El periodista de LN+ se refirió a los argentinos tomados en cautiverio por Hamas y dados por muertos
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Los criminales de guerra de Hamas informaron que Kfir, Ariel y su madre Shiri han muerto en cautiverio. Del padre, Yarden no dijeron una palabra. Toda la familia Bibas fue secuestrada el 7 de octubre.
Un comunicado sin ninguna prueba acusó del crimen a “un ataque aéreo sionista”. Las Fuerzas de Defensa de Israel todavía no confirmaron la veracidad del triple asesinato de los rehenes, cuya seguridad “es absoluta responsabilidad de los captores”.
El vocero del ejército aseguró que esto demuestra una vez más “lo cruel e inhumano de los comportamientos de los terroristas”. El estado de Israel comunicó que “no conoce el paradero de los miembros de la familia Bibas”.
Todavía no lo puedo creer. Es imposible contener las lágrimas y el desgarro que se siente en el alma. No lo puedo creer porque no se puede creer tanta barbarie y salvajismo.
Esa sonrisa tan luminosa, ese incipiente cabello rojizo y esa mirada tan pura nos sigue quebrando en llanto. Kfir llevaba 54 días secuestrado. Ese bebé que despierta tanta ternura y angustia cumplió 10 meses en cautiverio de los terroristas y estaba por cumplir 11 meses.
Pasó más del 10% de su vida en manos de sanguinarios que tienen secuestrados al resto de su familia y al rededor de 150 personas más. Los médicos que asisten y dan contención a quienes ya fueron liberados dieron cuatro informaciones atroces:
- Los chicos que lloran son apuntados con armas hasta que se callen.
- La mayoría tuvo casi como único alimento, pan, arroz y algo de agua.
- Para ir al baño solían esperar un promedio de una hora y media hasta que se dignaban a autorizarlos.
- Los chicos tienen la impresión de haber estado presos durante un año aproximadamente.
Es horroroso. Indigno de la condición humana y digno de bestias capaces de ser sanguinarios en todas sus actitudes.
De hecho, Kfir, su hermanito de 4 años, Ariel y sus padres, Shiri de 32 años y Yarden fueron arrancados de su casa en el kibutz el mismo día que sus abuelos, Jose Luis Silberman y Margit fueron asesinados por las llamas que prendieron los criminales de Hamas. Murieron por incineración. Sus cuerpos quedaron carbonizados.
Como si esta irracionalidad fuera insuficiente, la información disponible de las autoridades israelíes es que la familia de Kfir no estaba en manos de Hamas. Ellos los secuestraron y los llevaron a Gaza. Pero parece que canjearon a la familia con otro grupito terrorista más chico pero más extremista y más cruel.
Tal vez por eso Kfir y Ariel y su madre Shiri no fueron liberados hasta ahora. O peor aún, tal vez utilizan a este bebé que ha conmovido al mundo, como un instrumento para seguir torturando psicológicamente a todos los que combatimos a terrorismo de cualquier grupo y factor.
Hoy más que nunca hay que redoblar el grito, el alarido para que los asesinos seriales de Hamas liberen sano y salvo a Kfir y a todos los rehenes. O entreguen los cuerpos si de verdad dejaron de existir. Todos los demás niños fueron liberados. ¿Dónde están Kfir y Ariel? ¿El gobierno argentino no tiene nada para decir? ¿Es pasividad o complicidad su silencio?
La historia de Kfir y Ariel es estremecedora y nos provoca un agujero negro en el alma. Ambos son argentinos. Si se sacaran por un minuto la camiseta de Cristina, las Abuelas de Plaza de Mayo deberían decir: “con vida los llevaron, con vida los queremos”. O “que devuelvan a los nietos”.
Están desaparecidos desde aquel 7 de octubre que fue claramente un día de holocausto. Nunca habían matado a tantos judíos desde el régimen nazi de Adolf Hitler. Estamos hablando de miles de familias pulverizadas por el odio y la metralla.
Con solo mirar las caritas de Kfir y Ariel y el espanto en el rostro de Shiri, alcanza para comprender todo. Quien quiera oir, que oiga. Ahora resulta indispensable, aparición con vida y castigo a los culpables…