Alfredo Leuco: “Hecha la ley, la trampa es Cristina”
El periodista analizó, en LN+, la maniobra realizada por el kirchnerismo para quedarse con un lugar más en el Consejo de la Magistratura
Cristina sigue robando. Chocolate por la noticia. Eso no es una novedad. Afanar, para decirlo en criollo, es parte del ADN de la familia Kirchner. Por eso, ellos y el Cartel de los Pingüinos, son millonarios y casi nunca trabajaron en la actividad privada. Ella jamás fue una exitosa abogada. Nunca ganó un juicio, pero, al juicio, lo perdió varias veces. Por ejemplo ahora. La gran novedad no es el robo. Es lo que intenta robar. Porque esta vez no son dólares y euros sucios de la corrupción, las coimas y los sobre precios de la obra pública. Esta vez, Cristina superó todos los límites al intentar robarse una silla en el Consejo de la Magistratura. Su estrategia para el mal roza la perversión. Entre gallos y medianoche ordenó fracturar falsamente el bloque del oficialismo en el senado para reclamar el lugar de la segunda minoría entre los consejeros de la Magistratura. Fue tan clandestina, berreta y autoritaria la operación que los senadores se enteraron por los diarios que iban a estar en otro bloque. Y designó al senador camporista Martin Doñate que además se tuvo que cambiar de bloque a último momento. Un verdadero esperpento institucional.
Lo cierto es que esta estafa legislativa también va a fracasar. Porque el plazo legal para cubrir esas vacante ya venció el viernes pasado. Y porque la oposición le va a hacer una denuncia penal a Cristina por incumplimiento de los deberes de funcionaria pública. Luis Juez, quien será la principal víctima si este hurto se concreta, dijo que los delincuentes son aliados de la nocturnidad y por eso Cristina avanzó a esa hora con este delirio. Pero aclaró que también es una demostración de su debilidad política y “del pánico que siente ante la inminencia de tener que sentarse en el banquillo de los acusados de mega corrupción de estado en dos causas donde hay pruebas como para hacer dulce. Hasta el habitualmente moderado, Horacio Rodríguez Larreta dijo que “quieren quebrar el estado de derecho y la división de poderes”. En eso también tienen experiencia desde Santa Cruz.
La reina está desnuda. Cristina es una fiera acorralada. Siente que se hunde y por eso, en la desesperación, clava sus garras a medio mundo.
Esta artimaña de fingir que se partió el bloque, además de ser una nueva mentira, es la consagración del sueño totalitario que es una pesadilla para los argentinos. Ser oficialismo y oposición al mismo tiempo. Ser la patria y el pueblo. Ser todo. Vamos por todo. Totalitarismo chavista que mete a los ciudadanos en una pelea que no les pertenece. Desde el principio, Cristina solo busca impunidad y venganza. Pero la inmensa mayoría de la sociedad tiene llagas en la piel producto de la inflación, la inseguridad, la falta de trabajo, de progreso y de futuro.
La Corte Suprema hizo la ley y Cristina la trampa. Esta parada sobre arenas movedizas. Mientras más se mueve, más se entierra. En cuesta abajo en su rodada, por ahora se está llevando puesto al Partido Justicialista al que tiene secuestrado. Hay gobernadores e intendentes que ya están intentando, tibiamente, despegarse de las últimas imágenes del naufragio. El peronismo tiene una suerte de verdad número 21: Soy leal y te acompaño hasta la puerta del cementerio. Pero no me entierro políticamente con vos. Veremos si esa alarma funciona o si Cristina, con su sicopatía, los lleva al suicidio colectivo.
Hoy Alberto Fernández a través de su jefe de gabinete, Juan Manzur apoyó el mamarracho de Cristina. Dijo que era una medida que “está dentro de los parámetros legales permitidos”. No tienen estómago. Tragan toneladas de sapos y encima dicen que estaban muy ricos.
Sergio Massa no se atrevió a tanto y designó a quien corresponde: Roxana Reyes. Pero parece ir de la mano con Cristina hacia el precipicio institucional. Ya se olvidó cuando decía que iba a barrer con todos los ñoquis de La Cámpora. Ahora se puso una fábrica de pastas con Máximo Kirchner. Tal vez no le guste recordar cuando dijo que tuvo el valor de frenar a Cristina eterna.
Me permito utilizar el irrespetuoso concepto de sicopatía porque fue el actual presidente Alberto Fernández el que primero que se lo aplicó a su jefa.
Incluso Alberto, cuando estaba en el llano y era opositor a Cristina, fue el que reclamó averiguar quién la había aprobado en Derecho Constitucional porque no comprendía que la Corte Suprema es un contrapoder.
La sociedad civil va a jugar un papel. Está en ciernes una resistencia ciudadana y republicana con una marcha para el sábado que coincidirá con el tractorazo del mundo productivo agropecuario. Veremos qué capacidad de convocatoria tiene. La consigna es amplia y contundente: “Argentina dice basta”.
Es hora de hablar con toda crudeza. El país está en manos de un inútil y cobarde, sometido por una vice siniestra.
Ya no estamos ante un conflicto de poderes. Es mucho más grave. Se trata de un choque de planetas. De una sedición y un alzamiento contra la Constitución. Esperemos que no entren en la fase final que es la utilización de la violencia y la acción directa como ocurrió a lo largo de toda la historia del peronismo.
Esperemos que Dios y la patria se lo demanden. Que Dios nos libre y guarde. Y que el pueblo sepa votar.