En diálogo con Eduardo Feinmann, Esteban Cichello Hubner contó su experiencia; su recuerdo junto al 10 y su lucha por ser un referente de la educación
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Esteban Cichello Hubner creció en el conurbano bonaerense, en un descampado que hoy forma parte de lo que es San Isidro. Ahora, tras haber sobrevivido a la pobreza extrema, es profesor de la Universidad de Oxford, estudió cinco carreras y contó su historia de vida en LN+ al ser entrevistado por Eduardo Feinmann.
“Yo nací en las sierras de Córdoba. Cuando mis padres se divorciaron, mi madre agarró todo y nos llevó a Buenos Aires a un pedazo de tierra que mi abuela Raquel estaba comprando en cuotas. A los nueve años empecé a trabajar en el almacén de doña Lolita, cerca de casa. Ella sabía nuestra realidad porque sacábamos a fiado y me invitó a trabajar. Barría, envolvía huevos y llenaba las heladeras para después irme a la escuela”, narró ante la mirada del conductor.
Su infancia estuvo marcada por la pobreza, el trabajo y el bullying. “Siempre andaba sucio, piojoso, revolvía la basura. Mi primer par de zapatos lo tuve a los 15 años. Fue todo muy difícil”, recordó. Aún así, logró terminar la escuela primaria mientras que su madre conocía a otro hombre que luego se convertiría en su pareja y padre de los hermanos de Esteban.
La llegada al secundario se complicó y durante sus estudios debió abandonar dos años la educación. “La realidad era muy dura en casa y tenía que trabajar. Trabajaba en un laboratorio dental repartiendo dientes postizos. Cuando cambié de trabajo, el que me contrató me dijo: ‘Esteban, vos das para más. Yo te voy a contratar como cadete pero tenés que estudiar’”. Ese impulso lo llevó a retomar sus estudios por la noche y, de esa manera, terminar el secundario.
Su llegada a Oxford
“Fue producto del esfuerzo”, sentenció sin dudarlo. Indirectamente, lo mencionó a Diego Maradona. Que el jugador haya cumplido su sueño de vestir los colores de la Selección y ganar un Mundial le sirvió de motivación a Esteban para perseguir sus anhelos. “Fue un ejemplo para mí. Si él llegó a cumplir su sueño, yo también puedo”, reflexionó en aquel momento.
Acorde a sus dichos, la falta de electricidad que tenía en su casa lo obligaba a leer todo lo que encontraba. “Yo era pobre materialmente pero me rehusaba a ser pobre de palabras”, comentó. Una universidad lo llevó a la otra pero siempre soñaba con llegar a Oxford. “No tenía ni el nivel económico ni académico”, precisó. Con esfuerzo, estudio y trabajo logró ingresar a la prestigiosa universidad donde no sólo se graduó sino que se convirtió en profesor.
Maradona en Oxford
“Soy un ejemplo de lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer”, le dijo Maradona a Esteban cuando se conocieron. El 10 siempre fue el ídolo de Hubner. En uno de sus trabajos, como maletero, lo veía concentrar con Boca Juniors y añoraba con ser “el Maradona de la educación”. Su sueño se cumplió y estudiando en Oxford formó parte del centro de estudiantes.
Allí debía buscar a expositores que brindaran una experiencia “enriquecedora para los alumnos”. Su ídolo de chico se le vino a la mente casi de manera inmediata. “Le escribí una carta formal y me la rechazó. Maradona fue el único en la historia que rechazó una invitación de Oxford”, rememoró. Pero no se rindió. De puño y letra, le escribió a Diego un segundo mensaje donde recordó sus encuentros cuando era maletero y Diego jugador de Boca.
“No me quedé con un ‘no’. Un día me llama y me dice: ‘Petiso, me acuerdo de vos. Vení a buscarme a Buenos Aires y voy’. Vine a buscarlo, pasé tres días con él y fuimos a Oxford. Fue la charla más importante que tuvo la universidad después de la visita de la Reina en 1968″, indicó. “Maradona es un ejemplo de que los sueños se pueden cumplir”, cerró emocionado
Para él, la salida de la pobreza solo se logra con educación. Cada vez que puede, vuelve a la Argentina y recorre escuelas. “Hay que votar. Esta es una de las últimas esperanzas de la Argentina para salir del pozo en el que se encuentra”, advirtió mientras aseguró que uno de los motivos de su visita actual es para sufragar en las elecciones. “No voy a votar por ningún partido que le de dádivas a los pobres, que no condene a los regímenes dictatoriales de Latinoamérica o que tenga candidatos que usen el lenguaje inclusivo”, le reveló a Feinmann.
LA NACION