En LN+, el periodista analizó la última aparición pública de Cristina Kirchner; “Hicieron un desastre social que todavía no terminó”, sostuvo
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Cristina y Máximo le soltaron la mano a Alberto. En estos últimos días le dijeron de todo, lo castigaron con una dureza tremenda como si fuera el responsable de todos los males y los Kirchner no tuvieran nada que ver. Cristina y Máximo parecían opositores implacables. Se lavaron las manos más que Poncio Pilatos. Nos tratan de tontos. Se creen que la gente no se da cuenta que el fracaso estrepitoso del gobierno es culpa de Alberto, Cristina, Massa y Máximo. Ese es el Frente de Todos los culpables. Hicieron un desastre social y produjeron una hecatombe económica que todavía no terminó. No solucionaron ni uno solo de los problemas que heredaron y multiplicaron hasta el infinito los dramas de la pobreza y la inseguridad.
Cristina, en el acto de la UOM responsabilizó a Alberto de la tristeza de la sociedad. Dijo claramente que ella iba a hacer todo lo que hiciera falta para que volviera la alegría a la Argentina.
¿Perdón? ¿Quién instaló esa desilusión? Alberto, dicen los K. Todos los desastres, los produjo Alberto. Es increíble. Una estrategia suicida de Cristina. Nadie ignora que ella es la vice presidenta de este gobierno y que fue la que bendijo a Alberto como candidato a presidente mediante un tuit. Cristina es la madre de este desgobierno. El fuego amigo con el que erosionaron a Alberto fue como hacerle agujeros al barco del oficialismo en el que estaban todos. Pero ahora, Cristina y Máximo quieren que Alberto pague los costos y se ahogue el solo. Ellos buscan un salvavidas insólito y se pintan la cara de opositores. “Vamos a volver, vamos a volver”, cantan como un mantra sus fanáticos. ¿A dónde van a volver? Al llano van a volver si pierden las elecciones del año que viene. Porque en el poder están ahora. Metieron miles y miles de militantes en el estado, manejan las cajas millonarias y nos quieren hacer creer que no están.
El príncipe Máximo castigó a Alberto al calificarlo de aventurero individualista y lo mandó a hacer turismo. Este muchacho millonario que nunca ganó una elección y que nunca trabajó en la actividad privada, nos quiere hacer creer que está gobernando la derecha albertista y que los verdaderos revolucionarios son ellos. Que vayan a otro con ese cuento. No se lo cree nadie.
Alberto, el peor presidente del peor gobierno de la historia democrática, le contestó que no va a haber suma fija, que no va a voltear las elecciones primarias y citando a Perón, que el compañero que critica a otro compañero, deja de ser peronista.
En su momento, Fernanda Vallejos se había anticipado a estas críticas. ¿Se acuerda cuando le dijo al Presidente mequetrefe, ocupa y enfermo? Nadie insultó tanto al presidente como sus propios compañeros de ruta. Es una suerte de venganza porque nadie había insultado tanto a Cristina como Alberto cuando ambos estaban en el llano?
¿Se acuerda cuando le dijo que su gobierno era deplorable y que ella era cínicamente delirante?
Pero por tuit ya había traspasado la línea del buen gusto, cuando escribió que su gobierno era psicótico y ella también actúa como una psicópata.
¿Fuerte no? Agresiones de alto calibre.
Otro tuit decía: “No estoy a la altura de Cristina. No suelo vivir en la fantasía de los soberbios. Es penoso como ella somete a las instituciones. A Néstor lo acompañé pero con Cristina es imposible”.
La principal mariscal de la derrota de la gestión de este gobierno, sin dudas, es Cristina. Ella fue la que tomó las decisiones más nefastas y contraproducentes. Pero el rosario de fracasos hizo que intentara diferenciarse de Alberto. En el acto de Pilar ordenó que sacaran del palco vip a Amado Boudou, delincuente con condena firme de la Corte Suprema.
Fue tan evidente que Luis D’Elía en las redes salió a defender al ex vicepresidente de Cristina: “Toda mi solidaridad con Boudou a quien hoy le pidieron que se retire del palco Vip en un escenario plagado de gente sin ninguna historia”.
En su modesto acto, Máximo dijo una verdad y también metió la pata. Primero un mensaje a Alberto: que deje de jugar a los tristes y ofendidos. Así están los argentinos que no llegan a fin de mes”.
Tiene razón. Tristes y ofendidos están los millones de argentinos que no llegan a fin de mes por culpa del zafarrancho económico que hizo tu gobierno Máximo.
Después, le dio pasto a las fieras de las redes al utilizar la palabra polenta en su discurso. Se burlaron con una ferocidad increíble. Del asado prometido a la polenta recibida.
ristina no puede soportar que el despreciable intento de asesinato haya sido perpetrado por una banda de marginales impresentables que pusieron en riesgo la paz social y estuvieron a punto de producir un terremoto institucional. Todo el peso de la ley debe caer sobre esos criminales. Pero a Cristina no solamente la impacto saber que tuvo una pistola a centímetros de su cabeza. Ella quiere instalar que fue Mauricio Macri el que la mandó a matar. Y si puede, tratará de enganchar también a la CIA y al imperialismo yanky.
Delirios alimentados por la militancia que la empuja a que vuelva a ser candidata a presidenta. ¿Se animará? Es un tema complejo. En el peronismo no hay otra persona que tenga más apoyo electoral. Pero si pierde, cosa bastante probable, se quedará sin fueros y las posibilidades de que la justicia avance y sea condenada a prisión, se multiplican. En ese dilema está. En ese proyecto aventurero e individualista de salvar su pellejo de una sentencia por mega corrupción. En su desesperación intenta una táctica condenada al fracaso. No puede convencer a nadie que Alberto es el único culpable del peor gobierno de la historia. Este es el cuarto gobierno kirchnerista. Todos sabemos que este es Tugo, es tu gobierno, Cristina.