En su columna de LN+, el periodista cuestionó la agenda del Presidente, los dardos de la vice y la situación económica del país
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El país está en llamas. Cristina y Alberto han destrozado todo y por eso la gran mayoría de los argentinos, definen a este gobierno como el peor de la historia democrática. Están en caída libre y con una irresponsabilidad tremenda que puede terminar en un abismo institucional. Han logrado convertir a nuestro sufrido país en tierra arrasada.
Sin embargo, el presidente que no preside, es capaz de escupir la inteligencia de los argentinos y decir que el problema del gasoil es porque “la economía no para de crecer, la economía crece mucho”.
¿Hasta cuándo se van a burlar de nosotros? No jueguen con fuego que el horno no está para bollos. Lo que crece mucho en Argentina es la pobreza, la inflación, la inseguridad, el riesgo país, la corrupción, la humillación de Cristina hacia Alberto y la imagen negativa de ambos. Eso es lo que crece mucho. De títere, Alberto pasó a espantapájaros y ahora, directamente está dibujado. Es un dibujo de Nik.
Gaturro está lleno de remiendos y asombrado al escuchar al presidente que dice: “El mercado me quiere voltear, me arman operaciones, pero la Argentina está cada vez mejor, la economía no para de crecer… y a cada lugar donde voy, la gente me aplaude”. Su interlocutor le contesta: “La gente te aplaude como el que está perdido en la playa, Alberto”. Es una radiografía irónica de lo que pasa. Una editorial contundente y sin vueltas. El hit de Alberto es su poesía minimalista: “Si me pierdo, yo me encuentro, si me caigo, me levanto”.
No estaría ocurriendo. Se pierde y no se encuentra. Se cae y no se levanta. Salvo para la cara de piedra de Santiago Cafiero que fue capaz de decir que Alberto “paró en seco” a Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido. Si hay algo en común: ambos hicieron festicholas que ellos mismos habían prohibido en plena pandemia.
La sagacidad y el sentido común de Nik se puede apreciar también en su tuits más descarnados. A las pruebas me remito:
“Ojeroso, cansado, confundido, no le salen las palabras, vacilante, balbucea incoherencias, se olvida los nombres, no llega a ningún lado… Es lo peor que vi en mi vida. De la Rúa era Churchill, De Gaulle y Adenauer al lado de este muchacho”.
Muy suelto de cuerpo, el Presidente imagina y dice que frenó tres corridas o golpes de mercado. No se atreve a mirar la realidad que dice que nadie en su vida le hizo tanto daño político como Cristina. Es la que le sacó ministros amigos de un plumazo, la que le respira la nuca como un stopper, la que lo reta en público, la que manda a su tropa a darle para que tenga.
Hoy mismo, El Cuervo Larroque, lugarteniente de la guardia de hierro de Cristina, La Cámpora decretó que “La fase moderada se agotó, no funcionó” y que Cristina es “la única que puede recuperar la esperanza”. Más golpismo imposible. Le falta el casco y las botas.
- ¿Quién es el autoritario que propone intervenir la justicia jujeña? ¿El mercado o el mayordomo Parrilli?
- ¿Quién le dijo mequetrefe y okupa? ¿el mercado o Fernanda Vallejos?
- ¿Quién le dijo borracho al que Cristina se tiene que llevar porque ella lo trajo? ¿El mercado o Sergio Berni?
- ¿Quién le dijo que se juegue alguna vez por algo y ponga las pelotas sobre la mesa? ¿El mercado o Juan Grabois?
- ¿Quién le dijo que va a un velorio y quiere ser el muerto? ¿El mercado o Hebe de Bonafini?
Hablando de muerto, hoy Carlos Pagni cita un tuit de Malcom Gómez que va por el mismo camino: “Gran gesto de Milagro, en su estado, de ir a saludar a este muerto”. Durísimo para definir que está herido de muerte política. Alberto es menos de lo mismo que Cristina. Una fotocopia sobre papel mojado. La creatividad sin filtro de las redes lo han rebautizado: “Alverso”.
Todos los cristinistas ven a una delincuente todo terreno como Milagro Sala presa y tiemblan proyectando a Cristina en el mismo lugar. Por eso quieren atropellar la Corte, colonizar la justicia y lograr la impunidad que la jefa tanto espera y desespera. No les importa violar la independencia de poderes.
Alberto, Cristina, Massa, Máximo y Kicillof están pasando por su peor momento. Ni un Milagro los salva del desprestigio.
Roban pero no hacen. La guerra contra la inflación la perdieron en las primeras escaramuzas. Todavía no han podido ni establecer el formulario para que la gente más humilde pueda tramitar que les mantengan los subsidios energéticos.
La CGT se niega a participar de un acto con el presidente pero después aceptan a regañadientes y Pablo Moyano dice que no va a concurrir. Y eso que es en homenaje a Perón.
La reunión de gabinete fue un montaje donde faltaron el presidente, el ministro de la hecatombe económica y cinco ministros más y no resolvieron absolutamente nada.
Y como si esto fuera poco, Alberto dice que no pretende que la oposición lo ayude, que apenas pide que se callen porque confunden a la gente. El que calla otorga. El silencio sería complicidad o autoritarismo. Usted decide señor presidente Fernández. Estará a la altura de la historia o quedará dibujado en un chiste.