Dejó Argentina y vive en Venecia: “Hay cenas en infinitas mesas para todo el barrio, donde cada uno lleva su plato de comida casero y vino”
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Algo extraño le sucedió mientras caminaba por las calles de Israel. En aquella atmósfera tan diferente a cualquier otra, Micaela Mastropasqua sintió que algo en ella moría para renacer en una nueva versión de sí misma, fuerte, esencial, pero, ante todo, cargada de amor propio. El suelo que la rodeaba, tan potente, parecía haberle ofrendado las mejores armas a fin de tomar valor, cambiar por completo su vida y, por fin, priorizar sus sueños: “En Buenos Aires tenía una vida y una identidad construida que decidí dejar atrás”, rememora. “Estar en una tierra tan poderosa hizo que mis sentimientos tiemblen”.
En aquel 2018, Micaela regresó a la Argentina, se desprendió de vínculos asfixiantes y mandatos que no le pertenecían, volvió a hacer las valijas y voló a España decidida a cumplir su deseo de vivir del arte. Su recomenzar fue en Valencia: “Cuna de artes del fuego por herencia Árabe”, cuenta ella.
De Argentina a España: “Transmitiendo el amor por el barro”
Por primera vez, Micaela había tomado las riendas de su vida. Su familia y sus amigos apoyaron su aventura, su coraje de dejar atrás su universo conocido. Allí, en Valencia, pronto encontró trabajo y se dejó embriagar por el aire del Mediterráneo, tan propio, entre paellas, tortillas de papa, cañitas, estudio y nuevas amistades.
Así, los años pasaron con cierta armonía hasta que el primer cimbronazo llegó para romper el hechizo y dejar entrar los miedos, así como las sensaciones negativas de la lejanía: “Se sintió con el Covid, vivir a miles de kilómetros y encerrada”, asegura Micaela. “Un punto de inflexión para todos, Buenos Aires parecía más lejana y fue el momento donde más eché de menos la contención familiar”.
Cuando la situación mundial se estabilizó, Micaela tuvo que reprimir el irrefrenable deseo de volver a la Argentina. Para lograrlo, puso el foco en ella, en su sueño de poder vivir de su pasión, el arte. Y así, regresó a sus armas, recobró sus fuerzas y continuó, pero esta vez en Madrid, donde gracias a sus estudios en la Escuela Superior de Cerámica, halló su espacio para impartir clases para adultos: “transmitiendo el amor por el barro”.
Tres décadas, Venecia, y encontrar el lugar en el mundo: “Esto que en otra ciudad serían ruidos de bocina constantes, acá es poesía pura”
Tres décadas de vida. Para Micaela, cumplir 30 años trajo consigo un nuevo abrazo hacia su ser, donde atravesó aquel umbral rodeada de lo sublime del arte. Decidió regalarse un viaje especial a la ciudad de las bienales de cine, en cuyas calles de agua se respira arquitectura, danza, arte dramático, artes plásticas y magia.
Apenas pisó Venecia, Micaela quedó cautivada por su atmósfera y por el hecho de que un simple trayecto de colectivo requiera subirse a un barco: “Este solo hecho me hace sentir enormemente rica. ¿Qué más puedo pedir que levantarme, preparar mi café de auténtica moca e ir a la Academia di Belli Arti en un barco y que la cabeza se vaya encendiendo con el ondular del agua y los destellitos del sol sobre ella? Esto que en otra ciudad serían ruidos de bocina constantes acá es poesía pura”.
Pero mucho antes de que este escenario fuera parte de su cotidianeidad, el plan de Micaela había consistido en viajar a Venecia unos días y volver a su rutina madrileña. Sin embargo, cuando los últimos días de su estadía llegaron, la joven tuvo una repentina epifanía.
“Todos sentimos en los últimos días de un viaje hermoso que no queremos que se termine, pero esta vez el sentimiento vino muy fuerte”, cuenta. “Estaba tomando una copa de vino en un bar trendy de Venecia que se llama Vino Vero, me metí en el baño y compré los billetes de avión de ida y vuelta Madrid-Venecia, para cerrar mi vida allá y mudar todo para este rincón del mundo. El resto es historia”.
Un amor en Venecia
En Venecia, como en las películas, Micaela se enamoró. Marco, un italiano atento en cada detalle, la pasó a buscar en su barco y la llevó a una primera cita inolvidable en el Arsenal de Venecia, donde en los veranos se instala una pantalla gigante sobre el agua. La joven argentina jamás olvidará aquella noche en un espacio único en el mundo al cual solo se puede acceder con embarcaciones privadas.
Mecidos por el mar y bajo las estrellas, disfrutaron un film y degustaron la comida que les trajeron a su embarcación: “Uno puede pedir a través de una app, que hace delivery acuático”, explica.
Marco y Micaela se entregaron al amor. Al poco tiempo se mudaron juntos al Lido, un rincón que se transformó en una fuente de inspiración, al igual que el romance en la mágica Venecia. A su vez, entre los canales, Mikita (como le suelen decir en su entorno) volvió a estudiar, trabajar como pintora y formó una red de argentinos: “Para ayudarse unos a otros”.
Costumbres y calidad de vida en Venecia: “La gente acá es muy gentil con quien desea vivir en su ciudad y te ayuda a concretar tus sueños”
A pesar de su encantamiento con la ciudad, Mikita pronto descubrió las dificultades de residir en Venecia, por su complejidad topográfica, donde tan solo llegar a un supermercado se convierte en una odisea de escaleras y puentes.
Asimismo ella, que veces salía a hacer alguna compra con los pantalones manchados de colores o incluso en pantuflas, no tardó en notar la coquetería del veneciano. Hombres y mujeres con vestimentas cuidadas en cada detalle, que trascendían la idea de estar bien vestidos, logrando una gran cuota de estilo y elegancia diferenciales. Mikita, siempre observadora de la belleza en todas sus manifestaciones, pudo apreciar el protagonismo de los accesorios, con pendientes llamativos y collares de vidrio de Murano, una preciosa artesanía local.
“Y acá la gente usa gafas de sol hasta dentro de la casa”, cuenta. “Otra cosa que llama la atención es que la ropa no es de marcas como ZARA, H&M, apuestan a las tiendas de barrio, las típicas que también existen en Buenos Aires. Estas tiendas suelen tener cosas delicadísimas, en verano casi todo es lino y en invierno cosas de puntos brillantes. El italiano no siempre usa colores básicos como el negro. Se apuesta al color de una manera muy especial. Es muy normal ver a una mujer con una camisa amarilla que uno no sabe cómo puede ser que le quede tan bien, pero sucede. No tienen miedo, llevan la elegancia dentro”.
Con el paso de los meses, Mikita reafirmó su elección. Entre arte, personas con estilo y agua, halló mucho más que inspiración, encontró calidad de vida. La joven, tras la búsqueda del estímulo, pronto se fusionó con los barrios, siempre en movimiento, siempre vivos y sociales.
“La calidad de vida en la misma Venecia, es un sueño. Y el movimiento está gestionado por los mismos vecinos”, afirma. “Cenas para todo el barrio, donde cada uno lleva su plato de comida casero y vino, y se comparte en infinitas mesas con la gente. Eventos de proyecciones de cine gratis en la playa, en los campiellos o plazas de la ciudad. Conciertos en iglesias. La oferta es infinita tanto para quien habita como para el turista. Las bienales son increíbles, así como el festival de Venecia de máscaras, la regata histórica, con el desfile de barcos antiguos, y tanto más”.
“En esta sucesión de eventos y anomalías que tiene la ciudad, los artistas nos encontramos mega estimulados. El paisaje, el propio vivir en una isla hace que el tiempo transcurra de una manera especial. Venecia es el lugar para un artista, por eso decidí pararme acá y quedarme a pintar. En este momento estoy organizando una muestra con mis pinturas para principios de 2024, la gente acá es muy gentil con quien desea vivir en su ciudad y te ayuda a concretar tus sueños. La Venecia ideal tiene más habitantes y menos turistas de tránsito”.
Argentina: “No hay lugar más querido en el mundo, ni más bello”
“Bendita seas Argentina, campeón del mundo”, dice Micaela, conmovida en extremo. Cinco años pasaron hasta que la Argentina la vio volver en tiempos en que Messi levantó la Copa y emocionó a miles de seres alrededor de la Tierra. Cinco años intensos, inesperados, inspiradores. Cinco años desde aquel 2018 en el que dejó morir lo que ya no le pertenecía para ir tras sus sueños y habitarlos en su verdadera identidad.
“Mi país va a ser siempre mi país, no hay lugar más querido en el mundo, ni más bello”, se emociona. “Viajar a Buenos Aires después de cinco años fue un antes y un después”.
“Argentina me da fuerzas para desarrollar mi proyecto de la mejor manera posible, orgullosa de mis raíces y con ganas de amplificar esa bandera y mostrársela a todo el mundo. Donde voy hablo de mis orígenes y comparto nuestra cultura”, continúa. “Y de cara al mundo, con esta experiencia aprendí a viajar liviano, me muestra cada día la importancia de ser humilde y dejarse ayudar siempre”, concluye.
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Destinos Inesperados es una sección que invita a explorar diversos rincones del planeta para ampliar nuestra mirada sobre las culturas en el mundo. Propone ahondar en los motivos, sentimientos y las emociones de aquellos que deciden elegir un nuevo camino. Si querés compartir tu experiencia viviendo en tierras lejanas podés escribir a destinos.inesperados2019@gmail.com . Este correo NO brinda información turística, laboral, ni consular; lo recibe la autora de la nota, no los protagonistas. Los testimonios narrados para esta sección son crónicas de vida que reflejan percepciones personales.
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