El marcador central de la selección argentina habló con LN+ y contó cómo fueron los días posteriores a la gesta mundialista de Qatar
- 4 minutos de lectura'
Tras la consagración de la selección argentina en el Mundial de Qatar, los jugadores, con el tiempo, comenzaron a dar notas a los medios de comunicación y manifestaron sus sensaciones, anécdotas y muchos detalles más que contribuyeron a la gesta de la tercera estrella en la historia de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
Uno de los deportistas que dijo presente fue el defensor Cristian Romero, más conocido como el “Cuti”, quien, en Londres, Inglaterra, recibió al periodista Christian Martin de LN+ y tuvo una extensa charla donde rememoró cada momento vivido en el país de Medio Oriente y lo que significó para él la obtención de un título que se venía negando hace 36 años.
Con el foco puesto en Lionel Messi, el capitán y emblema del equipo, el “Cuti” destacó que la satisfacción se multiplicó al ver que el rosarino pudo cumplir su sueño: “La alegría fue doble para todo el grupo. Más allá de que nos tiramos de cabeza por nuestra camiseta y por lo que somos como argentinos, verlo a Leo, que fue muy criticado, y ahora cierra sus últimos años en el fútbol con este título, se lo merece. El fútbol se lo debía y por suerte pudo cumplirlo”.
Y agregó: “Lo que se logró fue impresionante. Cuando te ponés a ver los festejos es increíble, las cosas que vivimos en Qatar... nos quedan los mejores recuerdos para toda la vida. Es una locura y todavía no caigo, es lo máximo que podíamos conseguir como país y como grupo”.
A medida que Romero recapitulaba los momentos vividos, su semblante se modificaba y su mente se dirigía nuevamente al Estadio Lusail donde la Argentina pudo superar a Francia en los penales: “El penal de Gonzalo (Montiel) se vivió con mucho sufrimiento, hasta los 80 minutos dominamos de una manera increíble, pero sabemos que Francia es una gran selección, con jugadores de altísimo nivel y apareció Mbappé en un momento difícil para ellos y nos hizo dos goles, pero luego supimos cómo resolver”.
La cantidad de veces que vio la final y el apoyo a Lionel Scaloni
Cristian Romero asegura que no es de lágrima fácil. En un registro similar al que muestra en el campo de juego, con la rudeza y la prestancia como estandartes, el marcador central quebró en llanto al finalizar el partido contra Francia y se fundió en un abrazo con Messi, a quien le tiene una profunda admiración como colega.
“En ese momento recuerdo que lloré de la alegría. Ver a mi hijo tan chico, que me apoya siempre, y eso que no soy de llorar, pero hasta el día de hoy sigo viendo la final y se me caen las lágrimas”, deslizó y recibió la repregunta del periodista sobre cuántas veces vio el partido definitorio del certamen: “La habré visto como 40 veces la final. Cuando estoy en la concentración la veo en el iPad y es algo que me va a quedar de por vida”.
En retrospectiva, Romero se remontó a sus inicios de la carrera profesional y a las peripecias que debió afrontar hasta llegar a esta actualidad: “Uno a veces vuelve el tiempo atrás y hace cinco años estaba en Belgrano, no estaba del todo bien y después, cinco años más tarde, conseguir todo con la selección es lo máximo”.
Otro de los puntos importantes de la entrevista fue su opinión acerca de la continuidad de Lionel Scaloni, uno de los artífices fundamentales desde la planificación: “Quiero que siga, es el mejor DT que tuve hasta hoy en mi carrera. Tanto él, como su cuerpo técnico, están preparados, te dan tranquilidad y como fueron futbolistas entienden tu manera de pensar, de manejar el día a día, eso hace más fácil las cosas. En Qatar me sorprendí mucho cada video que mostraban, nos decían ‘vamos a jugar así porque ellos se van a plantar de esta manera’ y salía tal cual en los partidos”.
Su otro partido: aprender a ser padre
A sus 24 años, Romero disfruta su soñado presente en el Tottenham y la selección argentina. A la par de ello, la llegada de su hijo Valentino le cambió completamente la vida. Junto a su esposa Karen Cavaller, ambos se encuentran en el periodo de adaptación a la cultura inglesa y al hecho de conformar una familia.
“Desde que llegamos a Londres nos adaptamos a este ritmo de vida. Nos sentimos bien, tranquilos, estamos todo el día en casa con la llegada del bebe y aprendiendo a ser padres, es un lindo trabajo”, recalcó Romero, sentado en el living de su casa.
Por último, el Cuti mostró su lado más íntimo y confesó: “Es la experiencia más linda de mi vida ser padre. Lo disfruto a mi manera y estamos muy bien con mi familia”.
LA NACION