Después de vivir entre Nápoles (Italia), París (Francia) y Qinhuangdao (China), Yanina Screpante (36) volvió a fijar su domicilio en Buenos Aires. Aunque siempre imaginó que volvería al país, las circunstancias no son gratas para la modelo y diseñadora de interiores: en julio del año pasado rompió su relación de ocho años con el futbolista Ezequiel "Pocho" Lavezzi (34). Si bien en primera instancia el distanciamiento fue en términos amigables, con los meses la separación se tornó definitiva y la tensión fue aumentando. Ahora, Yanais –como la llaman sus íntimos– le confiesa a ¡Hola! Argentina cómo intenta reconstruir su vida luego de atravesar "un tsunami de emociones".
Este departamento estaba armado hace ocho años pero nunca se usó. Por eso le estoy pidiendo a mi ex que me deje vivir acá, porque no le genera un problema
–¿Te costó mucho volver a vivir en Argentina?
–Casi nada. Durante tantos años viví afuera que anhelaba volver a mi país. Quería estar con mis familiares, con mis amigas, con gente que veía poco y quiero mucho. Me faltaba vivir más el día a día de charlas con mate de por medio, consejos de seres queridos y buena compañía. Ahora estoy muy bien pero cuando llegué, en noviembre del año pasado, fue duro por el lado sentimental. Además que venía de una separación, tuve desengaños respecto de algunos amigos. Hubo personas que yo consideraba amigas desde hace más de quince años que eligieron no verme más a mí y seguir siendo parte de la vida de mi ex. Me sorprendió, yo no soy una mina cerrada, que pretendía que se dividieran entre Pocho o yo…
–El verano pasado, en Punta del Este, llegaron a compartir eventos y reuniones con tu ex. Parecía un break up con buena onda.
–Sí, en ese momento estábamos en una relación que era un híbrido: ninguno de los dos quería volver, pero el amor y el cariño estaban. Y como teníamos mucha gente en común, tratamos de que sea una separación amigable, para no incomodar a nadie. Al final, me pasaron miles de cosas con personas que consideraba amigas y me defraudaron.
–Con Pocho ya habían tenido un distanciamiento en 2016. ¿Cuándo y cómo se dio la separación esta vez?
–Durante nuestras vacaciones en Ibiza, en junio del año pasado. Después de una discusión fuerte que tuvimos, donde me acusó de cosas injustas y demostró celos sin fundamentos, decidí no volver con él a China [Lavezzi es delantero del equipo Hebei China Fortune desde 2017]. Quería dejar pasar un poco de agua bajo el puente porque se había vuelto todo muy demente. Estábamos en diferentes sintonías: él, más para la diversión; yo, para formalizar. No pretendía dar un paso más en ese momento, pero sí que él se pusiera más las pilas con la relación, que todo fuese más estable.
–Pero ¿soñabas con casarte y tener hijos?
–Sí, claro. Yo esperaba que él, algún día, pusiera los pies sobre la tierra, que me prestara un poco más de atención. Cuando estábamos en Argentina se la pasaba armando planes con sus amigos y su discurso era que como estábamos todo el resto del año juntos, estando acá quería pasar tiempo con sus íntimos. Pero era muy vivo, quería que yo lo acompañara solo en la otra punta del mundo, donde no había nadie. Yo sé que éramos los dos muy pasionales, con carácter y ninguno daba el brazo a torcer pero en Ibiza fue el quiebre para mí. Yo decidí quedarme ahí porque no sabía qué hacer y él se volvió a China.
–¿Qué dijeron tus padres y tus amigos?
–No se enteraron enseguida. Al principio, yo tenía esperanzas de que volviésemos; entonces no quería contarles para que no se preocuparan ni pensaran que él se había vuelto loco. Yo lo cuidé hasta el final. Él se terminó convirtiendo en una persona que yo desconocía. Pero no fue sólo conmigo, también se alejó de otra gente que era muy cercana desde su adolescencia.
–¿Volviste a China a buscar tus cosas?
–A lo último vivíamos en un hotel, así que yo sólo tenía ropa. A las dos semanas que él llegara, fueron su hermano y su hijo [Tomi, de 13 años], y me mandó diez valijas con ellos sin que yo se lo pidiera.
–En sus discusiones, ¿hubo violencia?
–De palabra, sí. En China yo me la pasaba llorando y llegué a pensar que él disfrutaba de verme así. Cada tanto consultaba con mi psicóloga, no quería tirar la relación al tacho pero estaba sufriendo. Es más, cuando volvimos después de nuestro corte, di todo para que funcionara y justificaba sus actitudes dañinas con sus presiones profesionales. Pero me cansé.
–En alguna entrevista televisiva hiciste referencia a que Lavezzi no cumplió un acuerdo económico que tenían. ¿Cómo está al día de hoy esa situación?
–En diciembre pasado, cuando él vino a Argentina, nos juntamos a hablar los dos solos más de una vez y le aclaré que yo no pretendía la mitad de sus bienes pero sí un lugar donde vivir y lo que me corresponda económicamente, porque en la segunda semana de separados, me empezó a cortar las tarjetas. En un momento, estuvimos de acuerdo con que los temas de dinero los hablaran nuestros abogados. Pero ahora su contrapropuesta es enfrentarme, después de que fui su mujer y lo cuidé como nadie. No quería llegar a hacerle un reclamo económico, pero creo que él quiere que yo viva mal para que sufra su ausencia.
–¿Qué es lo que le reclamás?
–Primero, este departamento, porque sé que no le generaría un problema. También que lleguemos a un acuerdo económico. Me fui a vivir con él al exterior porque así me lo pidió. En ese momento, yo estudiaba diseño de interiores y trabajaba bastante como modelo, ayudaba a mi familia con eso, pero él me convenció y yo estaba muy enamorada.
–¿Este departamento lo habitaban con tu ex?
–Se compró hace casi ocho años, pero nunca se usó. Jamás vivimos acá ni tampoco él quería que se alquilara. Cuando veníamos a Argentina, nosotros vivíamos en Highland [un country ubicado en Del Viso] porque estaba cerca de la casa de mi mamá, en Cardales, y era de rápido acceso para ir a Rosario, de donde es él.
–¿Cómo equipaste este penthouse de trescientos metros cuadrados? Imagino que siendo decoradora, te las rebuscaste.
–El año pasado la propiedad de Highland empezó un proceso de refacción porque la idea era que, cuando se terminara el contrato de Pocho con el equipo chino [por ahora tiene plazo hasta diciembre de 2019], volviéramos a Argentina. Los muebles de la casa, en su mayoría, vinieron a este departamento. Pero cuando me separé, mi ex decidió comprarse otra casa en Highland y para decorarla, se llevó la mayoría de los muebles que estaban guardados acá. Yo me enteré estando en París, antes de instalarme. Logré rescatar algunas cosas que eran mías pero no tenía plata para comprar más muebles.
–¿Cómo fue el primer día que llegaste a este departamento?
–Caótico. Había cajas y mucho desorden, era como un depósito. Tuve que arreglármelas sola. Por suerte, muchas amigas me ayudaron. Además, yo también me quedé con los tres perros [los labradores Camilo y Corbata y Cloid, que murió recientemente en un accidente]. Sin trabajo ni plata, tuve que hacer malabares con ahorros. Yo pude haber vivido como una reina y después como un mendigo pero no me parece justo lo que estoy atravesando después de todo lo que resigné por mi ex y conociendo su posición económica. Mi vida la dejé a un lado por él.
–¿Te dolió cómo terminó la relación?
–Hace ocho años yo conocí a otro Pocho, el de ahora no es el mismo del que me enamoré… ¡Nunca me imaginé esto! Y no pasa sólo por la plata, hay actitudes que me dolieron. Y aunque lo sigo queriendo, porque no lo odio, estoy convencida de que todo lo que conviene sucede.
–Con respecto al affaire de Pocho con Lucía Pedrazza, la novia de Nacho Viale, en marzo pasado, ¿creés que fue para darte celos?
–Cero. Pero no entiendo cómo pudo hacerlo siendo amigo de Nacho. Fue parte de estas actitudes extrañas que está teniendo últimamente. Yo creía que Pocho tenía valores; en otra época ni por casualidad hubiera tenido algo con la novia de un amigo de él. Todo eso ratificó mi decisión. Soltera y sin apuro
–¿Te cuesta volver a confiar en un hombre?
–Siempre fui segura de mí misma pero, con lo que pasó, quedé sensible. Esta separación fue un golpe. Tuve que agarrar mis pedacitos y rearmarme. No sólo padecí a un ex novio que desconocía, también me decepcionaron amigas. Fueron muchos duelos. Además, disputándome una casa. Y con lo fanática que soy de que todo esté impecable, casi sin muebles. En un momento, ¡me deprimí! Más sabiendo que todas las propiedades de mi ex siempre las dejé divinas porque si alguien venía yo sabía que era mi carta de presentación. A pesar de mis esfuerzos, este departamento todavía no está como pretendo. No sólo porque está todo carísimo, también porque no sé si voy a terminar pudiendo quedarme acá.
–Desde hace algunos meses sos parte de Incorrectas, el programa de Moria Casán.
–Estoy yendo dos veces por semana al programa y me encanta: hay buena onda. Estuve en "Bailando por un Sueño", y aunque duré sólo una gala, lo disfruté. [Risas]. Me gustó que distintos canales se interesaran en mí. Tenía el prejuicio de que la televisión te tiene atado y yo soy inquieta, me gusta viajar y manejar mis tiempos. El tema de asumir un compromiso así me daba fobia, pero estoy muy agradecida.
–¿Cómo fue la experiencia en "Bailando por un sueño"?
–Estuvo buena. Yo nunca había bailado ni nada, no hago ejercicio y tampoco me cuido, me encanta comer, pero tengo buena genética. Y cuando arranqué a entrenar para el "Bailando", al tercer día, me desagarré un músculo intercostal. [Se ríe]. Nosotros estábamos en desventaja porque los demás o estaban hacía meses o eran bailarines. Di lo mejor de mí.
–En cuanto al amor, ¿estás conociendo a alguien?
–Quiero disfrutar un poco de la soltería, disponer de mi tiempo y hacer lo que quiera sin rendir cuentas. Hoy, no quiero estar de novia pero, en general, me gusta estar en pareja. Antes de estar con Pocho, estuve cuatro años con otro chico.
–Jugaba al rugby, ¿no?
–[Risas]. Se ve que los deportistas gustan de mí. Son ellos los que me vienen a buscar a mí porque yo nunca encaré un pibe. No me sale, me da vergüenza que me reboten.
–Alguna vez mencionaste que antes de tener hijos, querías casarte.
–Sí, soy un poco chapada a la antigua. Con Pocho hasta llegué a sugerirle que firmemos un contrato prenupcial. Yo quería que me eligiera a mí primero y después como la madre de sus hijos. Hasta ahora, nunca me pasó de sentir la maternidad como un deseo. Tal vez, cuando me enamore... Ahora lo veo bastante lejano.
Durante tantos años viví afuera que anhelaba volver a mi país. Quería estar con mis familiares, con mis amigas, con gente que veía poco y quiero mucho
Me gustaría casarme y tener hijos, aunque todavía no sentí la maternidad como un deseo. Y por ahora, lo veo bastante lejano…
¿Si mi ex fue violento? De palabra, sí. En China yo me la pasaba llorando y llegué a pensar que él disfrutaba de verme así
La relación con Pocho tuvo su quiebre en junio del año pasado, durante nuestras vacaciones en Ibiza. Fue tras una discusión fuerte donde me acusó de cosas injustas y demostró celos sin fundamentos
Producción: Rodolfo Vera Calderón. Agradecimientos: La Florería de Gabriela Crespi y BoConcept
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