Además, advirtió que es “incomprensible” que “el poderoso justicialismo bonaerense se deje atropellar y se arrodile ante Máximo”
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Alfredo Leuco comenzó una nueva edición de su programa en LN+ apuntando contra Máximo Kirchner y repasando sus declaraciones contra el FMI, el acuerdo aprobado por Juntos por el Cambio durante el gobierno de Mauricio Macri y contra la Ciudad de Buenos Aires que el diputado tuvo en las últimas horas. Recordadas las palabras del funcionario, apuntó: “Que el poderoso justicialismo bonaerense se deje atropellar y se arrodille ante Máximo es incomprensible. El único ‘mérito’ que tiene Máximo es su apellido”.
“Es un muchachote que ni siquiera merodeó la universidad y que jamás trabajó en la actividad privada salvo en las empresas truchas familiares para encubrir, con la firma de los balances, las estafas colosales que protagonizaron Néstor y Cristina”, continuó.
Entre tanto, lo catalogó como “el mariscal de varias derrotas” y recalcó que “asumirá como presidente del Partido Justicialista de Buenos Aires” elegido “entre cuatro paredes por el dedo de Cristina y por matufias y transfugueadas con los delegados y violando varias normas”. “Es un grandulón que juega con un juguete llamado peronismo que su madre le dio para que se entretenga”, arremetió.
“Máximo es un nene de mamá. Factura poder detrás de las polleras de su madre. No es un gran orador ni un gran estratega, tiene un altísimo nivel de imagen negativa y nunca ganó una elección encabezando una boleta. Ni siquiera se atrevió a competir en las elecciones internas para autoridades partidarias”, recalcó en relación a su designación al frente del PJ bonaerense. “Es insólito lo de Máximo; más pierde, y más poder le dan. Todo lo hace en silencio, es todo transa en el nombre de su madre”, continuó el periodista.
Tras recordar a Néstor Kirchner y su actitud ante la derrota contra Francisco De Narváez, recapituló: “Néstor renunció a su cargo partidario, como una forma de hacerse responsable y asumir las culpas. Máximo no. Es el mariscal de la derrota y en lugar de dar un paso al costado, se hace designar presidente del partido y llena el gabinete con su gente”.
Promediando el cierre de su exposición arremetió con mucha dureza: “Máximo ya tiene 44 años, no es un pibe. Es un magnate que sigue utilizando ese look setentista de pelo largo, barba desprolija y campera. Cristina apuesta a él para garantizar la continuidad del nacional populismo chavista y asegurar su impunidad tan deseada. No tiene problemas digestivos para elogiar a Chávez o Fidel Castro, ningunear a José Ignacio Rucci y simultáneamente abrazarse a derechosos mafiosos como los Moyano. En eso es igual a sus padres, es un millonario que dice combatir a los millonarios”.
LA NACION