Vintage y accesible: los parches en la ropa están de regreso
La personalización de camperas y camisas de jean con pins e imágenes de íconos pop es el último gesto de los modernos low cost
MADRID.- Que levante la mano quien no haya tenido una mochila plagada de parches, chapas y pins. También valen unos jeans, un bolso, una gorra y hasta una carpeta repleta de apuntes. Puede que hayan pasado muchos años desde que aprendiste las lecciones básicas para pegar pitucones con la plancha pero, sumergidos de lleno en la nostalgia noventosa que salpica nuestros días, parece que ha llegado el momento de hacerlo de nuevo.
Desde hace algunas temporadas la industria pretende invadirlo todo con parches de colores (mejor si rinden homenaje a íconos pop como Jurassic Park o la Pantera Rosa o tienen cierto aire marginal y divertido). Todos estos diseños (desde camperas hasta vestidos aunque los jeans sean los auténticos protagonistas) han ido ganando seguidores fuera de la pasarela. Rihanna es una de sus fieles fans seguida por Cara Delevingne, Eva Chen, la bloguera Chiara Ferragni, Gwen Stefani y una legión de streetstylers entre los que también se incluyen hombres. Pero, aunque los diseñadores, los famosos y las firmas low cost (se han hecho varios clones e interpretaciones en los últimos meses) lleven tiempo transformando prendas a golpe de pegatinas, tenemos varias pruebas que convierten la tendencia en una de las incipientes (y potentes) modas de esta temporada.
No es casualidad que la modelo Edie Campbell y su amiga de la infancia, la artista Christabel MacGreevy, acaben de lanzar Itchy Scratchy Patchy una firma dedicada exclusivamente a los parches. Con la premisa de customizar la ropa con un toque de humor, la primera colección de la irónica marca, "Best of British", incluye siete modelos de parches protagonizados por otros tantos singulares personajes: una musculosa (y poderosa) mujer que posa en bikini, un chico con barriguita cervecera o una bailarina de pole dance constituyen el particular universo estético de la divertida marca. Sus precios van entre los 18 y los 25 dólares la unidad y, teniendo en cuenta que Gigi Hadid ha sacado uno de los diseños en su cuenta de Instagram, prometen convertirse en el nuevo objeto de deseo de toda fashionista que quiera estar actualizada.
A la manera fácil
La marca Zara, la reina del low cost por excelencia acaba de lanzar una completa variedad de prendas repletas de parches, un buen surtido de pins y otros tantos broches que, al más puro estilo Prada, complementan a los anteriores en estilismos protagonizados por el tejido vaquero. El equipo de Amancio Ortega ha dedicado incluso un editorial completo que, bautizado como "New Grunge", recupera la fiebre teen por las pegatinas con forma de comida, bicicletas y, cómo no, pájaros. Aunque no todos están a la venta, varios sets de pins con mensaje a 12,95 euros vienen dispuestos a adornar más de una chaqueta.
Además de los múltiples diseñadores que han decidido incluir esta pieza en sus creaciones merecen una mención especial los bolsos de Anya Hindmarch. Antes de revolucionar la industria con sus complementos de Carrefour, la diseñadora británica -una de las creadoras fetiche de la princesa Diana- consiguió el beneplácito de las más ávidas consumidoras de tendencias gracias a sus bolsos plagados de pegatinas. Sus accesorios, protagonistas del street style que rodea a las semanas de la moda e imprescindibles de las boutiques más exigentes, venían a anunciarnos que la fiebre por los parches estaba a punto de volver. Su colección de calcomanías en cuero recrea emojis, letras y toda clase de logos y ya ha dado el salto de los accesorios a la ropa (otra prueba más). Sus precios rondan los 50 euros por unidad y están a la venta en templos del lujo online como Net-a-porter.
El movimiento DIY (Do it yourself o "hazlo tú mismo") ha sido avivado por Internet y la crisis económica. El espíritu transformador de los parches caza a la perfección con la idea de personalizar las prendas e incluso de convertirlas en una vía para lanzar mensajes (no es de extrañar que muchas subculturas los hayan utilizado como forma de expresión). Desde el punk en adelante los parches han sido una forma fácil y barata de otorgar identidad y rebeldía a cualquier prenda. Y eso sigue teniendo vigencia en un momento en el que triunfan las camperas con mensajes en la espalda o las camisas con las iniciales bordadas en el pecho. Paradójicamente, que las marcas vendan los jeans con los parches puestos en serie y de forma idéntica, vuelve a uniformar a todas esas influencers que ya llevan tiempo paseando los suyos. Mejor volver a las lecciones básicas de plancha y colocarlos a gusto del consumidor.
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