El neurólogo dio detalles sobre cómo puede manifestarse la lipotimia a raíz de diferentes factores; “le ocurre casi al 45% de las personas mayores”, aseguró
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El neurólogo Conrado Estol dio sus impresiones respecto al cuadro que sufrió el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y explicó a partir de qué edad se vuelve algo “bastante común”. Entrevistado por José Del Rio en Comunidad de Negocios (LN+), el médico postuló que la enfermedad que derivó en la internación del funcionario nacional pude surgir por diferentes motivos.
Francos fue internado de urgencia el sábado por la mañana por un “cuadro intestinal agudo” que le provocó una lipotimia, como se conoce a la pérdida momentánea del conocimiento debido a un dolor intenso. “Es muy común, le ocurre casi al 45% de las personas mayores de 65 años”, aseguró Estol y añadió: “La mayor parte de las veces no vas a encontrar qué pasó o puede ser algo trivial”.
En ese sentido, el neurólogo explicó que se trata de una pérdida momentánea del conocimiento y que puede tener diferentes causas. Entre ellas enumeró los vómitos, la deshidratación, sentir un dolor intenso, una descarga neurológica o incluso “la gente que va a sacarse sangre y se desmaya”.
“En Estados Unidos descubrimos algo especial: la lipotimia por gaseosa. Al tomar rápido un vaso de gaseosa, cerveza o té, eso dilata el esófago, y al dilatarlo, produce un reflejo que frena el corazón y te desmayás”, especificó Estol.
Pese a los inconvenientes biológicos que puede contraer perder el conocimiento por falta de oxígeno, el médico también advirtió por las caídas, dado que un mal golpe contra el suelo podría ser letal. Además, precisó que tras recuperar la conciencia, se debe medir enseguida el nivel de azúcar en sangre y chequear si fue por algo neurológico.
En esos casos, indicó: “Baja la presión, lo que impide que llegue suficiente oxígeno al cerebro, y en cuanto recibe un poco menos, pierde el conocimiento dado que a tener muy poco peso en comparación con el resto de órganos, consume el 20% del oxígeno”. En tanto que mencionó al estrés severo o secuelas del Covid-19 como otros causantes.
Imputabilidad de menores de 13 años
En otro momento de la entrevista, José Del Rio le consultó acerca del proyecto oficialista presentado por los Ministerios de Seguridad y Justicia sobre bajar la edad de imputabilidad a 13 años. Estol explicó por qué a esa edad un joven ya es capaz de discernir entre el bien y el mal y qué se debería hacer para cuidar las infancias.
“Un chico de 13 años es plenamente consciente del bien y del mal”, señaló, pero hizo una consideración acerca de dónde provienen las actitudes delictivas: “Los primeros años de vida son críticos. Vos no empezás a aprender el primer día de colegio, sino el primer día que nacés. En los primeros tres años se forma el 85% de tu cerebro, durante esos años se juntan un millón de conexiones por segundo y se alcanza el mayor grosor de la corteza cerebral, entonces cuando venís mal ahí y el ambiente es tóxico, en tus cuidados, en tus padres, en el ejemplo que tenés a seguir, eso te marca para toda la vida”.
Asimismo, Estol entró en detalles sobre qué genera ese accionar. “El lóbulo frontal define todo. Hay una zona muy desarrollada en la adolescencia que es pura dopamina, pura recompensa, premio, es estar todo el tiempo midiendo los riesgos, los actos y sus consecuencias. Sin embargo, no miden del todo bien. Ahora, hay otra zona en el lóbulo frontal que se llama la zona de control cognitivo y el problema es que la primera de la recompensa y la dopamina está activa desde muy chico y en cambio esta ultima va madurando y termina de madurar a los 25. Pero no significa que no la tenés a los 11, 13 y 15. Siempre esta moderando el área impulsiva”.
“Lo que hay que hacer en los casos de juveniles es prevención, rehabilitación. Tenés que cuidar la infancia y dar apoyo a las familias. Cuando están en un ambiente tóxico, lo más probable es que se van a inclinar a la criminalidad”, enfatizó.
LA NACION