En LN+, el periodista analizó los tironeos de poder de la vicepresidenta; “Está dispuesta a todo con tal de salvar su pellejo”, lanzó
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A esta altura, la desesperación de Cristina y su confusión, hace que dispare misiles para todos lados en un peligroso camino golpista. Está claro que Cristina está dispuesta a todo con tal de salvar su pellejo de una condena por la corrupción más grande de la historia democrática.
Su irresponsabilidad hace que mienta cada vez en forma más grosera y que sus ataques a la justicia sean cada vez más salvajes.
En su último video dice, a través de una militante, que “el partido judicial la quiere muerta o presa, pero no como víctima”.
Como si este delirio fuera poco, acusa al diputado Gerardo Milman y al macrismo en general, de ser poco menos que los autores intelectuales del intento de asesinato. Son tan falsos y frágiles los argumentos y es tan obtusa su actitud, que se parece a su idea de no acatar el fallo de la Corte Suprema que le devolvió a Luis Juez el lugar que le habían robado en el Consejo de la Magistratura. El senador cordobés prometió que si la vice presidenta cae en semejante bajeza, le va iniciar una querella por “incumplimiento de los deberes de funcionario público”. La va a demandar por desobedecer un fallo del máximo tribunal y por mal desempeño. Más que conflicto de poderes, estamos a las puertas de un choque de planetas institucional. Cristina no quiere que la condenen por ser la jefa de una asociación ilícita que saqueó al estado y es capaz de patear el tablero de la democracia.
Laura Alonso, la ex titular de la Oficina Anticorrupción, en un audio que viralizó dice que lo único que le falta a Cristina es acusar a los fondos buitres de financiar el atentado fallido contra su vida. Alonso integra el grupo de los halcones que no tienen pelos en la lengua. Dice que las mentiras de Cristina están vencidas, que todos los argentinos están cansados y con algún término escatológico descalifica al gobierno como una comparsa
Enojada, Laura Alonso sigue en esa línea y plantea que sus palabras son nubes de humo.
Y finalmente, remata asegurando que los ciudadanos están hartos de Cristina y de la mayoría de sus funcionarios porque destruyeron el país y lo único que sabe la vice a cargo de la presidencia es “mentir, robar y destruir”.
Ayer le dije que Cristina está atrapada y sin salida. No tiene los números para llevar a juicio a la Corte Suprema, y hasta ahora no pudo concretar ninguno de sus planes para colonizar la justicia y ponerla al servicio de su impunidad.
Hoy le digo que la jefa del chavismo santacruceño está parada sobre arenas movedizas. Por eso mientras más se mueve, más se entierra.
Gerardo Millman le contestó con firmeza: “lo que ella dice es una película de ciencia ficción, es una locura fascista la de perseguir opositores para encontrar algo que no hay”.
Patricia Bullrich recordó que la magnitud del invento le parecía similar al caso de Santiago Maldonado porque estuvieron mintiendo durante 78 días hasta que 55 peritos le pusieron la verdad en la cara.
Estamos en un momento de inquietud y turbulencia institucional. Muchos argentinos de a pie están sacados de bronca e indignación por la inflación que les come el sueldo y el hígado, por la inseguridad que los mata como moscas y por la corrupción que no para. Para decirlo en criollo: el horno no está para bollos.
Los funcionarios deberían ser cuidadosos y prudentes y evitar las provocaciones. Gabriela Cerruti le tiró la cola al león del horror de mucha gente que perdió a sus seres queridos en la pandemia, donde murieron más de 130 mil argentinos. En una recorrida por la Casa Rosada, le dijo a una ministra española que “la derecha había puesto las piedras de los muertos del covid”.
Esas mojadas de orejas son repugnantes y humillantes y hacen hervir la sangre. Lo cierto es que Cristina dispara misiles como siempre, pero llegan fuegos artificiales como nunca. Perdió potencia, perdió capacidad de daño. ¿Será su fin de ciclo? ¿Estaremos asistiendo al ocaso de su liderazgo corrupto, verticalista y autoritario? No hay dudas de que está pasando por el peor momento político de su vida. Fue partera y socia fundadora del kirchnerismo. ¿Será también su sepulturera? Eso no se puede asegurar hasta las próximas elecciones. Si es derrotada con contundencia en las urnas, tal vez esto se concrete. Por ahora ella sigue peleando y no se rinde. Es capaz de cualquier mentira y por eso cae en esos delirios golpistas.