En LN+, el periodista analizó la situación en Jujuy y la respuesta por parte de Cristina Kirchner y del oficialismo ante los incidentes
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Cristina y su banda de talibanes están desesperados por derrocar al gobernador Gerardo Morales. Se sienten impunes y por eso, ni siquiera lo disimulan. Lo dicen a viva voz. Son golpistas de alma. Con premeditación y alevosía armaron y financiaron una intifada que instaló el caos y el pánico en Jujuy. Sienten que si logran voltear a Morales, matan varios pájaros de un tiro. Liberan de prepo a Milagro Sala, marcan el camino para ocultar el fracaso electoral que se les viene e intimidan a todos los jueces y fiscales para que empiecen a darle la impunidad que Cristina exige con urgencia.
Lo anticipó Oscar Parrilitudo cuando dijo que antes de la presentación de listas, Cristina tiene que ser absuelta. La amenaza fue a mediados de marzo y agregó: “Así la Argentina no es viable, nadie va a poder gobernar con una proscripción”. El sincericidio del mayordomo político de Cristina explica mucho de lo que está pasando y de lo que va a pasar.
No van a parar con su violencia hasta que se manden al olvido todas las causas por el robo del siglo que Cristina lideró y que se anule la condena a 6 años de cárcel en la causa Vialidad. Subrayo lo que dijo Parrilli: “Nadie va a poder gobernar”. Y en eso están empeñados y cometen el gravísimo delito de sedición. Por eso dinamitan la democracia y la república.
No quieren que Gerardo Morales gobierne pese a que su gestión fue ratificada con amplitud por el voto popular. No quieren que gobierne Morales ni nadie que no sea fanáticamente kirchnerista como Gildo, Insfrán o Jorge Capitanich. Y si no pueden patear el tablero de las instituciones y son derrotados en las elecciones, aplicarán la doctrina Parrilli: “Nadie va a poder gobernar”.
Lo ratificó un diputado mediocre pero que es el punto de encuentro entre Cristina, Alberto y el Papa Francisco. Eduardo Valdés no anduvo con eufemismos. Fue a los bifes y dijo: “Si la oposición toma el gobierno, habrá convulsión social como hoy existe en Jujuy”.
No se conforman con haber hecho pedazos a la Argentina. También amenazan el futuro. Le salieron al cruce un peronista que hasta supo militar junto a él en el distrito Capital, Miguel Ángel Toma. Fue escueto y al hueso: “Recurrencia al miedo. Terrorismo verbal”.
Toma, experto en seguridad ya había anticipado que del intento golpista de ayer también habían participado militantes del Mas boliviano de Evo Morales financiado por narcos. Patricia Bullrich fue más explícita con Valdés porque dijo que en un posible gobierno de ella, “los que hacen estas amenazas terminan en cana”. Y agregó que “amenazan como mafiosos” porque saben que van a perder las elecciones.
Está claro que Parrilli y Valdés van en línea con Daniel Catalano, el chavista sindicalista de ATE que prometió 28 toneladas de piedra, o el extremista bergogliano de Juan Grabois que una vez más habló de la sangre. Daniel Menéndez piquetero y funcionario, auguró que un gobierno de Juntos por el Cambio no dura una semana y el patotero intendente de Ensenada, Mario Secco aseguró que ese posible gobierno que viene “va a volar en pedacitos”. Muy democráticos estos muchachos que adoran dictadores como los que gobiernan Cuba y Venezuela. Tal vez ese modelo de presos, torturados, miseria para el pueblo, censura y absoluta falta de libertad es lo que quieren instalar en la Argentina.
Esta mañana el violento mafioso del camionero Pablo Moyano trató de demente al gobernador de Jujuy y de pandilla del PJ a los que votaron la reforma de la constitución.
Mempo Giardinelli, es un escritor en retiro efectivo que recibe efectivo de Capitanich para su fundación y se preguntó: “¿Qué espera Alberto Fernández para ordenar la intervención federal de Jujuy”. Y agregó que si el presidente está “sobrepasado, que renuncie y asuma la vice”. Más golpista no se consigue. Subsidiado por el Coqui socio de la familia Sena, hasta ahora Giardinelli no dijo una palabra del femicidio de Cecilia.
Si alguien tiene alguna duda sobre los objetivos antidemocráticos de los que intentaron incendiar la legislatura, Alejandro Garfagnini, lugarteniente de Milagro Sala en la Tupac lo dijo con todas las letras: “se pudrió en Jujuy. Es una gran y buena noticia. Tenemos que lograr la intervención de la provincia de Jujuy. Tenemos que mover hasta lo último que tengamos”.
Y movieron todo. A delirantes de La Cámpora, a brigadistas castristas y castrenses tupaqueros y dirigentes del trotskismo que casi no tiene votos. No faltaron salvajes de otras provincias con mucho dinero en el bolsillo para convencer a los más prudentes ni delincuentes de delitos comunes que tienen prontuarios muy voluminosos. Entre los detenidos aparecieron muchos con antecedentes penales por portación de armas, robos calificados, hurtos en banda, ley de estupefacientes y violencia de género y hasta un violador.
En el colmo de la doble vara y de la triple moral o de la inmoralidad de Cristina aparecieron archivos donde ella define con claridad que es lo que está pasando. Uno fue posteado por el diputado Mario Negri, titulado “Cristina y el golpismo del PJ”. El video cuenta que sectores del Pejota provocaron los saqueos que terminaron con la salida anticipada de Alfonsín. Asegura que no fueron espontáneos y confirma el mismo mecanismo desestabilizador que se aplicó contra Fernando de la Rúa: “Todo empezó en la provincia de Buenos Aires y se intentó hacer lo mismo”. Negri acotó lo siguiente: Esto mismo pasa hoy en Jujuy, señora vice presidenta”.
No es el primer sincericidio que se le descubre a Cristina. En la Asamblea Legislativa del 2014 ella se quejó de los cortes: “no puede ser que 10 personas te corten una calle, por más razones atendibles que tengan, y no pase nada”. Y de inmediato propuso una legislación de convivencia urbana para evitar eso.
Sorpresas te da la vida. En ese momento, como senador, Gerardo Morales estaba en el recinto escuchando y en la constitución reformada de Jujuy se legisló precisamente eso: se puede protestar pero sin cortar calles ni rutas.
Si yo lo hago está bien. Si lo hacen mis adversarios políticos está mal. A los amigos, todo y a los enemigos, ni justicia. Los que hoy intentan voltear a Gerardo Morales y al gobierno nacional que jure el 10 de diciembre, utilizan las mismas excusas, metodologías y delitos que los que derrocaron a Alfonsín y a De la Rúa, según Cristina. ¿Hasta cuándo van a seguir destruyendo este país y su futuro?