¿Y si la molestia dental no es por caries, sino producto de la erosión ácida?
Cuando el esmalte de los dientes se ablanda por la acción de ciertos alimentos puede provocar sensibilidad dental. Conocé por qué cada vez más gente padece erosión ácida y de qué forma podés prevenir la sensibilidad dental
De pronto aparece en los dientes una molestia punzante, breve, aguda, al entrar en contacto con alimentos y bebidas fríos o muy calientes y lo más probable es que enseguida pensemos en caries. Pero esa molestia también puede ser un signo de sensibilidad dental debido a que el esmalte de esos dientes está vulnerable producto de una erosión ácida y entonces está requiriendo de un cuidado especial.
La "erosión ácida" no es una condición nueva, pero sí ha venido aumentando su prevalencia en los últimos años, un poco por los cambios en la alimentación (por ejemplo el hecho de que se tomen más bebidas carbonatadas y energizantes) y otro tanto por la tendencia a consumir los alimentos en porciones más pequeñas, pero más veces al día.
¿Cuándo tiene lugar la erosión ácida? Cada vez que los ácidos contenidos en diferentes alimentos y bebidas ablandan el esmalte, y así logran que de a poco vaya desgastándose.
Problema en aumento
A diferencia de las caries -en las que el esmalte se pierde por las bacterias- en la erosión ácida el problema se produce por los ácidos que pueden venir de fuentes extrínsecas (como la dieta) o intrínsecas (como el reflujo y los vómitos). El caso, poco conocido, es que la erosión ácida es capaz de afectar a los dientes limpios y totalmente libres de placa.
Para sorpresa de muchos, la solución no es tan simple como comer más saludable y tomar menos gaseosas: dietas que en apariencia son muy sanas pueden, paradójicamente, tener para el esmalte de nuestros dientes un impacto mayor al esperado. El ranking de acidez incluye entre los alimentos "muy ácidos" el jugo de limón, el vino, las bebidas para deportistas, el agua tónica, las naranjas, las ciruelas, las gaseosas, el té helado, los jugos de frutas, el vinagre y los aderezos para ensaladas y salsas de tomate para pastas; mientras que otros como el yogur, las bananas, las peras, el té negro y el jugo de remolacha y zanahoria figuran entre los "poco ácidos". Son todos los que, consumidos más de cuatro veces por día, podrían estar causando la erosión ácida.
¿Cómo proteger el esmalte?
La mala noticia es que el esmalte dental, a pesar de ser el tejido más duro del cuerpo, en realidad no se regenera. Su pérdida es irreversible, y si bien resulta súper resistente a la hora de masticar comida, así es también de frágil a los alimentos ácidos. Pero en medio de este panorama aparece una buena noticia, y es que el esmalte sí puede protegerse.
¿Cómo? Limitar la cantidad de veces que los dientes están expuestos a comidas y bebidas ácidas a un máximo de cuatro veces por día implica un buen consejo inicial, aunque a la vez se trata de evitar mantener estos alimentos ácidos en la boca durante mucho tiempo (por ejemplo: ir ingiriendo una bebida de a sorbos en un lapso de una hora o más no sería lo más recomendado).
Nunca está de más cepillarse los dientes "a conciencia" y de forma suave con un cepillo de cerdas suaves o medianas, evitando en lo posible hacerlo inmediatamente después de haber consumido comidas o bebidas ácidas, porque este es el momento en el que más vulnerable se encuentra el esmalte frente a la erosión. Otra alternativa que seguramente recomendará el odontólogo es usar una pasta especializada, con flúor y de baja abrasividad. Es el caso de Sensodyne Pro-Esmalte.
Por un lado esta crema dental fortalece el esmalte reblandecido por los ácidos, pero además brinda protección continua contra los efectos de la erosión ácida y tiene un pH neutro. Sensodyne Pro-Esmalte tiene una fórmula única que ayuda a los minerales a penetrar profundamente en la superficie del diente, volviendo al esmalte debilitado más fuerte, más sano y más protegido contra los efectos de los ácidos en los alimentos. Y es que, al fin y al cabo, nuestros dientes deberían durarnos para toda la vida: protegerlos todos los días y desde que somos chicos reviste una importancia vital.