El caso “Chocolate” y la omertá bonaerense
Hasta La Libertad Avanza calla frente al escándalo de la Legislatura; el insólito paro de los trabajadores de Neuquén; las inquietantes premoniciones de Dal Poggetto
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Hay una palabra del dialecto siciliano, generalmente vinculada a los entramados mafiosos, que es la palabra omertá. Es un tipo especial de silencio, el de los pactos entre quienes forman parte de actividades delictivas. Es el cono de silencio, que implica un compromiso de quienes actúan por fuera de la ley, para que no se conozcan esas actividades. Hoy la política argentina presenta, como pocas veces antes, este tipo de compromiso, de pacto. Y tiene que ver con lo que ocurrió en La Plata, en la Legislatura Bonaerense, que es algo que cualquiera que conozca la política nacional tenía que prever que iba a ocurrir: un estallido de corrupción en esa legislatura, puesta tan fuera del foco de la opinión pública y el periodismo. Me refiero a este tema porque, a través de lo que ocurrió en esta institución, podemos ver cómo funciona un sistema de complicidades. Nos permite ver una dimensión del financiamiento de la política. Pero lo más interesante es que deja entrever el carácter artificial, cínico y por momentos irritante, que pueden tener determinadas disputas morales que existen en la política. Y digo artificial porque aparecen casos donde esos que se acusan mutuamente comparten una misma caja, un mismo delito. Y sobre esto no se habla, se habla muy poco o los que hablan son dirigentes excepcionales.
Para saber a qué nos estamos refiriendo, una breve referencia a los hechos concretos. El sábado 9 de septiembre, alrededor de las 20, en pleno centro de La Plata y dentro de una de las sucursales más importantes del Banco Provincia, se descubrió a una persona llamada Julio Rigau, y apodada “Chocolate”, mientras operaba un cajero automático por un largo tiempo. Tan largo fue ese tiempo que llamó la atención de dos agentes de la Guardia Urbana de La Plata, que vieron cómo “Chocolate” extraía dinero con varias tarjetas de débito. Llamaron al 911, aparecieron agentes policiales, le pidieron que se identificara y este no solo se negó a hacerlo si no que tampoco quiso entregar el material que tenía dentro de una bolsa de consorcio. Ahí fue que se dieron cuenta que operaba con 48 tarjetas de débito y que, en otros 48 sobres de plástico, guardaba los tickets de esas operaciones. Esas 48 tarjetas de débito pertenecían a 48 personas distintas y estaban unificadas en que todas decían “Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires”. Rigau fue detenido, después allanaron su casa y encontraron muchísima documentación má,s en los suburbios de La Plata, donde él administra un merendero municipal. El caso quedó en la órbita del juez Guillermo Atencio y la fiscal Betina Lacki. “Chocolate” estuvo 11 días detenido hasta que, por un fallo de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal de La Plata, es excarcelado y la causa se anula. Fue con el voto de los camaristas Juan Benavides y Alejandro Villordo. Y el voto en disidencia de Fernando Mateo.
¿Qué llama la atención de todo este caso? El silencio de la política respecto de la aparición de una práctica que todo el mundo conocía, pero sobre la cual había muy pocas pruebas, más allá de algunos antecedentes similares en la Legislatura Bonaerense durante los últimos años. El lunes consultaba con una persona que forma parte de la administración de la Cámara de Diputados de la Provincia, acerca de si iba haber un pronunciamiento y me dijo: “Estamos viendo. Tendría que averiguar si hay alguna declaración conjunta”. Claro, es muy difícil hacer una declaración parcial porque esto involucra prácticamente a todos los bloques. Por eso hablamos de omertá. Este es un sistema conocido. Se le ofrece trabajo a una persona, por lo general de condición humilde, se la seduce con que a partir de ese trabajo va a tener jubilación y obra social y, a cambio de eso, esa persona está obligada a devolver el sueldo que le asignan. Ese sueldo, que en muchos casos ronda los 400.000 pesos, es el que cobraba uno de los tantos “chocolates” que hay en la Legislatura Bonaerense. A esto nos referimos cuando hablamos de silencio, al silencio del presidente de la Cámara de Diputados, Federico Otermín, de Unión por la Patria, se perfila como próximo intendente de Lomas de Zamora y alter ego de Martín Insaurralde. También el silencio de Adrián Urreli, figura prominente del Pro, que es en este momento el jefe de campaña de Néstor Grindetti, candidato a gobernador de Juntos por el Cambio alineado con Patricia Bullrich. Otro involucrado es Carlos Moreno, íntimo amigo de Cristina y Néstor Kirchner, militante político de Tres Arroyos y una especie de tutor que Cristina le puso a Kicillof para navegar por esta ciénaga. Héctor Eslaiman, dirigente del massismo y del Frente Renovador de San Martín, y Fabián Perechodnik, vicepresidente de la Cámara en nombre del Pro. No hay ningún pronunciamiento de ninguno de ellos y tampoco de los presidentes de los distintos bloques. Ese silencio todavía es más notorio porque, si uno mira los discursos encontrados que hay en esa campaña electoral y presta atención a la bandera principal de Javier Milei, esto que sucede en La Plata es casi un trabajo práctico que le dejan al libertario para que encuentre la encarnación más opaca, más sospechosa, de lo que llama “la casta”. Sin embargo, tampoco desde La Libertad Avanza escuchamos una voz que se levante frente a esta forma de financiamiento que medra con las necesidades de gente que no tiene ni jubilación ni obra social.
Hay explicaciones hipotéticas y resbaladizas sobre por qué sucede este silencio. Por supuesto, son muy difíciles de probar. Justamente, porque se debería quebrar la omertá. Debería aparecer alguien que diga: “Sí, yo participo. Conozco y voy a contar cómo es”. Todavía no apareció ese arrepentido. ¿Por qué digo que hay versiones resbaladizas? Todos los que conocen este sistema, y sobre todo los que conocen a “Chocolate” Rigau, saben que es un puntero del Frente Renovador, muy asociado a uno de los apoderados del esa fuerza en la provincia de Buenos Aires. Rigau depende del concejal Facundo Albini, quien reportaría a un dirigente muy importante del massismo en la provincia de Buenos Aires, que es Raúl Pérez. Este último es una pieza clave de todo el manejo político de Massa, que se excusa diciendo: “Hace mucho tiempo que no soy diputado y no hago política en La Plata”. Resulta muy llamativo el odio que debe despertar Pérez en tanta gente que coincide en que él es un engranaje importante de este sistema de recaudación, que terminaría en parte en las filas de Milei o en La Libertad Avanza. Es decir, habría un canal de comunicación en el financiamiento de la política desde la Cámara de Diputados, a través del canal del Frente Renovador de Massa, que llegaría hasta la organización de LLA de Javier Milei en la provincia de Buenos Aires. Para entender mejor todo este entramado, convendría leer una nota de Hugo Alconada Mon en LA NACION, donde cuenta estos vínculos de financiamiento con bastante claridad basándose en declaraciones off the record que habría hecho el publicista Ramiro Agulla. Silencio. Y silencio más sospechoso todavía de los que están haciendo de su bandera la lucha contra la casta política.
Hubo una denuncia firmada por Ricardo López Murphy, Javier Iguacel y Eugenia Talerico, quienes recurrieron al Ministerio Público, a la Secretaría de Acción Criminal en la provincia de Buenos Aires. Lo interesante de esa denuncia no es solamente la narración de los hechos, sino que, para justificar lo que están planteando, ponen la cuestión en términos más generales. Conviene asumir ese enfoque para salir de la crónica policial e ir algo que tiene mucho más que ver con la administración, el gobierno, la política. López Murphy, Iguacel y Talerico sostienen en ese escrito que el presupuesto de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires es de 62 mil millones de pesos. ¿Cuántos diputados hay en esa Cámara? 92. Esto significa, si hacemos una división hipotética, que cada diputado tendría asignado 392 millones de pesos por año, lo que significa 32 millones de pesos por mes. En el Senado bonaerense, la otra Cámara, el presupuesto es de 25 mil millones para 46 bancas. A cada banca por consiguiente le serían asignados 557 millones de pesos o 46 millones por senador y por mes. Estos legisladores de Juntos por el Cambio han hecho un cálculo más o menos razonable. Dicen: “Imaginemos que cada legislador en la Cámara de Diputados y Senadores tuviera cinco empleados por despacho. Estaríamos frente a un cuerpo de personal de 828 empleados. Pero las autoridades de la Legislatura informan que no hay 800 empleados. Tampoco 900 o 1000. Hay 2850 personas que trabajan”. Los tres legisladores hacen también un cálculo de gastos en base al personal, la cantidad de legisladores y lo que podría llegar a gastar la Legislatura en mantenimiento, comparándolo con lo que le costaría a un municipio bonaerense de rango medio. Y llegan a la conclusión de que la Legislatura podría funcionar con 9 mil millones de pesos. Sin embargo, funciona con 62 mil millones de pesos. Hay 53 mil millones de pesos que, por decir lo menos, están mal asignados y sobre los que debería haber algún tipo de investigación.
Estamos frente a un tema ancestral de la provincia de Buenos Aires. Esto no lo descubrieron López Murphy, Iguacel y Talerico. Esto no aparece porque descubrieron a “Chocolate”. Esto es una tradición de opacidad del Poder Legislativo de la Provincia desde hace décadas. Un Poder Legislativo que trabaja poco porque, si miramos las sesiones ordinarias, hubo una sola en lo que va del año. Salieron a pedir explicaciones Margarita Stolbizer y Florencio Randazzo. Y una línea interna del radicalismo, cuya figura más destacada es Federico Storani, pidió a Maximiliano Abad, presidente de bloque radical en Diputados y presidente del Comité Provincia, que se pronuncie sobre esto. Abad, quien es también candidato a senador en la lista de Bullrich para la Provincia, no habló. Tampoco habló Kicillof, quien confecciona el presupuesto con el cual se abastece este sistema que estamos describiendo. Mientras tanto, la política juega a la mancha venenosa con “Chocolate”, tratando de que “Chocolate” no hable, y por eso hubo gestiones políticas para que lo liberen. Ahora, el fiscal general del Fuero Penal de la ciudad de La Plata, Héctor Vogliolo, apelaría el fallo delante de la Cámara de Casación. Y, mientras tanto, hay un objeto que es mirado como radiactivo en La Plata y es el celular de “Chocolate”. ¿Quiénes serán sus contactos? ¿Cuáles serán sus mensajes de texto? Pesa 500 kilos ese celular para la política bonaerense. Pero interesa subrayar lo dicho al comienzo: estamos fatigados de denuncias cruzadas, maniqueas. Unión por la Patria condena al macrismo. El macrismo ha hecho campaña, ha llegado al poder, ha mandado presa gente en nombre de la pureza. Pero acá todos coinciden en ocultar un delito. Y el que levanta la bandera de la antipolítica, que es Milei, también se calla la boca frente a lo que sería un mecanismo de financiamiento aberrante.
Todo esto afecta, por supuesto, más a Sergio Massa porque esto estalló en el oficialismo de La Plata. “Chocolate” es un puntero peronista, ligado al Frente Renovador.
También es cierto que a Massa lo afectan todos los escándalos porque es ministro de Economía y porque es funcionario del gobierno. Le pega el escándalo de la compra de autos en AySA, también denunciado por López Murphy y Marcela Campagnoli en la Justicia federal. El juez Ariel Lijo realizó un allanamiento la semana pasada. 9.000 millones de pesos para 600 autos que se pagan cada uno a 42.000 dólares, muchísimo más de lo que valen en el mercado. Esto sucedió en AySA, la empresa que conduce Malena Galmarini, la esposa de Massa.
Y también afecta a Massa toda esta saga tragicómica increíble que aparece en el Banco Nación, que depende de Economía, con contrataciones insólitas de Silvina Batakis. Como dar un empleo a su marido como funcionario, como permitir que la gerenta general del Banco contrate -por ahí como viene la economía era lo que había que hacer- a una numeróloga, una persona que interpreta la conducta de la gente según el número de documento, el número de la puerta de la casa o las cuatro últimas cifras del número de teléfono. A lo mejor por esa vía esotérica salimos de la hiperinflación. Es lo último que nos queda por probar.
Mientras tanto, Massa igual disfruta del poder que le da el ejercicio del Ministerio de Economía, aun con una inflación que anualizada ya se calcula en 140%. ¿Por qué? Porque el mantenerse en el Ministerio le otorga palancas que permiten, por lo menos dentro del termo de la política, generar determinados efectos proselitistas. Y le permite, además, lo que a él más le gusta: generar contradicciones en el campo rival, como pasó la semana pasada con el aumento del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, que dividió al radicalismo.
Otro ejemplo de cómo Massa maneja estas palancas de poder que le dan una enorme gravitación sobre distintas corporaciones de la vida pública: hizo una reunión este fin de semana en Salta. Una reunión providencial porque le permitió no tener que estar en la foto en el acto del sábado con Cristina Kirchner, que es uno de los grandes problemas de la campaña de Massa. De hecho, Patricia Bullrich en su contradicción con Massa todo lo que intenta demostrar es que él es kirchnerista. Massa se fue a Salta e hizo una reunión protocolar con los gobernadores del Norte Grande.
Allí fueron dos gobernadores radicales a firmar un convenio de desarrollo de energía solar. Gerardo Morales, de Jujuy, y Gustavo Valdés, de Corrientes. Pícaro, como es Massa, a las pocas horas ya había varias páginas amigas diciendo que la presencia de Morales y Valdés en esa reunión de gobernadores estaba anticipando un pacto de gobernabilidad en el cual Massa le iba a entregar inclusive el Ministerio de Economía a los radicales. Interesante que alguien piense entregarle nada menos que al radicalismo el Ministerio de Economía habiendo tantos ministerios. En seguida tuvieron que salir Morales y, sobre todo, Valdés a explicarle a Patricia Bullrich que todo eso era una jugarreta de Massa. Como dice un principio del derecho romano, nadie puede alegar su propia torpeza. Era obvio que Valdés y Morales se estaban exponiendo a la picardía de alguien a quien conocen perfectamente. Sobre todo, Morales que ha sido -y no sabemos si sigue siendo- un gran aliado de Massa.
El mismo sistema de palancas le permite a Massa disfrutar de la convocatoria que acaba de realizar la CGT para este viernes, a las 14, en la Plaza de los Dos Congresos para agradecerle al gobierno, a los legisladores que terminen de sancionar la eliminación de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias, la compra sin IVA y la ley de empleo destinada a las pymes. Esta es la CGT comandada por Héctor Daer, una CGT extraordinariamente comprensiva con un gobierno que comunica mes a mes una inflación superior al 10% y frente a la cual no ha habido una sola medida de fuerza, ni siquiera un reclamo o un texto para pedir explicaciones. Otra victoria de Massa. Insisto, no sabemos si esto toca el voto, es todo dentro del termo de la política. Vamos a ponerlo en los términos desagradables que usa Milei: en el termo de la casta.
Del mismo modo que mañana Massa va a estar en Neuquén y también gracias a estas palancas logra lo siguiente: una carta del secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado, Carlos Quintriqueo, quien se dirige al subsecretario de trabajo de la provincia de Neuquén, Sandro Alegría, y le comunica que hay un conflicto. Como hay un conflicto, se va a realizar una asamblea. Esa asamblea se va a realizar a partir de las 8 de la mañana y va a implicar un retiro, es decir, la gente va a dejar de trabajar. Será el 27 de septiembre, este miércoles. Ese día Massa va a la provincia a hacer un acto a un lugar que se llama Olivia, cerca de Plottier. Es un lugar de fiestas, un lugar de reuniones sociales. Quiere decir que se inventa un conflicto para poder inventar la asamblea que justifique que la gente concurra al acto de Massa.
Circuló en Neuquén muy intensamente en las últimas horas un audio que tiene que ver con esta metodología. El audio dice lo siguiente: “Compañeros, aclaro cómo va a ser este paro. El retiro es a las 8 de la mañana para que los que son simpatizantes y quieran estar en el acto de Sergio Massa. No está obligado nadie, eso cada uno sabe a quién apoya, a quién no. Saben que el gremio de ATE apoya a ATE, eso no quiere decir que nos hayan bajado lineamiento para nada, pero están invitados todos los de la administración pública a participar del acto. Para que no se retire la gente y se vaya a la casa, el que vaya al acto se le va a dar una certificación de participación para que pueda justificar su retiro porque la provincia decidió eso para que no sea un descontrol, se vayan todos y no vayan al acto. O sea, el que vaya al acto va a estar justificado, caso contrario no se pueden retirar. El retiro es únicamente para los que vayan y participen de ese acto”.
Desde acá no tenemos por qué cuidar los intereses del secretario general de ATE, Quintriqueo, pero le pedimos por favor que ese certificado diga que fueron a una asamblea, no a un acto de Massa, para así después poder justificarlo. Porque están justificando la participación en el acto proselitista con una asamblea gremial. No se vayan a equivocar porque, si no, vamos a tener que seguir hablando del tema.
Son detalles. El verdadero problema de Massa está en la economía. En una economía que en los últimos días ha acelerado su deterioro, si uno mira determinados indicios técnicos. El deterioro en el precio de los bonos y las grandes dificultades del Banco Central para sumar reservas en un momento en el que se tendría que estar beneficiando de la devaluación del 21% que dispuso el 14 de agosto en acuerdo con el Fondo. Se tendría que estar beneficiando también de lo que sería el último tramo del dólar soja. Aun en las mejores condiciones de liquidación de dólares, el Banco Central no logra sumar dólares.
Este deterioro va ligado a un índice de inflación que superó el 12%, que en materia de alimentos es del 15%, por lo que daña dramáticamente a los sectores más vulnerables que se suponen que siguen siendo voto peronista. Esto imprime a la crisis una velocidad cada vez más inquietante. Es decir, las inconsistencias de la economía son cada vez más preocupantes. Sobre todo, por la emisión monetaria que debe llevar adelante el Gobierno para solventar todos los pesos remunerados, es decir, sometidos a ajustes con tasas de interés ligadas a la inflación.
Esto es un problema cada vez más grave que ha llevado a dos economistas, son Marina Dal Poggetto y Sebastián Menescaldi, a escribir una nota ayer en LA NACION titulada “El desafío de no volver a entrar en un laberinto sin salida”. Es una forma prudente, que intenta evitar el alarmismo. Los dos especialistas se reprimen ser agoreros o dramáticos, pero lo que están diciendo es “cuidado que podemos entrar en un laberinto sin salida”. ¿Cuál es la novedad de este texto muy fundado en números, como suelen ser todos los textos de Dal Poggetto? Dos economistas que no suelen ser alarmistas, más bien suelen ser muy prudentes a la hora de plantear escenarios apocalípticos. El corazón de este artículo, su mensaje central, es que a diferencia de 2015 ya no hay posibilidad en la Argentina de ir a una receta gradualista. Las inconsistencias son tan grandes que requieren de un shock. Entonces, estos dos economistas sostienen que la opción ya no es gradualismo o shock, la opción es qué tipo de shock, si un shock administrado por la política o un shock mucho más dramático administrado por el mercado y, por lo tanto, a ciegas respecto de su sensibilidad política y, sobre todo, su sensibilidad social. Es decir, ¿entramos a un laberinto sin salida o la política todavía tiene, con este gobierno o sobre todo con el que viene, la posibilidad de darle racionalidad a una dinámica económica que ya tiene un descalabro para el que no alcanza un plan económico convencional?
Lo que estamos viendo es que, así como en la política estamos ingresando en otra época, con siete millones de personas que votan a Milei, once millones de personas que no votaron; también la economía entró en una nueva época y en una nueva velocidad en estas horas.
Todo esto probablemente es un signo de interrogación, puede beneficiar al Milei que necesita que se siga hablando de él porque es un candidato de las redes sociales. No es un candidato que usa las redes sociales, sino que viene de ahí, se sostiene ahí. El equipo de campaña de Milei lo único que pide es “hablen de nosotros, no importa si bien o mal, pero hablen”.
Hay novedades en ese plano. La figura de Milei antes del 13 de agosto, de las primarias, atraía aproximadamente el 70% de la conversación política en las redes, sobre todo en X (exTwitter). Ahora concentra el 80% de la conversación, pero con esta innovación: el 50% del 80% empieza a ser negativo para Milei. Daría la impresión de que la imagen de Milei está cambiando frente a la sociedad probablemente porque ahora está en el centro de la escena, que es donde no estaba, y porque ahora es un candidato probable a la presidencia, que no era antes del 13 de agosto. Esa es la primera novedad.
La segunda novedad es que tiene que hacer malabares para mantenerse como un candidato antipolítico y tener una estructura política que le permita no la gobernabilidad, porque eso viene mucho después, sino el control de la elección, el movimiento territorial de una elección. Ahí es donde aparece Luis Barrionuevo, que es presentado por todos los demás como una contradicción, como un contraste entre el discurso anticasta y la aparición de un sindicalista que forma parte del núcleo del establishment político argentino desde hace más de 30 años.
No son las únicas contradicciones, también aparece la contradicción con Eduardo Eurnekian. Hace dos años apareció el conflicto de Milei con el Papa. La Iglesia fue a buscar esas declaraciones de Milei de hace dos años contra el Papa Francisco para decir: “Tenemos un problema de Milei, lo tenemos ahora que Milei puede ganar la presidencia”. No contestaron en aquel momento. En ese momento, alguien que conoce muy bien a Eduardo Eurnekian y al Papa Francisco y que ha estado en el medio de ambos me dijo: “Quiero ver ahora qué hace Eurnekian. Probablemente Francisco, tal vez es una exageración, sea la única figura frente a la cual él [Eurnekian] se inclina en el planeta”. Lo que me anticipó esa persona después se cumplió porque Eurnekian descalificó las declaraciones de Milei diciendo que no tiene estatura para evaluar al Papa. Después hubo una segunda declaración, que fue la más agresiva. Eurnekian dijo: “Con estos desequilibrios emocionales, debería pensar Milei hacia dónde quiere ir porque no estamos en condiciones de tener un dictador”.
Probablemente Eurnekian, que es inteligentísimo, haga estas declaraciones no solamente para salvar su relación con el Papa, sino para salvar su relación con Milei o salvar la relación de sus empresas con lo que podría ser un gobierno de Mieli. Muy probablemente la Corporación América no quiere ser el Bunge&Born de Milei y estén planteando este distanciamiento que hace juego con las declaraciones tan amenas que tuvo Eurnekián hacia Patricia Bullrich la semana que pasó. Lo cierto es que Milei contestó. Una declaración dura. Dijo que Eurnekian no se está quejando por las razones que él dice, sino porque objetó que le entreguen el negocio de la fabricación de los DNI en una adjudicación directa del Ministerio del Interior. Es un problema el de los DNI para Eurnekian, no solamente porque es motivo de discusión, de causas judiciales, sino porque si llegara a ganar Milei y el Ministro del Interior fuera Guillermo Francos, le sería muy difícil a Francos asignarle semejante negocio a Eurnekian. Porque Francos trabajó hasta hace poco tiempo para Eurnekian en Corporación América. Es decir, empiezan a aparecer conflictos donde no se esperaban y la figura de Milei empieza a adquirir matices, contradicciones, luces y sombras.
Mientras tanto, Patricia Bullrich toma aire en las provincias, pelea ya no por ganarle a Milei, sino por ganarle a Sergio Massa. Y en las encuestas más consistentes y confiables del Gobierno está a pocos puntos de Massa. Intenta sostenerse en el radicalismo, que acaba de ganar Mendoza con Alfredo Cornejo, que viene de ganar con Leandro Zdero Chaco, con Maximiliano Pullaro en Santa Fe. El radicalismo, que carece de un liderazgo nacional, le estaría dando impulso o algún sostén a la candidatura de Bullrich, cuyo principal desafío es disciplinarse ella como candidata. Disciplinarse logística, operativa y discursivamente. Lo del radicalismo es una incógnita para lo que viene. Todo el mundo sabe que Juntos por el Cambio, y alcanza con ver la política de Juntos por el Cambio en la Capital, se sostendrá unido solo si Bullrich gana la presidencia. Si no es altamente probable que esa coalición se rompa y agregue un dato más de fragmentación a la democracia argentina. ¿Qué va a pasar con los radicales? No sabemos. Tienen una estructura que el PRO no tiene a nivel territorial, pero carece de un liderazgo. Se va a discutir la conducción del radicalismo a fin de año. Habría que mirar la figura del correntino Gustavo Valdés, que es el padrino de Zdero en Chaco. Si el 22 de octubre Patricia Bullrich no surge como una de las protagonistas de una eventual segunda vuelta, en Juntos por el Cambio y en el radicalismo empieza otra historia.
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