El periodista de LN+ analizó la situación política que enfrenta el Presidente, en medio de una feroz interna del kirchnerismo
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Alfredo Leuco reflexionó sobre el difícil panorama que afronta Alberto Fernández, que debe resolver serios problemas dentro de su propia coalición de Gobierno, en un contexto de grandes cambios de ministros. “De todos lados se vuelve, menos del ridículo”, determinó el conductor en el inicio de un nuevo programa en LN+.
Tras el duro golpe que sufrió el oficialismo en las PASO, se generó una fuerte polémica en la interna que derivó en renuncias y drásticos cambios en el gabinete del Presidente. En medio de la crisis política, el conductor se refirió al rol de Alberto Fernández y a la influencia que ejerce Cristina Fernández de Kirchner: “Está claro que el Presidente se perdió, pero no se encontró. Se cayó, pero no se levantó. Se pasó demasiado tiempo contra las cuerdas, con Cristina respirando su nuca y gritándole en el oído”.
En este sentido, Leuco profundizó: “Cristina no solamente lo sometió. También le arrancó hasta el último suspiro. De títere lo transformó en prisionero de sus caprichos. En 22 meses, no pudo cumplir ni siquiera con el uno por ciento del pacto espurio que firmó con Cristina”. Y, además, detalló los puntos fundamentales que no logró llevar a cabo en su mandato, debido “a las presiones recibidas de la expresidenta”. “Alberto perdió un ejército de colaboradores en esta batalla con Cristina. Pero lo peor fue la manera en que los tiró por la ventana. Los entregó”, señaló.
Más adelante en su comentario, el conductor indagó en las sensaciones y las acciones que mostró durante este período de gobierno Alberto Fernández y lanzó: “Alberto siempre fue un burócrata del poder sin la más mínima empatía ni carisma. Pero el poder lo desnudó para las mayorías. Sus convicciones son rotativas y gelatinosas de acuerdo a sus intereses más urgentes. Básicamente es un impostor. Un simulador”.
Para finalizar con su tradicional columna, Leuco analizó el presente de la relación entre Alberto y Cristina, y sentenció: “Se están cayendo varias caretas. Alberto fue un demonio con máscara de ángel, como su segundo nombre. Es moderado, pero solo ante Cristina.”
LA NACION