En LN+, el periodista analizó los vaivenes de la campaña y la presencia del candidato del oficialismo en un acto con el Chiqui Tapia
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Hay un poema combativo de Mario Benedetti titulado: “Seré curioso”. Se inspiró en una foto del diario de quien llamó “señor ministro del imposible”. Benedetti le enrostra su euforia y su risa frente a las inequidades brutales de la realidad social.
Al final, el escritor uruguayo le dice al ministro que yo asimilo con Sergio Massa: “Después de todo/ usted es el palo mayor de un barco que se va a pique/ Seré curioso, señor ministro, de que se ríe.”
Es la pregunta pertinente porque mientras la mayoría de los argentinos nos vamos a pique, el máximo responsable de esta catástrofe económica, se saca una foto sonriente con el Chiqui Tapia, otro oportunista que bien baila.
Frente al tsunami de pésimas noticias el ministro de la risa canchera quiere anunciar algo positivo y como buen chanta y ventajita que es, se cuelga del fútbol para decir que por el trabajo en equipo de este gobierno se consiguió que dentro de 7 años, un partido inaugural del mundial de fútbol se juegue en la Argentina. ¿Hasta dónde puede llegar la falta de escrúpulos y estómago? La cara de acero inoxidable de Massa resiste todo. ¿Nada le erosiona su intención de votos como candidato a presidente? Parece que ahora estos tiros en los pies están agujereando sus posibilidades electorales. La consultora CB aportó dos datos que metieron pánico en las filas de este cuarto gobierno kirchnerista. Después del escándalo pornográfico del bandido de Insaurralde dilapidando nuestro dinero en el yate Bandido, casi 4% de los consultados que iban a votar a Massa dicen que ahora no lo van a hacer. Son los arrepentidos. Pero eso no es todo. Hay más malas informaciones para este boletín. Casi el 9% de los indecisos, aseguran que se decidieron a no votar a Sergio Massa.
Obviamente que también pesa en estos resultados, el impacto que causó el robo para la corona de Axel Kicillof, Cristina y Massa que hizo Chocolate por años en los cajeros automáticos.
Y el otro elemento es la hecatombe económica producida por el peor ministro del peor gobierno pero que promete ser el mejor presidente.
A Massa solo le faltó ponerse la camiseta de la selección argentina, hacer jueguito con la pelota y cantar: “Muchachos, nos volvimos a ilusionar”. Menos mal que no agregó ese papelón. Es capaz de hacer cualquier cosa por un voto, pero tampoco come vidrio.
De todos modos su desfachatez para la mentira le alcanzó para decir que lo de Insaurralde había sido un “serio error y que ya había pagado con su doble renuncia”.
Quiere ser presidente y oculta la corrupción de su amigo Martín. No fue un error. Es la confirmación de un delito. Y todavía no pagó nada. Va a pagar cuando la justicia lo condene por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero.
¿Se acordará Massa cuando dijo que el pueblo de Lomas de Zamora no lo iba a olvidar nunca a Martin Insaurralde?
Esta vez Massarasa acertó. Los vecinos de Lomas van a recordar siempre los cachetazos de inmoralidad que recibieron cuando lo vieron en el yate en Marbella, viviendo la vida loca en un jefe narco o de un capataz del juego clandestino o directamente de un ladrón de alta gama y de baja estofa.
Pero que la cleptocracia del cristinismo no nos tape el bosque de la pésima
gestión que Massa está liderando. Hace 14 meses que asumió y agarró la papa y el hierro caliente. ¿Qué hizo? Multiplicó todos los problemas y no solucionó ninguno. Escuche las cifras del horror.
El dólar blue estaba a 298 pesos y hoy está a 843. Creció un 184%. El Contado con Liqui estaba en 281 pesos y hoy, está a 902. Aumentó un 213%. Una locura. El Banco Central tiene más de 10 mil millones de dólares de reservas negativas. Massa llenó de arbitrariedades y tipos de dóla el mercado: el dólar soja, minería, vaca muerta, Qatar y ahora el dólar pyme y lechería. Todo está atado con alambres.
Para setiembre se espera una inflación superior al 11% y ya padecemos el 124 % anual. Un descontrol absoluto. La pobreza superó el 40% y hay más de 18 millones 600 mil compatriotas que están debajo de esa línea.
Lo único que se le ocurre al ministro campeón del mundo de las mentiras es seguir dándole a la maquinita. Su último plan platota volcará al mercado 2, 2 billones de pesos (Si con “b”, billones) es el 1,3% del Producto Bruto. Una verdadera salvajada irresponsable.
Han comprado 2 mil millones en billetes de 2 mil pesos a una imprenta de China. Es un salto al vacío de gravedad institucional. La cantidad de billetes que compraron es igual al triple de la capacidad anual de producción de nuestra Casa de la Moneda. Vienen en un avión repleto. Es para el record Guinness de la inmoralidad.
Cada vez más billetes que valen cada vez menos y circulan cada vez más rápido. Ya hay comentarios tragicómicos que dicen: “Volvé, Martín Guzmán”.
Pero hay muchos más desastres massistas kirchneristas, es decir masoquistas.
Este candidato que dice que este no es su gobierno y al que apoyan los jerarcas millonarios de la CGT logró que en Agosto los salarios de los trabajadores registrados perdieran el 6,5% de su capacidad adquisitiva. En un mes. Viva Perón. Viva Moyano. Viva el movimiento obrero organizado.
El kirchnerismo rompió todo. La economía, la república y la división de poderes, la honestidad, la justicia y está a punto de romper al peronismo y la CGT quienes se sumaron alegremente a la festichola de Sergio Massa. El candidato, que no tenía porque agarrar, ahora no sabe de qué agarrarse.
Tal vez el ministro, rodeado de obsecuentes no escuche que están sonando todas las alarmas institucionales. Tal vez sea tan perverso que se ríe de nosotros y nuestros dramas.
Por eso parafraseo a Mario Benedetti, le pregunto, señor ministro, seré curioso, ¿de qué se ríe?