La institución, ubicada en San Cristóbal, comunicó su decisión a poco de un nuevo inicio de clases; los duros testimonios escuchados en LN+
- 3 minutos de lectura'
Un numeroso grupo de padres y madres volvió a reunirse este lunes en las puertas del Centro Educativo Nuevo Horizonte, situado en el barrio porteño de San Cristóbal, que cerró sus puertas intempestivamente a pocos días de comenzar las clases.
De acuerdo con el testimonio que dieron, las autoridades del colegio emplazado en la calle Matheu 1472 les comunicaron la noticia del cierre después de haber pagado la matrícula y a menos de dos semanas del inicio del ciclo lectivo en la Ciudad de Buenos Aires. Después se les informó a los padres que la escuela iba a ser vendida y se les devolvió el dinero de las inscripciones.
“Los chicos están destrozados y muy tristes”, contó una mamá al noticiero 8 AM que conduce Luis Majul y se emite por la pantalla de LN+. “Nos enteramos por el grupo de padres de que había cerrado el colegio. Después llegó la comunicación oficial que este año no iban a abrir sus puertas, pero nosotros ya habíamos pagado la matrícula. Ahora estamos viviendo una pesadilla, por el colegio y por los docentes”, agregó.
El Colegio Nuevo Horizonte tenía tres décadas de historia, 450 alumnos y cerca de 200 docentes y trabajadores no docentes, informó el cronista de LN+. Los padres piden la intervención del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, pero desde la repartición oficial aclararon que si bien la institución recibía un 60 % de aporte estatal, era de gestión privada.
“No deja de ser una empresa privada que cierra sus puertas por la crisis económica”, señalaron desde la cartera de Educación porteña. “Desde la Dirección General de Educación de Gestión Privada del Ministerio de Educación porteño se está acompañando el proceso administrativo y legal para el cierre de la institución”, precisaron.
“Es muy difícil conseguir matrícula ahora y además este era un colegio con inclusión, en todos los cursos había chicos con capacidades diferentes”, continúo la mamá de unos de los niños. “Los grupos ya han quedado separados y los chicos pierden su grupo de amigos, ellos están destrozados y tristes”, agregó.
“Le dije la verdad a mi hijo, que había cerrado el colegio y no sabíamos por qué. Hicimos la primera convocatoria y no la pudimos abrir, mi hijo de cuarto grado lo tomó con mucha madurez, pero otros chicos no pueden aceptarlo”, destacó sobre la pesadilla que afrontan.
“Hay colegios de la zona que nos han invitado a unirnos con cuotas diferencias pero no es el tema. Yo conseguí un colegio pero mi hijo perdió a su grupo de pertenencia, aunque consigas vacante no puede ser un final feliz”, concluyó.
En este sentido, Luis Majul cerró la nota de esta manera: “Es una situación muy traumática que hay que tratar de arreglarla”.
LA NACION