran el salario de un docente. Así actuamos en la izquierda, no cobramos un salario que está muy lejos de los trabajadores”.
Feinmann: “Así actúan en la izquierda”.
Belliboni: “Sí, así actuamos”.
Feinmann: “¿Cuarto intermedio me dijo entonces?” (Belliboni había dicho al comienzo de la charla que en esa instancia se encontraba su organización con el ministerio de Desarrollo Social de la Nación, encabezado por Juan Zabaleta).
Belliboni: “Sí hasta el lunes. Esperemos que haya respuestas, les queremos informar a los compañeros que están esperando una respuesta y esperemos que el ministro la tenga”.
Feinmann: “¿Ustedes qué pidieron? ¿más plata?
Belliboni: “No, plata no pedimos nunca. Ni hoy, ni mañana, ni pasado”.
Feinmann: “Entonces, ¿qué piden?”
Belliboni: “Lo que pedimos en primer lugar es que se abran fuentes de trabajo. Después, que los comedores populares no tengan solo polenta. Porque los pibes no viven solo de polenta y no queremos que ningún chico tenga que comer todos los días polenta, ni el hijo de un trabajador, ni el hijo de una persona con más recursos. Nadie puede comer todos los días polenta porque eso no es alimento, eso se lo dijimos al ministro, y el ministro dijo que teníamos razón, que entonces va a tratar de implementar un sistema para que llegue mejor, y más comida a los comedores populares, porque lamentablemente todavía son necesarios los comedores populares”.
(...)
Feinmann: “Pero usted trabajó cuatro años en la legislatura”.
Belliboni: “Asesoré al diputado (Gabriel) Solano por cuatro años”.
Feinmann: “Asesoró y cobró”.
Belliboni: “No, no cobré. Le reitero. No cobré. Si usted quiere seguir insistiendo...”.
Feinmann: “Pero acá está en la planilla”.
Belliboni: “Bueno, lo doné, qué quiere que le diga”.
Guadalupe Vázquez: “¿Tiene los comprobantes? Porque uno tiene que declarar cuando uno cobra un sueldo y lo dona”.
Belliboni: “No, yo no tengo que declarar que le doy plata a una lucha. Está equivocada. Yo con la plata hago lo que yo quiero. Porque esa plata se la doy a las luchas, y reivindico dársela a la lucha”.
Vázquez: “Pero hay que declararlo en la AFIP”.
Belliboni: “No tengo que declarar nada”.
Vázquez: “Pero cuando uno hace una donación lo tiene que declarar”.
Belliboni: “Yo entrego a los comedores populares y a las luchas que hay en este país”.
Feinmann: “En negro. Usted entrega plata blanca, que se transforma en negra”.
Belliboni: “No, plata negra no. Un grupo de trabajadores como los de Garbarino que fueron despedidos no tienen comprobante para dar, porque fueron despedidos”.
Vázquez: “Una forma de lavar dinero es decir que uno recibió una donación, por ejemplo”.
Belliboni: “¿Lavar dinero? ¡Usted dice cualquier cosa! Cómo voy a lavar dinero. Cómo voy a lavar dinero 60.000 pesos por mes. Por favor”.
Vázquez: “Las donaciones se declaran, se tiene que hacer en forma legal”.
Belliboni: “No tengo por qué hacer una declaración”.
Feinmann: “Cuénteme una cosa, Eduardo: ¿De dónde sacaron los 40 millones de pesos para hacer el circo del otro día del acampe?”.
Belliboni: “¡Qué gracioso! 40 millones de pesos. No hay ningún 40 millones de pesos. Me llama la atención de que un periodista serio se haga eco de eso de cosas que se dicen en Twitter”.
Feinmann: “¿Cuánto salió?”.
Belliboni: “Nada. Ni un peso. Lo único que alquilamos fueron los baños”.
Feinmann: “¿Y los micros? ¿Las carpas?”.
Belliboni: “Ningún micro. Las carpas son de los manifestantes. El sonido lo pagan las organizaciones, porque las organizaciones juntan fondos, ¿Sabe lo que es el fondo de huelga? Me imagino que ninguno de ustedes habrá hecho una huelga. No saben ni de lo que se trata una huelga”.
Feinmann: “No, la verdad que no. Soy el secretario general de mi propio sindicato, que se llama Eduardo Feinmann”.
Belliboni: “Me imagino que no hizo nunca una huelga, y si hay una huelga es un carnero”.
Feinmann: “Un carnero, sí, claro, seguramente”.
Belliboni: “Los periodistas hicieron huelga en este país, y me imagino que Feinmann no la hizo, porque es un carnero”.
Feinmann: “Quédese tranquilo, soy un carnero, un hijo de put..., una mala persona. Soy una mierd...”.
Belliboni: “Ah, eso lo dijo usted, si usted mismo se dice a sí mismo hijo de p...”.
Feinmann: “Tranquilo, tranquilo”.
Belliboni: “Sí, yo estoy tranquilísimo”.
Vázquez: “Belliboni, usted está reconociendo entonces que nosotros tenemos que creer en su palabra de que hizo esas supuestas donaciones durante cuatro años”.
Belliboni: “Crea lo que quiera. Si no convoque a los trabajadores de Garbarino, a los compañeros municipales de de Berazategui. Y si no qiuere creer, no crea, qué quiere que le diga”.
Feinmann: “O sea, antes asesoraba y cobraba y ahora asesora y lo hace gratis”.
Belliboni: “Nunca cobré”.
Feinmann: “Como que no si tengo la planilla. 125.870 pesos ¿No es verdad?
Belliboni: “No es verdad 125.000. Pregunte en la legislatura. Mi planilla dice 69.000, menos que la canasta básica”.
Feinmann: “Claro, le voy a creer a usted. Le agradezco mucho”.
Belliboni: “Y no carneree las huelgas que es feo, Feinmann”.
Feinmann: “Tranquilo, no hay problema. Gracias, ¿eh? Le mando un saludo, el carnero Feinmann”.
Feinmann (tras cortar): “Es genial, me encanta. El tema es que la gente que está mirando... con sus impuestos usted banca a este tipo de personajes nefastos”.