En LN+, el periodista analizó las últimas noticias judiciales que resultaron reveses para la vicepresidenta
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La red que tejió Cristina con sus mentiras seriales la tiene atrapada y sin salida. No puede avanzar en ningún plano. No pudo instalar que no puede ser candidata porque está proscripta. La mentira tiene patas muy cortas. Tan es así que otro condenado, también por corrupción de estado como Sergio Uribarri, va a ser candidato a gobernador por Entre Ríos. ¿Cómo es que Cristina no se puede presentar y Uribarri si? El mismísimo miembro de la Corte Suprema, el doctor Ricardo Lorenzetti tuvo que decir con toda contundencia que Cristina no está proscripta.
Es una falsedad tan obvia que sus propios fanáticos la ignoran y le piden que sea candidata. Ella ya dijo que no se hagan los rulos y que ya lo dio todo. Pero como le dije ayer, más que dar todo, Cristina se llevó todo. Edificó una familia mega millonaria y eso que ella solamente trabajó como funcionaria del estado, igual que su marido. La verdad es que Cristina no quiere ser candidata. No se atreve. El miedo no es zonzo. Ella sabe que se viene una colosal paliza electoral y no quiere poner la cara y convertirse en la mariscal de la derrota.
Otra falacia que no tiene ni pies ni cabezas es el invento de que es perseguida judicialmente por el poder económico concentrado, los tribunales y los medios. A ella la persiguen las leyes que castigan a los que cometen delitos. Y nadie cometió tantos delitos como ella y Néstor. Nadie robó tanto durante tanto tiempo. El plan sistemático de enriquecimiento ilícito y coimas duró más de una década y alcanzó para convertir en potentados a su familia, a gran parte de su gabinete y hasta a sus dos secretarios personales como Daniel Muñoz y Fabián Gutiérrez. Yo los llamo el “Cartel de los Pingüinos Millonarios”. El fiscal Diego Luciani, con toneladas de pruebas y todas las garantías constitucionales insiste en acusarla de asociación ilícita y por eso apeló a la condena de 6 años de cárcel.
Hay una voracidad por el poder y por el dinero primero de Néstor y después de Cristina que los llevó a sentirse impunes y dejar los dedos pegados por todos lados. En la causa de los cuadernos de las coimas K llegará una nueva condena y cuando quede firme, podremos ver a la primera mujer dos veces presidente de la Nación con una tobillera electrónica en alguna de sus mansiones. Por la edad, va a zafar del calabozo, lugar que es el que le corresponde por haber robado fortunas al pueblo pobre de la Nación.
Otra patraña surgida de la mente afiebrada y conspirativa de Cristina es sobre los culpables del repudiable intento de asesinato que sufrió. Se niega a aceptar la realidad de la rigurosa investigación que hizo el fiscal Carlos Rívolo. En ese informe queda claro que no hay un solo indicio, ni una sola sospecha seria de algún tipo de financiamiento político o conexión con la oposición. Todo indica que los autores materiales e intelectuales son los mismos tres marginales, desquiciados, lúmpenes que están presos como corresponde. No hay nada más que eso.
El gran problema es la soberbia y la altanería de Cristina. Ella se auto percibe como una estadista descomunal. Su expresión de deseo no la blanquea del todo. Pero seguramente imagina que el intento criminal fue ideado por la CIA, o por gente ligada al macrismo. Solo aporta vaguedades que tienen cero credibilidad y se encapricha reclamando que no haya juicio oral.
Ya llevamos tres mentiras que articulan el relato falaz de la vice presidenta: proscripción, Lawfare y la existencia de una conspiración intergaláctica, imperialista y oligárquica para asesinarla.
Pero hay otro embuste que no resiste el menor análisis. Nos quiere hacer creer que ella no tiene nada que ver con el fracaso absoluto de este, el peor gobierno de la historia democrática. Se quiere lavar las manos. Manda a muchos de sus esbirros a decir que este no es el gobierno de Cristina. Insólito. Otra vez nos mienten en la cara y nos tratan de tontos. Cristina es la principal responsable de esta catástrofe del Frente de Todos contra todos. Ella solita con su dedo mágico bendijo como presidente a Alberto.
Ella le hizo la vida imposible, le picó el cerebro y lo convirtió en un espantapájaros carente incluso de auto estima. Ella se apropió del 50% de las cajas millonarias para el manejo de La Cámpora y es ella la que tiene paralizado a todo el peronismo que espera y desespera que, otra vez, señale con el dedo al próximo candidato. Arrastrados y chupamedias, los muchachos.
Siempre digo que Cristina es la persona que más daño le hizo a la democracia argentina y la que más daño puede volver a hacerle. Es la que instaló el odio entre hermanos, la grieta nefasta que produjo una fractura expuesta en la sociedad y la que apeló al autoritarismo, al ataque a la división de poderes y la que marcó el camino hacia el chavismo y la convivencia con los países gobernados por dictaduras jurásicas como Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Cristina no es inocente ni decente. Fue la jefa de la asociación ilícita que saqueó al estado y es la que trajo al borracho, como dijo Sergio Berni, otro de los soldados de Cristina.
Ahora está decidida a vendernos otro buzón. A un Wado de Pedro razonable, moderado, prudente, estadista, y Wado no es nada de eso. Cristina repite el truco. Apela a la mismas mentiras que apeló para disfrazar a Alberto.
Wado es mucho menos de los mismo. Tiene la máxima genuflexión a Cristina, carece de ideas propia, no demostró nada bueno en su gestión, fue operador en la justicia para buscar la impunidad de su jefa y como si todo esto fuera poco, hay que decir que como ministro es el encargado de organizar las elecciones. ¿No debería renunciar ya mismo para evitar todo tipo de suspicacias? Ayer le dije y hoy lo repito, la candidatura a presidente de Wado de Pedro es el tamaño del fracaso de Cristina. Es la medida del ocaso del kirchnerismo. Ella todavía no lo registra. Pero está condenada, atrapada y sin salida. De nada vale que corra, el incendio va con ella